sábado, 5 de enero de 2013

39. Just be mine...

Maratón PT. 6

Zoé's POV

- Eh... - Escuche en algún punto de la habitación. - Zoé, abre los ojos. - Reconocí aquella voz como la de Sam y al hacer lo que me pidió mis ojos ardieron como el infierno: La luz del sol se filtraba en la habitación con toda su intensidad pues todas las cortinas que me resguardaron hasta ahora estaba abiertas de par en par. Me cubrí completamente con el edredón y grite ahogadamente.
- ¡Samantha! - Escuche su risa en el pasillo, seguramente se había marchado pero yo no estaba dispuesta a descubrir si mis deducciones eran ciertas. Mi cabeza empezó a doler agudamente, malditos sean los efectos de la resaca. Cuando creí que podría dormir un poco más unos nudillos tocaron sin parar mi puerta.
- ¡Está bien! ¡Está bien! - Grite y ella dejo de tocar. Me levanté con pesar de la cama y cuando me vi en el espejo del baño encontré a una versión deteriorada de mi de la noche anterior: Mi cabello estaba completamente enmarañado mientras que mi maquillaje se encontraba corriendo dándole a mi cara la apariencia de un mapache o un panda. Me deshice de mi ropa y después de los pasadores que se habían enredado en mi cabello, al final pase un poco de desmaquillante por mi rostro y me metí a la ducha con agua tibia, no estaba de humor para nivelar la temperatura perfecta. Me puse unos shorts de mezclilla desgastados con una blusa blanca y encima aquella sudadera gris con un «ATTICUS» grabado en letras negras entonces algo hizo que el dolor de mi cabeza se volviera más agudo... Música a todo volumen en algún punto de la casa. Dios, mi mejor amiga me quería matar.

Dougie's POV

- Buenos días. - Salude cuando tome asiento en un taburete frente a la mesada de la cocina, Harry me ofreció una taza de café la cual acepte dichoso.
- ¿Las chicas? - Pregunto Tom.
- Zoé sigue dormida.
- Me lo imaginaba. - Harry soltó una risa, después apoyó sus brazos sobre la mesada. - Ayer tomo demasiado.
- Hoy se sentirá fatal. - Dijo Tom. - ¿Y Sam?
- Fue a despertarla. - Respondió Danny con una media sonrisa, Tom le lanzo una mirada inquisitiva que él no noto hasta que levanto su vista del vaso con jugo de naranja que traía entre sus manos. - ¿Qué?
- Te gusta Sam.
- N... No. - Tom enarco una ceja mientras Harry y yo esperábamos expectantes su respuesta verdadera. - No, enserio.
- Danny. - Tom hablo en tono autoritario, tono de «te conozco hace más de ocho años, no puedes engañarme»
- No...
- Danny.
- No puedo decirlo con seguridad pero…
- ¿Daniel Alan David Jones inseguro acerca de algo? ¡¿Qué ha hecho esa chica contigo?! - Exageró Harry mientras soltábamos varias risas.
- Puede sonar increíble pero así son las cosas, algo paso desde el momento en que la vi que, no sé, hace que cada vez que la vea me sienta nervioso e incapaz de pensar con claridad pero no puedo saber si me gusta o no pues no he tratado mucho con ella.
- A mí, lo que acabas de decir no me suena a solo atracción. - Comenzó a decir Tom.
- ¿De qué hablas? - Danny frunció el ceño confundido.
- Suena a “amor a primera vista”. - Danny soltó un pero se podía notar en su semblante que estaba considerando las palabras de Tom justo cuando entro Sam a la cocina con una sonrisa traviesa, se dirigió a la mesada y tomo un control del cual presiono un botón haciendo que empezara a sonar música por toda la casa pero no pareció serle suficiente pues subió el volumen lo más que pudo, Danny se acercó a ella y le susurró al oído algo que entendí como un «¿Qué estás haciendo?», ella sólo respondió con un gesto de la mano indicándole que esperara, después comenzó a contar en voz alta.
- Cinco, cuatro, tres...
- ¡Samantha Alejandra Vega Martínez! - Se escuchó su grito sobre la música.
- Vaya, más rápido de lo que yo predecía. - Entonces apareció ella en el marco de la puerta con el cabello completamente húmedo. Se masajeaba ambas sienes con sus manos y lanzaba miradas asesinas a Sam quien ahora mordía su labio inferior e intentaba aguantar la risa mientras apagaba la música.
- Enserio, Samantha ¿Eso era realmente necesario?
- Uhmm... Sí. - Se acercó al horno de microondas y de ahí saco una taza con un líquido humeante, después fue hacia Zoé y le tendió la taza. - Toma esto, te hará bien.
- Gracias, pero esto no quita el hecho de que quieras matarme.
- No quería matarte, sólo quería que despertarás. - Sam acaricio el cabello de Zoé y pude notar la ligera diferencia de estaturas entre ellas dos, Sam era unos cinco centímetros más alta que Zoé. - Iremos a la playa, prepárate cuando termines de tomar eso.
- ¿No hay desayuno para mí? - Zoé hizo un puchero después de tomar asiento en un banco al lado de Harry.
- Claro que sí. - Sam tomo un plato con dos tostadas que tenían algo untado.
- ¿Tostadas con miel? - Pregunto Zoé después de examinar con cuidado su plato.
- Es eso o avena. - Frunció el ceño después del comentario de Sam y negó con la cabeza. - Aunque sería mejor bicarbonato de sodio con agua.
- Ugh, no, yo paso. - Mientras Zoé comía sus tostadas y platicaba con Harry, Sam se puso a preparar algo para nosotros. Danny se acercó a ella y empezaron a cocinar juntos mientras Tom y yo salíamos a uno de los balcones de la casa con nuestras tazas de café, solté un suspiro inconscientemente.
- ¿Estas bien? - Pregunto Tom.
- Mejor que nunca. - Respondí después de tomar un sorbo de café, sentía la mirada de Tom en mi perfil.
- Me alegra escuchar eso. - Me dio una palmada en el brazo y después entró en la casa. Yo gire y recargue mi peso en la verja de madera que rodeaba al balcón, entonces atisbe por la ventana a aquella chica tan deslumbrante y perfecta, justo ahora platicaba con Harry como hacía unos minutos pero ahora Tom se unía a su conversación, este último le hizo una pregunta que la hizo fruncir el ceño y ladear un poco la cabeza en señal de confusión. Sus labios se movieron y le preguntaron algo a Tom quien la hizo reír y ruborizar al mismo tiempo, después bajo su mirada al plato vacío enfrente de ella y se hundió de hombros. Su cabello hizo una especie de cortina que me bloqueo la vista de su rostro pero esto no fue por mucho pues aquellos mechones fueron colocados detrás de su oreja por ella, después su vista viajo hasta el punto donde yo estaba y se me quedo viendo a los ojos por unos minutos los cuales parecían eternos aunque no molestos, sonrió y yo automáticamente sonreí, era como sí sólo estuviéramos ella y yo mirándonos el uno al otro, yo admirándola y ella diciéndome tantas cosas con una sola mirada.
- ¿Dougie? - Perdí el contacto visual con Zoé pues Sam se había interpuesto.
- ¿Qué pasa?
- Ya está el desayuno ¿Vienes?
- Por supuesto. - Sam entro a la casa y yo la seguí, instintivamente volví a buscar a Zoé pero no estaba en su lugar y me frustro un poco pues quería ser yo quien se sentará a su lado. Tome asiento en uno de los bancos vacíos y Sam puso un plato con algo que se veía delicioso delante de mí. Danny se iba a sentar a mi lado derecho pues en el izquierdo estaba Harry pero fue interrumpido.
- ¿Puedo? - Al reconocer aquella voz me atragante con el jugo de naranja que tomaba.
- Por supuesto. - Danny me dio dos palmadas en la espalda y Zoé tomo asiento, ella también me dio unas cuantas palmadas hasta que logre dejar de toser.
- Vaya, algo debió sorprenderte demasiado. - Ambos sonreímos como cómplices y nos unimos a la conversación que los chicos y Sam tenían, eran sobre los planes de hoy pero al final no quedo nada claro y dijeron que pasaría lo que tenga que pasar. Yo quería asegurarme que Zoé recordara lo que había pasado la noche anterior y para eso tuve que esperar hasta que todos se hubieran ido a sus habitaciones.
- Salimos en media hora. - Nos confirmó Sam desde el marco de la puerta y ambos asentimos, note la mirada que ella le lanzó a Zoé con una media sonrisa.
- Será mejor que también me apresure ¿Terminaste? - Asentí ante su pregunta. Tomo mi plato y se acercó al fregadero a lavarlo junto con los demás, yo la ayude secándolos con una toalla. Cuando terminamos los comenzó a guardar y una vez hecho esto estuvo a punto de marcharse pero la detuve sosteniéndola de la muñeca.
- Espera, te quiero hacer una pregunta. - Su semblante se denotaba confuso.
- Dime.
- ¿Recuerdas lo que pasó anoche? - Asintió inmediatamente con las mejillas ruborizadas lo que me hizo sonreír.
- ¿Recuerdas los planes que tú y yo tenemos esta noche? - Volvió a asentir. - Genial, sólo quería confirmarlo. - Bese su coronilla antes de marcharme pero ahora ella fue la que me detuvo a mí.
- ¿Qué hubiera pasado si lo hubiera olvidado?

Zoé's POV

- Te hubiera hecho recordarlo. - Sonrió traviesamente.
- ¿Cómo?
- ¿Realmente quieres saber? - Me acorralo contra la mesada dejando ambos brazos recargados en la misma y su rostro se encontraba a pocos centímetros del mío, sería suficiente estirar mi cuello para poder plasmar mis labios sobre los suyos. -  Te hubiera besado hasta que lo recordaras. - Su dedo pulgar recorrió el borde de mi labio inferior de manera juguetona. Me regalo una risa burlona y cuando estuvo a punto de irse rodee su cuello con mis brazos y lo acerque aún más a mí, sus ojos estaban abiertos como platos y pude notar que jamás se esperó que yo hiciera algo así.
- Me parece que he olvidado las últimas palabras que me dijiste. - Me acerque más a él al punto de que mis labios rozaron los tuyos y cuando estuve a punto de plasmar mis labios con los suyos él se alejó repentinamente con una sonrisa brillante pero con unas mejillas completamente enrojecidas.
- Te dije que tendrías que esperar un poco más.
- Si, eso me pareció. - Dije cruzando los brazos sobre mi pecho mientras le sonreía traviesamente. - Dos podemos jugar a tentar ¿Sabes?
- Me acabo de dar cuenta. - Se volvió a acercar a mí pero esta vez solo acaricio toda la longitud de mi cabello llevándose un mechón a la boca y besando la punta del mismo. - Nunca dejaras de sorprenderme. - Soltó mi cabello y se marchó no sin antes echarme un último vistazo desde el marco de la puerta. Cuando estaba completamente sola, deje caer mi peso en la mesada y me fui resbalando lentamente hasta que quede completamente sentada en el suelo, cubrí mi rostro con ambas manos mientras doblaba las rodillas y las pegaba a mi pecho. Estaba tan avergonzada en estos momentos, podía sentir todo mi rostro completamente ruborizado, solté una risa nerviosa por lo que yo acababa de hacer aunque también me regocijaba con el semblante que Dougie había puesto. Me puse de pie y me encamine a mi habitación. Llegue dispuesta a ponerme mi traje de baño y cuando lo fui a buscar a mi maleta no lo encontré.
- Sam ¿No has visto mi traje de baño?
- Lo tire a la basura. - Dijo mientras se ponía una blusa encima del suyo.
- ¿Por qué?
- Porque te compre uno mejor. - Me lanzo una bolsa donde encontré un traje de dos piezas negro que no quise observar cuidadosamente. - Anda, póntelo, sé que te va a ajustar perfectamente.
- ¿Por qué, Sam? ¿Por qué?
- Deja de ser tan berrinchuda alístate porque salimos en diez minutos. - Se marchó mientras que el único pensamiento que invadía mi cabeza en ese momento era que ella se había vuelto loca pero eso fue hasta que observe cada detalle del traje.
- Oh, dios. - Frunciendo el ceño entre a mi baño y me lo coloque, la parte superior era casi totalmente strapless a excepción que en el centro, justo en el punto donde se encontraba el esternón se fruncía y tenía dos tirantes que se ataban por el cuello. La parte inferior era la básica de un bikini solo que tenía un aro de metal en el borde central que unía dos tiras a diferentes niveles que recorrían mi abdomen, eran como dos cinturones delgados que se unían al centro en el aro. Me observe en el espejo y me sentí avergonzada por mi propio reflejo ¿Cómo pretendía Sam que saliera y me mostrara así enfrente de los chicos, enfrente de él? Estaba loca, definitivamente.
Esculque un poco mi maleta en busca de unos shorts y una playera que eran tipo como las que se llevaban a los partidos de beisbol: mangas y una pequeña línea en el cuello de color azul marino mientras el resto era totalmente blanco. Me coloque aquellas prendas encima y a su vez me calce unas sandalias negras. Tome una toalla del baño y salí de la habitación solo con eso y mis lentes de sol que me coloque inmediatamente. Cuando llegue a la cocina me topé con la nada, me asome por una de las ventanas que daba a la playa y me encontré ahí a los chicos. Tom y Harry se encontraban acostados en unos camastros platicando entre ellos mientras que Danny y Dougie jugaban voleibol, Danny hacia equipo con Sam y ambos le estaban dando una paliza a Dougie. Salí con ellos y alcance a Tom y Harry en los camastros, había uno vacío al lado de Tom donde yo tome asiento.
- ¿No piensas tomar el Sol? - Me pregunto Harry después de examinarme unos segundos. - Eres la única que falta. - Los observe a ellos y después a los que jugaban voleibol, ninguno traía nada encima que no fueran sus respectivos trajes de baño.
- Así estoy bien. - Tom iba a decir algo pero Danny lo interrumpió en la distancia.
- Zoé, ven a ayudar a Dougie, el pobre no puede solo. - No me negué a esa propuesta pues en realidad yo amaba el voleibol al igual que Sam, de hecho, ambas éramos muy buenas y junto con el equipo de voleibol de la prepa ganamos un campeonato a nivel estatal. Me deshice únicamente de mis sandalias y me acerque a ellos, me coloque del lado en el que se encontraba Dougie y le señale el área que debía cubrir que era la parte derecha.
- Hagámoslo más interesante. - Dijo Sam mientras ella jugueteaba con el balón y yo recogía mi cabello en una coleta improvisada. - Si te logro hacer un punto te deberás de quedar en traje de baño. - Danny y Dougie soltaron una risita.
- No dejare que me anotes nada, en ese caso. - Le respondí con una sonrisa a Sam.
- Ya lo veremos, empecemos. - Sam se colocó a una distancia prudente de la red para después sacar, no saco directamente hacia mi sino que fue un pase hacia Danny que este regreso a Sam y ella trato de clavar el balón en mi lado pero logre detenerlo con los antebrazos y Dougie se encargó de pasarlo al otro lado, Sam lo recibió con un boleo que Danny trato de clavar en esta ocasión hacia Dougie quien se quedó quieto y no lo detuvo pero me barrí por la arena y lo recibí con la palma de la mano y después Dougie lo clavo anotándoles un punto.
- Pudiste detener ese pase perfectamente. - Le dije después de ponerme de pie y sacudir la arena pegada a mí.
- La cosa es que no quería detenerlo.
- ¿Ahora estas de su lado?
- Hasta que te deshagas de eso… - Señalo mi ropa con el pulgar. - Sí. - Me ruborice y no pude evitar esconder una sonrisa avergonzada. Le lance un puñado de arena al pecho y después me coloque nuevamente en mi posición pero Sam me paso el balón pues era nuestro turno de sacar, tome el balón y me coloque unos cuantos metros atrás de la red y saque lanzándola muy alta pero no lo suficiente pues Sam logro evitar que tocara el suelo y se la posiciono a Danny para que la clavara y cuando estuve a punto de detenerla escuche a Tom llamándome haciendo que me distrajera y me lograran anotar un punto.
- Maldición. - Dije entre dientes con una sonrisa mientras Danny y Sam chocaban sus palmas y Dougie se les unió a esto. - Eso fue trampa.
- Claro que no, tú decidiste voltear. - Contraataco Sam. - Ahora cumple. - Soltando un bufido empecé a deshacerme de la ropa que me cubría con demasiada vergüenza.

Dougie’s POV

No pude evitar observar cada uno de los movimientos de Zoé, desde la forma en que sus mejillas se ruborizaron hasta como sus manos se movían hacia el botón de sus shorts y lo desabotonaban deslizándolo hacia abajo hasta haberse deshecho completamente de él, la playera que traía puesta era lo suficientemente larga como para mantener cubierto su cuerpo pero esto no duro mucho, tomo la parte inferior de su playera y la paso por todo su torso hasta sacarla de su cabeza y justo en ese momento la coleta que se había hecho improvisadamente se deshizo dejando todo su cabello suelto. La observe de pies a cabeza y era simplemente… increíble. Tenía una figura enserio de muerte y aparte aquel traje de baño se le veía fantástico pues los dos delgados cinturones remarcaban las curvas que tenía.
- Dougie, tienes baba justo aquí. - Dijo Jones señalando su comisura de los labios, le golpee levemente el brazo.
- ¿Seguiremos jugando? - Pregunto Zoé después de haber recogido nuevamente su cabello.
- Si, aunque el balón está un poco desinflado. - Contesto Sam apretando un poco el balón.
- Yo lo veo bien. - Zoé miro extrañada a su amiga quien me lanzaba miradas de “tenemos que hablar”.
- A decir verdad, si esta desinflado. - Secunde lo que dijo Sam sin saber su plan.
- Iremos a inflarlo a la casa, no nos tardamos. - Seguí a Sam mientras escuchaba como Zoé le preguntaba a Danny lo que estábamos planeando pero él respondió con la misma confusión que ella.
Llegamos a la casa y Sam dejo el balón en la entrada mientras subía a algún lugar de la casa y bajaba en menos de cinco minutos con una pequeña libreta y su celular entre manos.
- ¿Qué es lo que planeas?
- Tú cita para esta noche, está casi lista.
- ¿Enserio? ¿Tan rápido?
- ¿Con quién crees que hablas? - Dijo con cierto tono de superioridad.
- ¿Y bien? ¿Cuál es el plan? - Comenzó a explicarme mientras me señalaba las cosas que tenía anotadas en aquella libreta, era un plan bastante sencillo pero era perfecto. - Gracias, Sam. - Dije dándole un abrazo emocionado por lo que ella había hecho por mí.
- Ugh, suéltame Poynter, sigo teniendo mis reservas contigo, lo hago por Zoé.
- Lo siento. - Me miro seriamente por unos segundos pero después soltó una risa.
- Es broma. Sera mejor que vayamos con ellos. - Asentí y salimos nuevamente de la casa para encontrarnos con el resto de los chicos. Harry y Tom seguían platicando en los camastros mientras Danny y Zoé hacían lo mismo pero en la orilla de la playa, estos dos se sorprendieron cuando nos acercamos y note a Danny extrañamente ruborizado.

Zoé’s POV

Sam y Dougie llegaron repentinamente tomándonos por sorpresa a mí y a Danny pues estábamos hablando justamente de lo que Danny sentía por Sam y esperaba que no hubiera escuchado nada de eso.
Continuamos con nuestra partida de voleibol y esta vez podíamos mantener una ronda larga sin dejar el balón tocar el suelo gracias a que Dougie se encontraba completamente de mi lado en esta ocasión. Nos detuvimos después de una media hora de jugar y el resto del día lo pasamos en la playa haciendo tontería y media hasta que llego la ansiada noche y yo sentía como mi respiración se aceleraba cada vez que la manecilla del minutero se movía. Sam había llevado al resto de los chicos a cenar algo mientras que Dougie y yo usamos el pretexto de estar cansados por todo lo que habíamos hecho hoy, casi todos nos observaron con la duda pintada en la mirada mientras que Sam no siguió la corriente, algo que le agradecía encarecidamente.
Dougie me había dicho que me estaría esperando en la entrada a las nueve en punto y solo faltaban diez minutos para que esa hora llegara. Me dirigí al baño para lavar mis dientes y después aplicar un poco de brillo en mis labios. Mi conjunto de esta noche constaba de unos pantalones negros entubados con una blusa básica blanca y encima de esta un blazer negro del cual doble las mangas hasta unos centímetros debajo de mi codo. Mis zapatillas eran negras y muy sencillas. En el cuello me colgué dos pequeñas cadenas, una más corta que la otra y de colgante tenían dos monedas que se veían antiguas pero no sabía realmente su procedencia. En cuanto a mi peinado, era algo bastante sencillo: lo recogí primero en una coleta a altura media y lo alborote más de lo normal para después acomodarlo de forma que quedara un bun desarreglado pero no se veía mal, también quedaron algunos mechones mínimos sueltos pero los cepille con mis dedos hacia atrás y mi flequillo quedo como de costumbre: ladeado hacia la derecha cubriendo tres cuarto de mi frente. El maquillaje era mínimo: mascara de pestañas, en esta ocasión no use delineador pero si coloque un poco de sombra de un color ligeramente más oscuro que el de mi piel y lo difumine dándole un efecto smokey, el brillo de labios que ahora me estaba aplicando era de un color caramelo con destellos dorados que le daba cierto volumen a mis labios aunque imitaba el color de mi piel.
Una vez lista, tome aquel pequeño bolso de mano negro con una franja roja y guarde mis cigarros juntos con mi celular y dinero, de paso me coloque un sencillo reloj negro en mi muñeca para después salir de la habitación no sin echarme un último vistazo vanidoso en el espejo, no me veía nada mal, para ser honesta.
Una vez en el recibidor, tome las llaves de la casa que se encontraban en un bowl muy cerca de la puerta y cuando levante mi mirada me topé con él casualmente recargado en la puerta de una Land Rover modelo 2009 color negro que suponía seria nuestro transporte de esta noche. Estaba vestido con unos pantalones de mezclilla, una playera básica blanca y un saco negro con sus infalibles vans negros de corte clásico. Su cabello se encontraba arreglado como de costumbre y justo ahora tenía su vista fija en la pantalla de su celular dándome la oportunidad de observarlo por unos segundos más. Tome una última respiración con mi mano en la perilla y la gire para salir y reunirme con mi cita. Él no levanto su vista hasta que escucho que di el primer paso en el exterior pues el tacón remarco que había llegado. Me observo por unos segundos mientras se despegaba del auto, yo me acerque a él y cuando estuvimos a una distancia considerable, él tomo una de mis manos y me dio una vuelta sobre mi propio eje.
- Despampanante. - Me dijo con una sonrisa después de haber besado mi mejilla, sonreí tímidamente por su comentario mientras sentía aquel rubor asomarse por mis mejillas. - ¿Lista para irnos? - Asentí y el me guio hacia la camioneta abriéndome la puerta del mismo, subí y el no soltó mi mano hasta que hubo la necesidad de hacerlo al cerrar la puerta. Rodeo el taxi por la parte trasera y se acomodó en el asiento continuo al mío tomando nuevamente mi mano, el conductor arranco y aparentemente sabia nuestro destino pues Dougie no le tuvo que dar ninguna clase de indicación.
- ¿A dónde iremos?
- Es una sorpresa. - Tuve un sentimiento similar al de ayer de la noche solo que en esta ocasión no podía reconocer el camino y por ende tampoco el lugar a donde íbamos. Fue un recorrido largo y Dougie y yo no cruzamos más de tres palabras lo cual se me hacía un tanto incómodo. Después de cuarenta y cinco minutos de camino el auto se detuvo fuera de una construcción color mármol con unos cuadros iluminados de distintos colores, había un letrero hecho de metal iluminado por la parte trasera por una luz blanca que decía “Casa Ronaldi: Since 1981. Restaurant, Gourmet & Yacht Club”. El nombre me sonaba vagamente familiar pero no podía recordar exactamente en donde lo había oído o leído. Dougie bajo del auto y lo rodeo nuevamente para ayudarme a bajar a mí y casi por costumbre tomo mi mano. Toco la ventanilla del conductor un par de veces y cuando él la bajo, Dougie le dio unas instrucciones que no pude entender del todo pues le hablo a susurros, después se marchó y no vi hacia donde pues estaba demasiado embobada con el lugar frente a mí.
- ¿Te gusta? - Pregunto dulcemente dándole un apretón a mi mano.
- Solamente la fachada es hermosa.
- Espera a que veas el interior ¿Vamos? - Asentí con la cabeza y el me guio al interior del lugar hasta la recepción del lugar.
- Buenas noches ¿Tienen reservación? - La señorita hablo en inglés y después nos brindó una cálida sonrisa.
- Sí.
- ¿A nombre de quién?
- De Dougie Poynter. - La señorita recorrió la lista enfrente de ella con una pluma y cuando encontró el nombre golpeo levemente la hoja con la punta de la pluma y después escribió algo. - Tenemos su mesa lista, Señor Poynter, síganme por favor. - La señorita tomo tres cartas aunque una era un poco más delgada que las otras dos y después nos guio por un pasillo hasta llegar a unas escaleras las cuales subimos hasta llegar a una parte que se veía un tanto más privada que la parte inferior. Caminamos un poco más hasta que salimos a una terraza y ahí fue donde nos sentó la señorita. Dougie corrió la silla hacia atrás para que yo tomara asiento después la pego un poco más a la mesa, después de que él tomo asiento la señorita nos dejó las cartas señalando que una era la carta de vinos.
- Su mesero vendrá enseguida, que pasen una excelente noche. - La señorita se marchó y yo no preste realmente mucha atención a la carta pues divagué en observar la arquitectura del lugar. Tenía un estilo moderno que combinaba los colores claros como el beige y el blanco junto con tonos chocolates. La terraza tenía una hermosa vista al mar y justo ahora el panorama era increíble pues la luna se encontraba llena y su luz iluminaba las pocas nubes que se encontraban cerca al igual que el mar, había unos cuantos yates anclados en el muelle que se mecían levemente gracias al oleaje del mar. Observe más en mi entorno y casi todas las personas que se encontraban en esta planta eran parejas que se encontraban en un ambiente sumamente intimo pues cada uno estaba enfrascado en la conversación que tenía con la otra persona aunque, en realidad, esta parte del restaurante no se encontraba lleno completamente, diría que estaba al veinte por ciento de su capacidad.
- ¿Zoé?
- ¿Si? - Regrese mi atención a él quien me miraba con una dulce sonrisa.
- ¿Ya sabes que pedir?
- Uhmm… No realmente. - Solté una risita floja. - ¿Tú?
- “Carni e Volatili” suena prometedor. - Enarque una ceja en su dirección al no entender realmente de que hablaba, entonces soltó una risa y señalo una imagen en el menú. - En realidad, se ve prometedor. - Observe la imagen y realmente se veía delicioso pero había otra imagen justo arriba que me provocaba que la que Dougie había señalado.
- Yo pediré “Carni Alla Griglia” - Dije fingiendo un acento italiano.
- Excelente. - Ambos cerramos nuestras respectivas cartas pero Dougie observo la de vinos. - Te gusta el vino tinto ¿No es así?
- Es de mis favoritos.
- Entonces pediré uno que te fascinara. - Cerró esa carta y la dejo encima de las otras dos. Se creó un silencio que no se rompió hasta que llegaron a pedir nuestra orden. Pedí yo primero y después Dougie quien al final le pido al mesero que nos trajera una botella de Gevrey Chambertin de Joseph Drouhin reserva del 2004 que nos trajeron después de un par de minutos. El mesero nos sirvió en dos copas redondas dejando la botella una base de metal para después se marcharse prometiendo que traería la comida en unos cuantos minutos.
Olí el vino conforme lo movía dentro de la copa y el simple olor era exquisito, ni tan dulce ni tan amargo, se encontraba en su punto perfecto aunque esto podía ser subjetivo según el gusto de cada persona. Dougie levanto su copa hacia mi indicándome que quería hacer un brindis.
- Por la primera de muchas. - Dijo con una sonrisa que se me contagio, chocamos nuestras copas mencionando un “salud”, tome un pequeño sorbo y me maraville ante el espléndido sabor que tenía, aparte de encontrarse en un punto medio entre lo dulce y lo amargo pude percibir un poco de fruta que pude definir como frambuesas y grosellas.
- Simplemente exquisito.
- Sabía que te gustaría.
- ¿Te está gustando el viaje? - Pregunte al no encontrar nada mas de que hablar.
- Hasta ahora ha sido muy divertido pero tengo una pregunta.
- ¿Cuál?
- ¿Por qué no querías que supiéramos de tu cumpleaños? - Suspire al escuchar su pregunta pero sabía que en algún momento me preguntarían acerca de eso.
- Una de las obvias razones es porque mi familia falleció el mismo día hace un año y ahora no veo sentido alguno en el festejar, aparte, mencionar eso después de que ustedes supieran todo lo que paso sería crear un sentimiento de lastima hacia mí y no necesito eso. - Me hundí de hombros mientras ladeaba mi cabeza al lado izquierdo. Llego la comida y la ingerimos con sumo gusto pues estaba absolutamente delicioso. Entre bocados comenzamos a platicar de varias cosas como de mi familia y de la suya preguntándonos cosas que no incluyeran malos recuerdos. En algún punto de la conversación salió el tema de un accidente que tuve en el cabello gracias a una estilista principiante y de cómo arruino mi deseo de tener cinco colores en mi cabello.
- … Entonces, cuando me enjuagó el cabello soltó una exclamación de horror y tontamente pregunte “¿Qué pasa?” y al no obtener respuesta, me levante de la silla y me observe al espejo, mi cabello no tuvo los cinco colores que quería, era de un solo color y de un horrible verde pero no solo los mechones que ella decoloro, era completamente verde.
- ¿Y saliste así a escena el día siguiente?
- No podía hacer otra cosa. - Ambos nos reíamos y justo en ese momento llego el mesero a interrumpirnos.
- Lamento la interrupción pero estamos próximos a cerrar y tengo que pedirles que se retiren. - Observamos a nuestro alrededor y nos encontramos completamente solos a excepción del personal que se encontraba limpiando el lugar.
- Discúlpenos, no notamos que hora era.
- No se preocupen, aquí está su cuenta. - El muchacho la dejo sobre la mesa y antes de que pudiera tomarla, Dougie se adelantó.
- Déjame pagar una parte.
- Mejor espérame afuera en lo que la pago.
- Pasare al tocador antes. - Dije mientras le sonreía incrédulamente. Me dirigí al tocador para cumplir mis necesidades y una vez hecho esto me lave las manos mientras me lanzaba un vistazo al espejo, mi brillo de labios había desaparecido completamente pero fuera de eso, todo se encontraba tal y como cuando salí de la casa. Cuando salí del tocador vi a Dougie en la caja así que decidí esperarlo afuera, justo como el me había indicado. Cuando se unió a mi rodeo mi cintura con su brazo izquierdo mientras estiraba el derecho para llamar la atención del conductor de la camioneta que nos trajo hasta aquí, este mismo nos llevó a la casa sin necesidad de darle instrucciones. Observe el reloj en mi muñeca y sentía que era demasiado pronto como para que esta cita terminara, a pesar de que las manecillas indicaban más de la una y media de la madrugada. Simplemente no quería que esta cercanía se terminara tan pronto como llegáramos a la casa.
- ¿Te apetece dar un paseo por la playa antes de entrar? - Susurro levemente en mi oído y nuevamente me sorprendí porque fue como si estuviera leyendo mis pensamientos. Asentí con una sonrisa que él me respondió mientras el conductor nos veía por el retrovisor antes de decir:
- Son una linda pareja. - Intente negar eso último pero Doug hablo antes de que yo pudiera hacerlo.
- Gracias. - Le lance una mirada interrogante que él respondió con un cálido susurro seguido de un beso en mi mejilla. - Ya llegamos. - Y efectivamente, el taxi se estacionó justo en la entrada a la casa, Dougie se bajó y rodeo el auto para pagarle al taxista y después para abrir mi puerta y ayudarme a bajar.
- Que tengan una linda noche. - Nos deseó el conductor con una sonrisa pícara haciendo que me ruborizada gracias a eso, Dougie sólo asintió con una sonrisa y la camioneta se marchó. - ¿Vamos? - Nos desviamos del camino de piedras sobre la arena que nos llevaba a la casa y, estúpidamente, camine con mis zapatillas sobre la arena haciendo que uno de ellos se hundiera y tropezara. Hubiera perdido el equilibrio de no haber sido por los brazos de Doug que me sostuvieron firmemente.
- Gracias. - Dije mientras me quitaba las zapatillas, disfrute de aquella sensación de la arena en la planta de mis pies, la forma en que se hundía mientras daba cada paso. A mitad del camino Dougie tomo mi mano libre entrelazando nuestros dedos dulcemente y caminamos hasta la orilla de la playa, donde se podían escuchar a las pequeñas olas subir y bajar. Respire profundamente disfrutando del aire tan puro que inundaba mis pulmones y la ligera brisa del mar que chocaba contra mi piel. Después alcé mi vista al cielo y me sorprendí nuevamente con la luna llena que se había puesto junto con el firmamento repleto de estrellas grandes y pequeñas que no había podido observar en el restaurante. Era, simplemente, la noche perfecta. Hale un poco la mano de Dougie y cuando fijó su vista en mi le señalé el cielo, escuche como inhalaba profundamente y susurraba un "wow" entre dientes.
- Impresionante. - Dijo después de unos segundos.

Narrador:

El chico y la chica que vivían enamorados entre sí por fin habían tenido hoy su primera cita. Aparentemente, ambos se encontraban bien y tranquilos pero por dentro sentían como los nervios recorrían cada milímetro de su piel. Estaban demasiado conscientes de lo que hacían, tanto de ellos mismos como de su acompañante.
Ella noto por el rabillo del ojo como el pasaba su mano libre entre sus ahora alborotados cabellos, como soltaba un suspiro y como inhalaba profundamente. Lo notaba frustrado y la preocupación comenzó a invadirla "¿Estoy haciendo algo mal?" Se cuestionó un par de veces mientas él se debatía el cómo empezar a decirle lo mucho que le quería pero por fin se decidió. Él cerró los ojos e inhalo profundamente por centésima vez esta noche. Apretó un poco la mano de su acompañante y ella volteo con la preocupación grabada en la mirada.
- Zoé. - Comenzó a decir el caballero justo al mismo tiempo que la volteaba a ver, noto su mirada y él quiso ablandarla colocando ambas manos en sus mejillas, algo que la tomó por sorpresa haciendo que dejara caer a la arena su par de zapatillas. - Yo he esperado demasiado tiempo pasa decirte esto y ahora no se ni siquiera como empezar. - Ella coloco sus manos sobre las muñecas de él y las acarició en un intento de tranquilizarlo.
- Sólo dilo. - Murmuro ella tratando de sonar tranquila cuando sus piernas temblaban de ansiedad.
- Yo... - Respiro hondo mientras ella le sonreía en un intento de brindarle la confianza y seguridad que ahora le hacían falta a ella. - Yo estúpidamente te he hecho daño tratando de escapar de lo que sentía, de lo que siento por ti. Te intente ignorar por mucho tiempo mientras te trataba de sacar de mi mente. Cuando te conocí por primera vez en tu primer día en Londres pensé que eras una mujer maravillosa y fuerte y lograste confundir mi corazón con aquella sonrisa que me mostraste cuando despertaste pero cuando te marchaste pensé que no te volvería a ver y al mismo tiempo no supe si eso era bueno o malo; bueno porque jamás sentiría eso de nuevo y las cosas estarían normales como siempre y malo porque deseaba verte, lo deseaba con todas las fuerzas y, de repente, dos semanas después ahí estabas tú nuevamente, con esa sonrisa y esa nueva faceta apasionada que tenías por tu trabajo. Ese mismo día trate de besarte dos veces, algo que era malo en aquel entonces y decidí no acercarme más a ti pues estaba demasiado cómodo como para permitir que alguien llegara a mi vida y la convirtiera en un desastre pero lograste hacerlo sin mi consentimiento y fue peor en el cumpleaños de Tom.
- ¿Peor? - Ella estaba escuchando absorta todo lo que él le decía y no pudo evitar hacer esa pregunta.
- Te veías absolutamente hermosa, tenías tu propio resplandor ese día pues estabas tan feliz y yo tenía tantos deseos de besarte que cada que te acercabas a mi tenía que alejarte o lo haría, te besaría y no te soltaría jamás aunque fuera algo inconcebible aunque después lo hice en Somerset arruinándolo completamente pero seguí haciéndolo en año nuevo y por un momento te sentía cerca y esa cercanía se tornó en miedo, miedo a perderte, a perder ese extraño lazo que teníamos pero al final, lo arruine completamente diciéndote que no quería nada serio cuando eso era precisamente lo que deseaba desde el principio.
- Eso fue estúpido. - Dijo ella con la voz temblorosa. - Y más cuando dijiste que yo solo fui un free. - Una lagrima se derramo por la mejilla de Zoé haciendo que Doug tomara sus manos y las besara.
- Lo sé y lo siento tanto, no tienes una idea de lo idiota que me siento con solo recordar todo el daño que te he hecho y más aún cuando, tardíamente, me di cuenta de que… - Interrumpió sus palabras mientras bajaba su vista pero ella no se lo permitió, coloco ambas manos en sus mejillas y levanto su rostro, él tenía una lágrima rodando por su mejilla.
- ¿De qué te diste cuenta? - Pregunto ella completamente intrigada.
- De que te quería desde el primer momento en el que te vi. - Dougie retiro las manos de Zoé de sus mejillas y las sostuvo entre las suyas acercándolas a su pecho, justo donde estaba su corazón el cual latía frenéticamente. El lazo entre sus miradas fue roto por ella pues clavo su vista donde se encontraban sus manos para después soltarse y colocar la palma de su mano derecha sobre su pecho. Los latidos de su corazón eran erráticos, justo como los de ella. Dougie se movió repentinamente sobresaltando a Zoé quien se alejó de él por el temor de haberlo incomodado pero él solo buscaba algo en el bolsillo interior de su saco, de ahí saco una cadena que tenía dos anillos  que se encontraban entrelazados uno con el otro. Se lo mostro a Zoé y ella observo aquel collar con cuidado notando en el interior de unos de los anillos su nombre grabado y en el otro el nombre de él.
- ¿Qué significa esto? - Pregunto ella ingenuamente con una brillante sonrisa en el rostro, él rio por lo bajo mientras sostenía nuevamente la mano libre de Zoé.
- Tiene como significado una sola pregunta. - Él beso el dorso de la mano que sostenía para después mirarla directamente a los ojos. - ¿Te gustaría ser mi novia? - Él espero ansioso su respuesta mientras que la sonrisa de ella se ensanchaba cada vez más.
- Me encantaría. - Dijo con la voz temblorosa y repentinamente ambos sintieron que algo había cambiado, que todo lo había hecho. - ¿Me lo pones? - Pregunto ella colocando el collar en la palma de la mano de su novio para después darse media vuelta. Él, con cuidado, paso aquella cadenita por el cuello de ella asegurando el broche y besando su nuca, ella tomo el colgante con una de sus manos y lo encaro nuevamente, simplemente no podía ocultar su sonrisa.
- ¿Puedo besarte? - Pregunto Dougie repentinamente algo que sorprendió a Zoé
- Nunca me has preguntado ¿Qué cambia ahora?
- Cambia todo. - Después de que él dijo eso se rasco la nuca con la mano izquierda buscando una forma de decirle claramente la razón detrás de aquella pregunta. - ¿Cómo te puedo explicar? - Busco las palabras y las encontró al cabo de unos minutos. - Veras…
- No tienes que explicarme nada. - Ella lo interrumpió mientras lo veía con ternura.
- Pero…
- Solo cállate y ven acá. - Ella tomo su nuca y se acercó a él para después besarlo algo que lo tomo con la guardia baja pero no por mucho tiempo.

Zoé’s POV

Una marea de sentimientos choco directamente contra mí después de haber escuchado todo lo que Doug sentía por mí y fue mucho más intenso después de aquella pregunta cuya respuesta afirmaba que ambos nos pertenecíamos mutuamente, yo a él y él a mí. Incluso, besarlo ahora se sentía diferente, más verdadero y natural. Sus brazos envolvieron mi cintura y me apretaron más contra él mientras mis manos se concentraban en revolver su cabello hasta que el aire comenzó a faltar. Antes de que nuestros labios se separaran, él planto un dulce beso sobre los míos y pego nuestras frentes. Abrí mis ojos sorprendiéndome con los suyos, con los nuestros pues los míos se encontraban reflejados en los suyos, yo estaba reflejada ahí y él me veía únicamente a mí, algo que había deseado secretamente desde el principio.
- Te quiero. - Murmuro haciéndome sentir un millón de cosas gracias a eso.
- Yo también te quiero. - Respondí en medio de una sonrisa que fue interrumpida por sus cálidos labios sobre los míos, atrapándolos, atrapándome.

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