Maratón PT. 1
Zoé's POV
Esa mañana era nuestro vuelo a
México después de haber terminado la serie de conciertos en Brasil y Argentina.
De Brasil me quedaba con una mala experiencia: haberme enfermado del estómago
por comer en aquel restaurante que el señor Wenderley nos había recomendado,
esa misma noche comencé a tener arcadas antes de que los chicos y yo saliéramos
a cenar, por ende vomite y no pude ir con ellos aunque uno se quedó cuidándome toda
la noche.
Si… él.
En el vuelo de hoy solamente iríamos
Tommy Jay, los chicos y yo pues el resto del equipo junto con la utilería se
marcharon la noche anterior, seguramente justo ahora se encontraban montando el
escenario que los chicos han usado durante todo el tour pero ahora en el
Auditorio Nacional.
Abrí los ojos y me estire
perezosamente justo en el instante en que unos nudillos tocaron a mi puerta, me
levante rascando mi cabeza y soltando un bostezo de por medio.
- ¿Quién es? - Pregunte con mi mano en la perilla.
- Servicio a la habitación.
- ¿Servicio a la habitación? Yo no pedí nada. - Dije mientras abría
la puerta, sonreí por la dulce sorpresa que se encontraba delante de mí.
- Es por parte de la casa. - Dijo abriéndose paso a mi habitación,
traía un carrito con varias cosas típicas del desayuno en él.
- ¿De dónde robaste eso, Doug? - Cerré la puerta y me senté en la
cama con las piernas cruzadas, como “indio”.
- No lo robe, lo pedí. - Puso una charola con un poco de todo
delante de mí y otra al lado. -
Desayunemos. - Subió torpemente a la cama, se sentó junto a mí y empezamos
a comer entre pláticas y risas.
- Y... ¿Serás nuestra guía en México?
- Si, pero después de que resuelva unas cosas. - Tome un poco de
jugo de naranja y lo bebí intentando pasar el nudo que se formó en mi garganta.
- ¿Respecto a tu familia? - Asentí un par de veces y el me
respondió de igual manera. - Sea lo que
sea, sabes que estaré ahí para ti. - Sonreí instantáneamente antes de
morder una rebana de pan tostado con Nutella.
- Lo sé. - Murmure justo en el momento en que volvieron a tocar la
puerta, Dougie y yo nos lanzamos una mirada rápida mientras él se ponía de pie
y abría la puerta.
- ¿Doug? - Pregunto una voz familiar al otro lado del umbral.
- No es lo que parece. - Dijo él en defensa con las manos en alto.
- Solo estábamos desayunando. - Se
hizo a un lado dejando ver a Danny, Tom y Harry nuestras bandejas llenas de
comida y el carrito enfrente de mi cama, los salude con un breve movimiento de
la mano y entonces me di cuenta de que no estaba en mi mejor estado, hablando
de apariencia: Tenia el cabello completamente enmarañado, un par de ojeras
marcadas y mi pijama solo constaba de una playera que llegaba dos manos arriba
de mi rodilla. El rubor se plantó en mis mejillas haciendo que saliera de la
cama con un salto y corriera hacia el baño, escuche sus audibles risas mientras
se sentaban en la pequeña sala que había en la habitación. Tomaría una ducha de
una vez pues, si no mal recordaba, ahí estaba mi maleta.
- El vuelo sale en cuatro horas y tenemos que estar en el aeropuerto en
una. - Dijo Harry detrás de la puerta, señal de que querían que me
apresurara.
Abrí el grifo del agua caliente
mientras tomaba mi neceser con todos mis artículos de aseo personal que estaba
justo al lado del lavamanos, cuando el agua se calentó lo suficiente, me
sumergí debajo de esa cortina de agua sopesando mis planes al llegar a México.
Hoy lo primero que haría al llegar al hotel seria llamarle a Sam, seguramente
haríamos una especie de pijamada.
Mañana es su concierto pero
quería darles un corto recorrido por los alrededores antes de ir al Auditorio,
si, tocarían en el Auditorio Nacional y, por lo que he oído y leído, las
entradas ya se agotaron… Para ambas fechas.
Después de quedarme diez minutos
bajo aquella cálida cortina de agua tome una toalla y la envolví a mi
alrededor. Salí de la regadera con cuidado de no resbalar y fui directo hacia
donde había dejado la maleta pero no estaba ahí, busque por todo el baño pero
no estaba ahí adentro.
- Maldición. - Murmure al instante de darme cuenta de esto. Di tres
vueltas al cuarto del baño mordiéndome la uña del dedo pulgar, seguramente los
chicos seguían ahí esperándome.
- Cierren los ojos. - Dije audiblemente con mi boca a pocos
centímetros de la puerta y mi mano sobre la perilla, saldría rápidamente y
tomaría la maleta.
- ¿Por qué? - Pregunto Danny ahogando una risa.
- Por favor. - Dije en tono de súplica mientras sentía algunas gotitas
escurrir por mi brazo gracias a que mi cabello se había pegado ahí.
- Está bien. - Respondió Tom y después ya no escuche nada,
entreabrí la puerta y vi que Tom había puesto su mano sobre los ojos de Danny y
todos tenían los ojos cerrados. En puntillas, me dirigí a donde estaba la otra
maleta pero un ruido hizo que me exaltara.
- Yo también me voy a arreglar - Dijo Doug poniéndose de pie, note
un rubor en sus mejillas. Me quede viendo su espalda mientras se iba pero,
antes de llegar a la puerta, parece que sintió mi mirada y volteo en mi
dirección, yo agache mi cabeza casi de inmediato pero esto no fue por mucho
pues su mano se posó en mi hombro desnudo y levante mi vista hacia él. Su
cabeza se iba acercando a la mía pero solo beso mi frente, ambos estábamos
completamente ruborizados.
- Será mejor que te apures. - Dije mientras le daba una palmada en
su pecho, el solo asintió mientras me regalaba una de esas sonrisas que me
sacaban de mi órbita. Se fue y yo regrese a mis asuntos hasta que note miradas
sobre mí. Voltee hacia donde estaban los chicos y todos estaban sonrientes,
habían visto lo que acababa de pasar.
- Les pedí que cerraran los ojos.
- Deberían salir. - Dijo Tom.
- Se ven perfectos juntos. - Complemento Danny y antes de que Harry
hablara lo hice yo.
- Sigo en la mira después de aquella foto, sólo han pasado unos cuantos
días.
- Al demonio con eso. - Vi con los ojos abierto a Tom, quien había
dicho esto último, nunca lo había oído decir algo así.
- Será mejor que me apresure. - Entre al baño con mi maleta
mientras cerraba la puerta, deje caer mi peso en esta y solté un suspiro. Puse
mi mano en el mismo lugar donde Dougie había puesto la suya, ahora esa parte
quemaba y me cosquilleaba al igual que mi frente.
Varios creerían que con los
correos y con lo sucedido hace unos días debería estar atemorizada de tan
siquiera acercarme a él pero no; yo quería estar a su lado pero no solamente
como su amiga y ahora esa convicción era más impulsiva, me empujaba y mi razón
me decía a gritos que hiciera algo al respecto, pero no era lo que comúnmente me
indicaba, no, ahora me empujaba a hacerlo.
Sí.
La decisión estaba tomada.
Dougie's POV
No pude evitar verla cuando salió
del baño, estaba solo envuelta con esa toalla mientras intentaba caminar en
puntillas, se le notaba nerviosa. Decidí irme con la excusa de tener que prepararme
pues el rubor en mis mejillas se haría demasiado obvio pero, antes de irme y
sin necesidad de voltear a verla, supe que observaba mi marchar así que fui
hacia ella. Bajo su mirada ruborizada pero hice que la levantara para después
plantar un beso en su frente, sentí el estremecimiento en su piel pero también
fui consciente del mío.
- Será mejor que te apures. - Me sonrió y yo hice lo mismo
asintiendo. Honestamente, no me quería alejar de ella ni ahora ni nunca, ya no
quería tenerla lejos de mí. Me fui de la habitación y regrese a la mía para
vestirme y arreglar mi maleta, todavía tenía esa sensación de cosquilleo en el
pecho, donde ella me había dado un muy leve empujón a pesar de que había tomado
una ducha con la esperanza de guardar estos pensamientos para cuando tuviera la
libertad de pensarlos y sentirlos pues ahora ella estaba en la cuerda floja por
mis insistencias pero ahora eso parecía una de las cosas más imposibles por
cumplir pues con solamente ver algún atisbo de ella - su sonrisa, sus cabello
moviéndose con ella - hacía que mi cuerpo deseara ir corriendo en su dirección
y besarla hasta que nuestros labios se hincharán.
Sacudí mi cabeza haciendo que
algunas gotas escurrieran por mi cabello y chocarán en mi rostro dándome una
sensación de frescura y, a la vez, pude despejar mi mente.
Recorrí la habitación recogiendo
mis cosas para después guardarlas en mi maleta.
Unos nudillos tocaron a mi puerta
y después fue abierta por Harry quien entro seguido de Tom y Danny pero se
quedaron al margen de la puerta.
- Hora de irnos. - Me informo Fletcher, después les lanzó una
mirada cómplice a Harry y Danny quienes sonrieron a su vez.
- ¿Ya está lista Zoé? - Pregunte casi inconscientemente mientras
guardaba las últimas cosas en la maleta.
- Nos está esperando en recepción, o eso suponemos. - Contesto Danny
mientras se encogía de hombros.
- En unos minutos los alcanzo, entonces. Sólo cepillare mis dientes.
- Asintieron sin una palabra más y dejaron mi habitación. Cepille mis dientes
mientras observaba mi reflejo, algo había cambiado, podía notarlo y sentirlo
pero lo que no sabía era ¿Qué pudo haber sido?
Guarde el cepillo y la pasta de
dientes en un bolsillo de la maleta y lance un último vistazo para revisar que
nada de me olvidada y, una vez que hice eso, abandone la habitación.
- Oh, Dougie. - Su voz resonó a través del corredor e
instintivamente se formó una sonrisa en la comisura de mis labios, voltee a
verla y simplemente me quede impactado con lo que me tope, ella jamás dejaría
de sorprenderme.
Zoé's POV
Después de entrar al cuarto de
baño escuche a los chicos dejar la habitación y por mera curiosidad me asome
por la puerta topándome con Tom cerrando por donde habían salido Danny y Harry,
me topo observándolo y me hizo una seña para que saliera de mi escondrijo,
primero me negué pero después ladeo su cabeza y me lanzo una mirada cansina
haciendo que me deshiciera de la pena de que él me viera usando solamente una
toalla, al final de cuentas, él era como un hermano, uno demasiado parecido a
Leonardo.
Señalo con la barbilla dos sillas
alrededor de una mesa que estaba cerca de la ventana. Tome asiento en una
dejando caer todo mi peso en el respaldo y él en la otra, estábamos frente a
frente y veía venir una clase de consejo que se volvería en un discurso.
- Quiero que seas sincera conmigo.
- Siempre lo soy.
- No, últimamente no. - Me sentí aludida por sus palabras y me
enderece en mi asiento.
- ¿Cuándo no he sido sincera contigo?
- Desde que estas enamorada. - Mis mejillas se ruborizaron y sentí
la imperiosa necesidad de cambiar la dirección de mi mirada.
- Jamás lo he negado.
- Pero tampoco lo has admitido, ni a ti ni a nadie.
- ¿Acaso quieres que lo grite?
- No me gustaría que llegaras a tales extremos.
- Entonces ¿Qué quieres que haga?
- ¿Recuerdas que me debes una plática?
- Bueno, no sólo a ti. Pero, si, lo recuerdo.
- Quiero mi plática justo ahora. - Observe el reloj que colgaba en
la pared detrás de Tom. - Oh, tranquila,
tenemos mucho tiempo. - Asentí y cruce los brazos sobre mi pecho, una gota
escurrió por el mismo pero no me importo, me intrigaba lo que sea que fuese que
intrigaba a Tom.
- ¿Qué quieres saber?
- No es tanto lo que yo quiero saber, es más lo que tú quieras admitir.
- Se rasco la nuca. - Tómalo como una
auto-exploración.
- Suena interesante. - Pero peligroso.
- Haremos esto. - Se volvió a acomodar dejando ambos codos sobre la
mesa colocando su babilla en la palma de la mano derecha. - Cerraras los ojos y te haré unas preguntas
pero... - Recalco esa última palabra. - Tienes
prohibido pensar tus respuestas.
- Lo primero que salga en mi cabeza. - Asintió. - Básica prueba psicológica de la
inconsciente-consciente verdad ¿huh?
- Exacto pero ¿Tú de donde conoces eso?
- Los estudiantes de psicología de mi escuela nos usaban como
conejillos de indias. - Me encogí de hombros para después clavar una mirada
inquisidora en Tom. - Lo que me intriga
es de donde conoces tú esa prueba.
- Internet, específicamente, Mr. Google. - Reí ante su respuesta. - ¿Lista? - Proferí un ruido de mi
garganta en forma de asentimiento. -
Okay, empecemos. - Cerré los ojos y me acomode en la posición más cómoda
posible inhalando profundamente mientras despejaba mi mente para tener las
respuestas más sinceras posibles. Comenzó a decir palabras al azar como
“chocolate” o “helado” y cosas por el estilo hasta que llegamos a un punto
ciertamente delicado.
- Padres
- Amorosos
- Hermano
- Torpe
- Hermana
- Inocente
- Amigos - Dejo el tema de la familia a un lado y se lo agradecí
profundamente pues pude notar la forma en que mi voz se rompería si tenía que
responder algo más.
- Amigas
- McFLY
- Británicos
- Jones
- Risas
- Harry
- Músculos
- Fletcher
- Hoyuelo
- Poynter - Me quede callada pues hubieron dos palabras inmediatas
que cruzaron mi mente: imprudencia y deseo, pero no respondí. - Poynter. - Volvió a preguntar.
- Me vinieron a la mente dos palabras, Tom.
- Dilas.
- Imprudencia y deseo. - Mis mejillas se ruborizaron y Tom sonrió
pícaramente.
- ¿Desde cuándo te atrae?
- Desde que lo conocí en la sesión.
- ¿Y cuándo te empezaste a enamorar?
- Sinceramente, no tengo idea. De lo único de lo que estoy segura es
que estoy enamorada de él. - Solté un suspiro y me encogí de hombros. Tom
cambio nuevamente de posición y perdió su vista en algún punto fuera de la
ventana.
- Deberías sorprenderlo.
- ¿A qué te refieres?
- Ponte más linda de lo que ya eres. - Volvió su vista hacia mí y noto mi expresión
confundida. - Verás, justo ahora tiene la
guardia baja, si te pones algún vestido o algo por el estilo lo tomaras por
sorpresa y verás su cara de idiota enamorado. Giovanna me ha tomado
desprevenido muchas veces, sé de lo que hablo.
- ¿Él... Uhmm... Él también está...
- ¿Enamorado? - Asentí. - Si,
no lo ha dicho abiertamente como tú acabas de hacerlo pero se le nota, a ambos,
de hecho.
- ¿Qué me recomiendas, entonces?
- Sigue a tu "instinto femenino" - Marco esas comillas en
el aire con sus dedos.
- A veces el instinto femenino, como tú le dices, es traicionero.
- Querida amiga mía. - Tomo una de mis manos entre las suyas y beso
el dorso de la misma para después acariciarlo con el pulgar. - Cualquier clase de instinto es traicionero
pero cuando se está enamorado o enamorada, como es tu caso, puede ser una de
las cosas que más te ayudan, créeme. - Sonreí ante su respuesta, él después
de tantos años seguía enamorado de la misma persona y podía notarlo por el
brillo de sus ojos. - Confía en lo que
sientes, siempre.
- Lo haré. - Bese su mejilla y le di un abrazo. - Gracias, Tom. Te quiero.
- Yo también te quiero, pequeña enamorada. - Solté un rastro de
risa y nos soltamos del abrazo. - Ahora si
será mejor que te apresures. - Observe el reloj y quedaba media hora para
que saliéramos al aeropuerto. Nos pusimos de pie y Tom salió de la habitación
guiñándome un ojo.
Entre nuevamente al baño y me
observe en el espejo enfocándome en el desastre de cabello que tenía por no
haberlo cepillado y esponjado debidamente por lo cual decidí hacerme unas ondas
californianas con una plancha a la cual se le cambiaba el cabezal para
transformarla en unas pinzas las cuales facilitarían el arreglo de mi cabello.
Tarde menos de diez minutos y mi cabello se veía espectacular pues todavía de
veían restos en algunas partes que indicaban que en algún punto de mi vida me había
hecho unas luces en el cabello lo cual fue algo muy gracioso pero que termino
dañando mi cabello hace como cinco años pero ahora ya casi me deshacía de eso.
Saque mi maleta del baño y, a su
vez, la ropa que tenía en ella, la tendí sobre la cama y encontré, o más bien,
el “instinto femenino” había encontrado dos vestidos; uno casual y otro
cocktail así que obviamente escogí el casual, lo compre en Forever 21 una tarde
que salí con Claire de compras. Era un vestido con un cierre de botón metálico
y solapas abotonadas, cuello clásico y mangas cortas, la parte superior del
vestido imitaba una blusa de corte clásico, la falda era acampanada que llegaba
a la rodilla y en la misma se marcaban unos pliegues que hacían que no se viera
plana si no que le diera un tanto de volumen haciéndola más femenina. En la
cintura se incluía un cinturón color coñac que contrastaba con el vestido que
era de un verde oliva oscuro. Este vestido me encantaba pues de ceñía
perfectamente a mis curvas hasta la cintura, abuse un poco y deje el primer
botón sin abrochar pero justo ahí me colgué un delicado collar dorado que
resplandecía ligeramente.
Mi maquillaje consistió de un
delineado en el párpado superior e inferior y la sombra también fue negra pero
difuminada, enchine mis pestañas y les aplique rímel ¿Resultado? Que mis ojos
castaños resaltarán considerablemente, eran el punto focal de mi rostro cuando
me aplicaba un maquillaje así. Escogí una zapatillas que parecían botines pero
tenían un lindo detalle entrelazado al frente, eran del mismo tono del cinturón
al igual que del bolso que usaría hoy.
Cuando termine de arreglarme
evite echar un vistazo al espejo y fui directamente a empacar las cosas que
había sacado de mi maleta hasta que llegó la hora de lavarme los dientes pues
la crema y cepillo de dientes era lo último que me faltaba empacar. Cepille mis
dientes y guarde aquellos objetos en la maleta para después y al fin lanzarme
un ojeada en el espejo, quien estaba ahí no era yo, o no me parecía en lo más
mínimo.
Salí de la habitación arrastrando
mi maleta, cerré la puerta a mis espaldas y me dirigí al elevador. Cuando este
llego al lobby me sorprendí al no encontrar a los chicos ahí, solo estaba Tommy
Jay quien soltó un sonoro silbido después de verme.
- ¿A qué se debe esto? - Sonreí y me acerque a saludarlo, evite su
pregunta y le pregunte por los chicos quienes justamente estaban saliendo del
elevador.
- Esto es a lo que me refería. - Dijo Tom mientras me daba una
vuelta en mi propio eje, después beso mi mejilla. - Esto... Hace unos diez
minutos le dijimos a Dougie que era hora de irnos pero no ha bajado ¿Podrías ir
a apresurarlo? - Me guiño nuevamente un
ojo al ver mi reacción en blanco, deje mi cosas a su cargo y ellos me indicaron
que irían subiendo las cosas a la camioneta que nos llevaría al aeropuerto.
Entre nuevamente el elevador junto con un señor que iba de traje y una señorita
que parecía ser su acompañante. Ellos se bajaron dos pisos antes que yo y
cuando salí del elevador tuve la suerte de toparme con Doug cerrando la puerta
de su habitación.
- Oh, Dougie. - Me acerque a él al mismo tiempo que volteaba a
verme, tenía una brillante sonrisa. - Me
han mandado a apresurarte, será mejor que nos vayamos. - Asintió sin
proferir sonido y volteo su rostro en una dirección ajena a la mía mientras
pasaba casi corriendo a mi lado. - ¿Te
ayudo con algo? - Pregunte mientras lo alcanzaba pero el sólo apresuraba su
paso.
- No te preocupes. - Negó y el resto del pasillo lo cruzamos en
silencio hasta el elevador, miraba de reojo su rostro que estaba en blanco
literalmente, ni una sola emoción lo cruzaba y no había dicho nada acerca de mi
apariencia. Supongo que es normal.
Pero si es normal.... ¿Por qué me
molesta tanto?
Entramos al elevador y hubo un
silencio de unos cuantos segundos hasta que él decidió romperlo.
- ¿Veras a Sam cuando lleguemos? - ¿A qué venía eso?
- Sí. - Hizo una expresión que fue indescifrable pero justo ahora
le restaba importancia, sólo quería llegar con los chicos pero no sin antes
saber… - ¿Por qué preguntas tan
repentinamente?
- Mera curiosidad pues llevas meses hablando de lo emocionada que estas
por verle de nuevo.
- Si, bueno, es una de las personas más importantes de mi vida.
- Y le quieres demasiado.
- Si, ya te lo había dicho antes, despistado.
- Lo sé. - Dio por terminada la corta conversación y nuevamente nos
quedamos en silencio los cinco pisos que restaban por recorrer hasta llegar al
lobby el cual se encontraba vacío a excepción de las personas que se
encontraban en recepción.
- ¿Dónde están? - Pregunto él.
- Seguramente están subiendo las cosas en la camioneta. - Camine
hacia la puerta principal mientras él me seguía a unos cuantos pasos de
distancia pero aún sin decir nada, ninguno de los dos lo hacía. Nos encontramos
a los chicos haciendo lo que yo había adivinado. Entre ellos se pusieron a
platicar mientras yo le lanzaba una mirada enfurecida a Tom, él se acercó a mí
con el semblante confundido.
- ¿Qué paso?
- Nada, Tom, eso fue lo que paso. - Entrecerró un poco los ojos dándome
a entender que no entendía de que hablaba. -
No dijo nada y su semblante, oh, su semblante estaba completamente en blanco pero
huía de mí, no me vio a los ojos una sola vez.
- ¿Cómo es posible si te ves increíble? - Dijo en tono de burla, le
respondí soltándole un leve golpe en el brazo.
- No es momento de bromas, me quiero cambiar.
- Que lastima que ya no tengas tiempo de hacerlo, vámonos.
- Pero…
- Listo, chicos. Hora de irnos. - Nos avisó Tommy Jay reforzando el
punto de Tom quien me enarco una ceja y me ayudo a subir a la camioneta.
- No tienes idea de cuánto te odio en estos momentos, Thomas.
- No puedes odiarme.
- Lo estoy haciendo justo ahora. - Le dije enfurruñada mientras él
tomaba asiento al lado mío.
- Le preguntare que pasa en el aeropuerto.
- No lo hagas, supongo que es normal y no hay nada de que sorprenderse.
- Oh, sí lo hay. Tú. - Me señalo con el dedo índice. - Vestida así. - Ahora indico todo mi
cuerpo con ambas manos y no pude evitar soltar una carcajada. - Es una especie de milagro que no solo lo
sorprende a él.
- Gracias. - Dije con un tono burlón de soberbia que logro que
ambos soltáramos unas risas.
- Pero, siendo serios. - Enarque una ceja. - Oh, vamos, soy el más serio de los cuatro. - Asentí burlonamente.
- Algo debe estar mal con él y yo lo descubriré
por ti.
- Oh, que dulce. - Seguía molestándolo con los tonos de voz que
usaba y eso parecía hacerle gracia a él también.
Dougie's POV
- Me han mandado a apresurarte, será mejor que nos vayamos. -
Asentí sin saber que decir, se veía... Increíble. Gire mi rostro a otra
dirección y camine rápidamente al elevador siendo flanqueado por ella. - ¿Te ayudo con algo?
- No te preocupes. - Caminamos en silencio, la podía sentir
irritada
Entramos al elevador y unos
segundos después de que las puertas se cerraran decidí hablar.
- ¿Veras a Sam cuando lleguemos? - No pude evitar hacerle esa
pregunta, por algún motivo se había vestido así y estaba casi completamente
seguro de que era por eso.
- Sí. - Inhale profundamente pues, si, me estaba sintiendo celoso,
se veía asombrosa y era por él, aquel a quien solo ella conoce y aprecia desde
siempre. - ¿Por qué preguntas tan
repentinamente?
- Mera curiosidad pues llevas meses hablando de lo emocionada que estas
por verle de nuevo. - Disimule mis facciones, logre hacer que se vieran
completamente en blanco y ella parecía no sospechar nada.
- Si, bueno, es una de las personas más importantes de mi vida. -
Noté el encogimiento de sus hombros.
- Y le quieres demasiado. - Repetí las palabras que había dicho
hacia un tiempo.
- Si, ya te lo había dicho antes, despistado. - Y lo sabía y lo
tenía muy presente aunque, para ser sincero, justo ahora me sentía un tanto
dolido pues hace solo unos días le había dicho que quería pasar la eternidad
con ella y hace unos meses le había pedido que saliera conmigo y, justo ahora,
justo hoy, parecía que nada de eso le importaba, se reuniría con ese tal Sam
sin siquiera importarle nada.
Sacudí mi cabeza, ella lo vería y
estaría feliz, entonces todo estará bien si ella está así.
Pero…
Yo no seré la razón de su
felicidad.
Como sea, olvídate de eso, Poynter.
Cuando las puertas del elevador
se abrieron los chicos no se encontraban ahí, le pregunte a Zoé donde se
encontraban y ella me contesto algo que casi no pude entender pero al ver que
caminaba hacia la salida decidí seguirla. Salimos del hotel y de inmediato nos
encontramos a los chicos, Tom se acercó a Zoé y hablaron por un largo rato pues
inclusive estuvieron juntos en la camioneta, ocasionalmente, Tom me lanzaba
miradas de reproche y pude entender que me quería decir algo y no dudaba que
eso sería cuando llegáramos al aeropuerto lo cual hicimos en cuestión de
minutos.
Hicimos el procedimiento habitual
de chequear las maletas, pasar por el detector de metales y ahora de esperar a
nuestra llamada para abordar el avión.
- ¿Puedo hablar contigo?
- ¿Necesitas preguntar eso, Tom?
- No, supongo que no. - Tomo asiento a mi lado pero antes de
empezar a hablar examino a nuestro alrededor. - Bien ¿Qué te pasa? ¿Estás ciego?
- Eh, no, creo que no.
- ¿Entonces? ¿Cuál es tu problema?
- Que no entiendo de que estas hablando.
- De Zoé, tarado. - Me dio una palmada en la nuca que me hizo
pellizcarle el brazo. - Hey, te lo
merecías.
- ¿Por qué?
- Porque la has hecho sentir insegura. - Abrí los ojos y Tom solo
me vio con un semblante que hasta a mí me hacía dudar de mi capacidad mental. - ¿Sabes que a pesar de que nosotros le dijéramos
lo hermosa que se veía el día de hoy se sintió mal porque tu no le dijiste
nada?
- ¿Enserio?
- Si, se vistió así para que tú, pedazo de idiota, la viera.
- No puedes estar seguro de eso.
- Créeme, que estoy más seguro de eso que tú.
- No creo eso, seguramente se arregló así porque hoy vera a Sam. - Frunció
el ceño mientras negaba con la cabeza una par de veces.
- Eso no es verdad, estoy completamente, absolutamente seguro que se arregló
para ti.
- ¿¡Cómo puedes saberlo!?
- Oh, vamos. - Dijo exasperado. - Ven aquí. - Me jalo de la playera y me susurro algo en el oido que
me sorprendió pero que al mismo tiempo cambio todo lo que había pensado,
inclusive, me había hecho sonreír.
Zoé’s POV
Siempre que subía a un avión era
lo mismo, no me gustaba demostrarlo pero era algo que mi cuerpo no podía
evitar. Me daba tantos nervios volar y más ahora que mi vida esta susceptible a
situaciones de alto riesgo.
"Pasajeros del vuelo 467 con destino a la Ciudad de México, favor
de tener su pase de abordar en la mano, en unos minutos comenzaremos a
abordar."
Fue la llamada que me saco del hilo de mis pensamientos alrededor de ese temor tan grande de volar. Saque el pase de mi bolso y pude notar que un leve temblor invadía mis manos sacudiendo un poco el pedazo de papel en mi mano.
- ¿Estas emocionada? - Una voz a mi izquierda capto mi atención,
era Danny. Asentí un par de veces con mi cabeza mientras bajaba mis manos al
regazo.
- Pero estoy más nerviosa. - Agache la cabeza y comencé a juguetear
con mis manos.
- ¿Por qué?
- Llevo casi un año sin estar ahí y justamente en esta semana se cumple
un año de... - Trague saliva y parece que Danny entendió de que hablaba,
paso un brazo sobre mis hombros y beso mi sien dulcemente.
- Tranquila, pequeña, todo irá bien. - Recargue mi cabeza sobre su hombro
hasta que el altoparlante volvió a llamarnos.
- Vamos. - Dije golpeando levemente su pierna pero antes de que me
pusiera de pie una mano se posó enfrente de mí. Levante mi vista al dueño y era
Dougie, la tome y me ayudo a ponerme de pie, le sonreí antes de voltearme a
tomar mis cosas pero nuevamente me detuvo.
- ¿Me permites? - Señalo las dos mochilas en las que estaban las
cámaras y mi laptop.
- Gracias. - Las tomo y se las puso al hombro mientras yo hacía lo
mismo con mi bolso, después paso su brazo por mi cintura y empezamos a caminar
hacia la puerta, esta sensación era agradable.
Dimos los pases de abordar, los
sellaron y nos regresaron una parte de ellos, ya en el pasillo que conectaba al
avión con el aeropuerto me empezó a entrar un poco de ansiedad haciendo que me
pegara a más a él.
- ¿Estas bien?
- Eh... Si, un poco nerviosa. - Le sonreí tímidamente y regrese mi
vista al frente.
- ¿Qué asiento te toco? - Tome el pedazo de boleto y leí el lugar en voz alta.
- Estoy en el A7.
- Que casualidad, yo estoy en el A8.
- Vaya coincidencia. - Dije cada palabra con detenimiento y un poco
de sarcasmo. Ambos soltamos una carcajada. -
¿A quién le cambiaste el boleto?
- No se lo cambie a nadie. - Se escuchaba seguro de lo que decía.
- Tendré que creer en tus palabras.
- Es tu única opción. - Quedaba poco tramo para llegar al avión.
Trataba de enfocar mi atención en no tropezar con las zapatillas pero esta
misma atención era distraída por su
brazo alrededor de mi cintura que me ceñía más contra su cuerpo, justo cuando creía
que podría hallar un hilo en mis pensamientos que seguir enajenado a él, él
decide pegar sus labios a mi oído y murmurarme dulcemente: - Por cierto, el día de hoy te ves espectacular. - Mis mejillas
se ruborizaron más y una sonrisa se dibujó en mi rostro hasta que escuchamos
sonidos de aliento que provenían de nuestros compañeros. Dougie sólo soltó una
risa, yo voltee a verlos y busque una mirada marrón en lugar de dos azules,
cuando la encontré le sonreí y él supo a que me refería pues levanto un pulgar,
después hizo una seña de victoria cerrando el puño, le murmuré un
"gracias" y su respuesta fue un "te lo dije". Asentí y
regrese mi vista al frente, ya estábamos en la puerta del avión.
- ¿Me permitirían ver sus pases? - Dougie se los entrego con la
mano libre a la aeromoza que se encontraba en la entrada. - Los guiare a sus asientos, por aquí por favor. - Antes de
seguirla Dougie me soltó y sentí un vacío aunque no fue muy duradero pues tomo
mi mano. Comencé a caminar y nuestros asientos estaban cuatro filas atrás de la
puerta.
- ¿Quieres ventanilla o pasillo? - Le pregunte a Dougie antes de
sentarme.
- Pasillo. - Asentí y tome asiento mientras él guardaba mis cosas
en las cabinas superiores, después se unió a mí. Harry y Danny se sentaron
delante de nosotros mientras Tom y Tommy Jay se sentaron atrás pero no supe más
de eso pues comencé a sentirme adormilada y de lo último de lo que me entere
fue que su mano se entrelazo con la mía.
:) Me gusta mucho como escribes
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