sábado, 5 de enero de 2013

34. Takeoffs

Maratón PT. 1
Zoé's POV

Esa mañana era nuestro vuelo a México después de haber terminado la serie de conciertos en Brasil y Argentina. De Brasil me quedaba con una mala experiencia: haberme enfermado del estómago por comer en aquel restaurante que el señor Wenderley nos había recomendado, esa misma noche comencé a tener arcadas antes de que los chicos y yo saliéramos a cenar, por ende vomite y no pude ir con ellos aunque uno se quedó cuidándome toda la noche.

Si… él.

En el vuelo de hoy solamente iríamos Tommy Jay, los chicos y yo pues el resto del equipo junto con la utilería se marcharon la noche anterior, seguramente justo ahora se encontraban montando el escenario que los chicos han usado durante todo el tour pero ahora en el Auditorio Nacional.
Abrí los ojos y me estire perezosamente justo en el instante en que unos nudillos tocaron a mi puerta, me levante rascando mi cabeza y soltando un bostezo de por medio.
- ¿Quién es? - Pregunte con mi mano en la perilla.
- Servicio a la habitación.
- ¿Servicio a la habitación? Yo no pedí nada. - Dije mientras abría la puerta, sonreí por la dulce sorpresa que se encontraba delante de mí.
- Es por parte de la casa. - Dijo abriéndose paso a mi habitación, traía un carrito con varias cosas típicas del desayuno en él.
- ¿De dónde robaste eso, Doug? - Cerré la puerta y me senté en la cama con las piernas cruzadas, como “indio”.
- No lo robe, lo pedí. - Puso una charola con un poco de todo delante de mí y otra al lado. - Desayunemos. - Subió torpemente a la cama, se sentó junto a mí y empezamos a comer entre pláticas y risas.
- Y... ¿Serás nuestra guía en México?
- Si, pero después de que resuelva unas cosas. - Tome un poco de jugo de naranja y lo bebí intentando pasar el nudo que se formó en mi garganta.
- ¿Respecto a tu familia? - Asentí un par de veces y el me respondió de igual manera. - Sea lo que sea, sabes que estaré ahí para ti. - Sonreí instantáneamente antes de morder una rebana de pan tostado con Nutella.
- Lo sé. - Murmure justo en el momento en que volvieron a tocar la puerta, Dougie y yo nos lanzamos una mirada rápida mientras él se ponía de pie y abría la puerta.
- ¿Doug? - Pregunto una voz familiar al otro lado del umbral.
- No es lo que parece. - Dijo él en defensa con las manos en alto. - Solo estábamos desayunando. - Se hizo a un lado dejando ver a Danny, Tom y Harry nuestras bandejas llenas de comida y el carrito enfrente de mi cama, los salude con un breve movimiento de la mano y entonces me di cuenta de que no estaba en mi mejor estado, hablando de apariencia: Tenia el cabello completamente enmarañado, un par de ojeras marcadas y mi pijama solo constaba de una playera que llegaba dos manos arriba de mi rodilla. El rubor se plantó en mis mejillas haciendo que saliera de la cama con un salto y corriera hacia el baño, escuche sus audibles risas mientras se sentaban en la pequeña sala que había en la habitación. Tomaría una ducha de una vez pues, si no mal recordaba, ahí estaba mi maleta.
- El vuelo sale en cuatro horas y tenemos que estar en el aeropuerto en una. - Dijo Harry detrás de la puerta, señal de que querían que me apresurara.
Abrí el grifo del agua caliente mientras tomaba mi neceser con todos mis artículos de aseo personal que estaba justo al lado del lavamanos, cuando el agua se calentó lo suficiente, me sumergí debajo de esa cortina de agua sopesando mis planes al llegar a México. Hoy lo primero que haría al llegar al hotel seria llamarle a Sam, seguramente haríamos una especie de pijamada.
Mañana es su concierto pero quería darles un corto recorrido por los alrededores antes de ir al Auditorio, si, tocarían en el Auditorio Nacional y, por lo que he oído y leído, las entradas ya se agotaron… Para ambas fechas.
Después de quedarme diez minutos bajo aquella cálida cortina de agua tome una toalla y la envolví a mi alrededor. Salí de la regadera con cuidado de no resbalar y fui directo hacia donde había dejado la maleta pero no estaba ahí, busque por todo el baño pero no estaba ahí adentro.
- Maldición. - Murmure al instante de darme cuenta de esto. Di tres vueltas al cuarto del baño mordiéndome la uña del dedo pulgar, seguramente los chicos seguían ahí esperándome.
- Cierren los ojos. - Dije audiblemente con mi boca a pocos centímetros de la puerta y mi mano sobre la perilla, saldría rápidamente y tomaría la maleta.
- ¿Por qué? - Pregunto Danny ahogando una risa.
- Por favor. - Dije en tono de súplica mientras sentía algunas gotitas escurrir por mi brazo gracias a que mi cabello se había pegado ahí.
- Está bien. - Respondió Tom y después ya no escuche nada, entreabrí la puerta y vi que Tom había puesto su mano sobre los ojos de Danny y todos tenían los ojos cerrados. En puntillas, me dirigí a donde estaba la otra maleta pero un ruido hizo que me exaltara.
- Yo también me voy a arreglar - Dijo Doug poniéndose de pie, note un rubor en sus mejillas. Me quede viendo su espalda mientras se iba pero, antes de llegar a la puerta, parece que sintió mi mirada y volteo en mi dirección, yo agache mi cabeza casi de inmediato pero esto no fue por mucho pues su mano se posó en mi hombro desnudo y levante mi vista hacia él. Su cabeza se iba acercando a la mía pero solo beso mi frente, ambos estábamos completamente ruborizados.
- Será mejor que te apures. - Dije mientras le daba una palmada en su pecho, el solo asintió mientras me regalaba una de esas sonrisas que me sacaban de mi órbita. Se fue y yo regrese a mis asuntos hasta que note miradas sobre mí. Voltee hacia donde estaban los chicos y todos estaban sonrientes, habían visto lo que acababa de pasar.
- Les pedí que cerraran los ojos.
- Deberían salir. - Dijo Tom.
- Se ven perfectos juntos. - Complemento Danny y antes de que Harry hablara lo hice yo.
- Sigo en la mira después de aquella foto, sólo han pasado unos cuantos días.
- Al demonio con eso. - Vi con los ojos abierto a Tom, quien había dicho esto último, nunca lo había oído decir algo así.
- Será mejor que me apresure. - Entre al baño con mi maleta mientras cerraba la puerta, deje caer mi peso en esta y solté un suspiro. Puse mi mano en el mismo lugar donde Dougie había puesto la suya, ahora esa parte quemaba y me cosquilleaba al igual que mi frente.
Varios creerían que con los correos y con lo sucedido hace unos días debería estar atemorizada de tan siquiera acercarme a él pero no; yo quería estar a su lado pero no solamente como su amiga y ahora esa convicción era más impulsiva, me empujaba y mi razón me decía a gritos que hiciera algo al respecto, pero no era lo que comúnmente me indicaba, no, ahora me empujaba a hacerlo.
Sí.
La decisión estaba tomada.

Dougie's POV

No pude evitar verla cuando salió del baño, estaba solo envuelta con esa toalla mientras intentaba caminar en puntillas, se le notaba nerviosa. Decidí irme con la excusa de tener que prepararme pues el rubor en mis mejillas se haría demasiado obvio pero, antes de irme y sin necesidad de voltear a verla, supe que observaba mi marchar así que fui hacia ella. Bajo su mirada ruborizada pero hice que la levantara para después plantar un beso en su frente, sentí el estremecimiento en su piel pero también fui consciente del mío.
- Será mejor que te apures. - Me sonrió y yo hice lo mismo asintiendo. Honestamente, no me quería alejar de ella ni ahora ni nunca, ya no quería tenerla lejos de mí. Me fui de la habitación y regrese a la mía para vestirme y arreglar mi maleta, todavía tenía esa sensación de cosquilleo en el pecho, donde ella me había dado un muy leve empujón a pesar de que había tomado una ducha con la esperanza de guardar estos pensamientos para cuando tuviera la libertad de pensarlos y sentirlos pues ahora ella estaba en la cuerda floja por mis insistencias pero ahora eso parecía una de las cosas más imposibles por cumplir pues con solamente ver algún atisbo de ella - su sonrisa, sus cabello moviéndose con ella - hacía que mi cuerpo deseara ir corriendo en su dirección y besarla hasta que nuestros labios se hincharán.
Sacudí mi cabeza haciendo que algunas gotas escurrieran por mi cabello y chocarán en mi rostro dándome una sensación de frescura y, a la vez, pude despejar mi mente.
Recorrí la habitación recogiendo mis cosas para después guardarlas en mi maleta.
Unos nudillos tocaron a mi puerta y después fue abierta por Harry quien entro seguido de Tom y Danny pero se quedaron al margen de la puerta.
- Hora de irnos. - Me informo Fletcher, después les lanzó una mirada cómplice a Harry y Danny quienes sonrieron a su vez.
- ¿Ya está lista Zoé? - Pregunte casi inconscientemente mientras guardaba las últimas cosas en la maleta.
- Nos está esperando en recepción, o eso suponemos. - Contesto Danny mientras se encogía de hombros.
- En unos minutos los alcanzo, entonces. Sólo cepillare mis dientes. - Asintieron sin una palabra más y dejaron mi habitación. Cepille mis dientes mientras observaba mi reflejo, algo había cambiado, podía notarlo y sentirlo pero lo que no sabía era ¿Qué pudo haber sido?
Guarde el cepillo y la pasta de dientes en un bolsillo de la maleta y lance un último vistazo para revisar que nada de me olvidada y, una vez que hice eso, abandone la habitación.
- Oh, Dougie. - Su voz resonó a través del corredor e instintivamente se formó una sonrisa en la comisura de mis labios, voltee a verla y simplemente me quede impactado con lo que me tope, ella jamás dejaría de sorprenderme.

Zoé's POV

Después de entrar al cuarto de baño escuche a los chicos dejar la habitación y por mera curiosidad me asome por la puerta topándome con Tom cerrando por donde habían salido Danny y Harry, me topo observándolo y me hizo una seña para que saliera de mi escondrijo, primero me negué pero después ladeo su cabeza y me lanzo una mirada cansina haciendo que me deshiciera de la pena de que él me viera usando solamente una toalla, al final de cuentas, él era como un hermano, uno demasiado parecido a Leonardo.
Señalo con la barbilla dos sillas alrededor de una mesa que estaba cerca de la ventana. Tome asiento en una dejando caer todo mi peso en el respaldo y él en la otra, estábamos frente a frente y veía venir una clase de consejo que se volvería en un discurso.
- Quiero que seas sincera conmigo.
- Siempre lo soy.
- No, últimamente no. - Me sentí aludida por sus palabras y me enderece en mi asiento.
- ¿Cuándo no he sido sincera contigo?
- Desde que estas enamorada. - Mis mejillas se ruborizaron y sentí la imperiosa necesidad de cambiar la dirección de mi mirada.
- Jamás lo he negado.
- Pero tampoco lo has admitido, ni a ti ni a nadie.
- ¿Acaso quieres que lo grite?
- No me gustaría que llegaras a tales extremos.
- Entonces ¿Qué quieres que haga?
- ¿Recuerdas que me debes una plática?
- Bueno, no sólo a ti. Pero, si, lo recuerdo.
- Quiero mi plática justo ahora. - Observe el reloj que colgaba en la pared detrás de Tom. - Oh, tranquila, tenemos mucho tiempo. - Asentí y cruce los brazos sobre mi pecho, una gota escurrió por el mismo pero no me importo, me intrigaba lo que sea que fuese que intrigaba a Tom.
- ¿Qué quieres saber?
- No es tanto lo que yo quiero saber, es más lo que tú quieras admitir. - Se rasco la nuca. - Tómalo como una auto-exploración.
- Suena interesante. - Pero peligroso.
- Haremos esto. - Se volvió a acomodar dejando ambos codos sobre la mesa colocando su babilla en la palma de la mano derecha. - Cerraras los ojos y te haré unas preguntas pero... - Recalco esa última palabra. - Tienes prohibido pensar tus respuestas.
- Lo primero que salga en mi cabeza. - Asintió. - Básica prueba psicológica de la inconsciente-consciente verdad ¿huh?
- Exacto pero ¿Tú de donde conoces eso?
- Los estudiantes de psicología de mi escuela nos usaban como conejillos de indias. - Me encogí de hombros para después clavar una mirada inquisidora en Tom. - Lo que me intriga es de donde conoces tú esa prueba.
- Internet, específicamente, Mr. Google. - Reí ante su respuesta. - ¿Lista? - Proferí un ruido de mi garganta en forma de asentimiento. - Okay, empecemos. - Cerré los ojos y me acomode en la posición más cómoda posible inhalando profundamente mientras despejaba mi mente para tener las respuestas más sinceras posibles. Comenzó a decir palabras al azar como “chocolate” o “helado” y cosas por el estilo hasta que llegamos a un punto ciertamente delicado.
- Padres
- Amorosos
- Hermano
- Torpe
- Hermana
- Inocente
- Amigos - Dejo el tema de la familia a un lado y se lo agradecí profundamente pues pude notar la forma en que mi voz se rompería si tenía que responder algo más.
- Amigas
- McFLY
- Británicos
- Jones
- Risas
- Harry
- Músculos
- Fletcher
- Hoyuelo
- Poynter - Me quede callada pues hubieron dos palabras inmediatas que cruzaron mi mente: imprudencia y deseo, pero no respondí. - Poynter. - Volvió a preguntar.
- Me vinieron a la mente dos palabras, Tom.
- Dilas.
- Imprudencia y deseo. - Mis mejillas se ruborizaron y Tom sonrió pícaramente.
- ¿Desde cuándo te atrae?
- Desde que lo conocí en la sesión.
- ¿Y cuándo te empezaste a enamorar?
- Sinceramente, no tengo idea. De lo único de lo que estoy segura es que estoy enamorada de él. - Solté un suspiro y me encogí de hombros. Tom cambio nuevamente de posición y perdió su vista en algún punto fuera de la ventana.
- Deberías sorprenderlo.
- ¿A qué te refieres?
- Ponte más linda de lo que ya eres. -  Volvió su vista hacia mí y noto mi expresión confundida. - Verás, justo ahora tiene la guardia baja, si te pones algún vestido o algo por el estilo lo tomaras por sorpresa y verás su cara de idiota enamorado. Giovanna me ha tomado desprevenido muchas veces, sé de lo que hablo.
- ¿Él... Uhmm... Él también está...
- ¿Enamorado? - Asentí. - Si, no lo ha dicho abiertamente como tú acabas de hacerlo pero se le nota, a ambos, de hecho.
- ¿Qué me recomiendas, entonces?
- Sigue a tu "instinto femenino" - Marco esas comillas en el aire con sus dedos.
- A veces el instinto femenino, como tú le dices, es traicionero.
- Querida amiga mía. - Tomo una de mis manos entre las suyas y beso el dorso de la misma para después acariciarlo con el pulgar. - Cualquier clase de instinto es traicionero pero cuando se está enamorado o enamorada, como es tu caso, puede ser una de las cosas que más te ayudan, créeme. - Sonreí ante su respuesta, él después de tantos años seguía enamorado de la misma persona y podía notarlo por el brillo de sus ojos. - Confía en lo que sientes, siempre.
- Lo haré. - Bese su mejilla y le di un abrazo. - Gracias, Tom. Te quiero.
- Yo también te quiero, pequeña enamorada. - Solté un rastro de risa y nos soltamos del abrazo. - Ahora si será mejor que te apresures. - Observe el reloj y quedaba media hora para que saliéramos al aeropuerto. Nos pusimos de pie y Tom salió de la habitación guiñándome un ojo.
Entre nuevamente al baño y me observe en el espejo enfocándome en el desastre de cabello que tenía por no haberlo cepillado y esponjado debidamente por lo cual decidí hacerme unas ondas californianas con una plancha a la cual se le cambiaba el cabezal para transformarla en unas pinzas las cuales facilitarían el arreglo de mi cabello. Tarde menos de diez minutos y mi cabello se veía espectacular pues todavía de veían restos en algunas partes que indicaban que en algún punto de mi vida me había hecho unas luces en el cabello lo cual fue algo muy gracioso pero que termino dañando mi cabello hace como cinco años pero ahora ya casi me deshacía de eso.
Saque mi maleta del baño y, a su vez, la ropa que tenía en ella, la tendí sobre la cama y encontré, o más bien, el “instinto femenino” había encontrado dos vestidos; uno casual y otro cocktail así que obviamente escogí el casual, lo compre en Forever 21 una tarde que salí con Claire de compras. Era un vestido con un cierre de botón metálico y solapas abotonadas, cuello clásico y mangas cortas, la parte superior del vestido imitaba una blusa de corte clásico, la falda era acampanada que llegaba a la rodilla y en la misma se marcaban unos pliegues que hacían que no se viera plana si no que le diera un tanto de volumen haciéndola más femenina. En la cintura se incluía un cinturón color coñac que contrastaba con el vestido que era de un verde oliva oscuro. Este vestido me encantaba pues de ceñía perfectamente a mis curvas hasta la cintura, abuse un poco y deje el primer botón sin abrochar pero justo ahí me colgué un delicado collar dorado que resplandecía ligeramente.
Mi maquillaje consistió de un delineado en el párpado superior e inferior y la sombra también fue negra pero difuminada, enchine mis pestañas y les aplique rímel ¿Resultado? Que mis ojos castaños resaltarán considerablemente, eran el punto focal de mi rostro cuando me aplicaba un maquillaje así. Escogí una zapatillas que parecían botines pero tenían un lindo detalle entrelazado al frente, eran del mismo tono del cinturón al igual que del bolso que usaría hoy.
Cuando termine de arreglarme evite echar un vistazo al espejo y fui directamente a empacar las cosas que había sacado de mi maleta hasta que llegó la hora de lavarme los dientes pues la crema y cepillo de dientes era lo último que me faltaba empacar. Cepille mis dientes y guarde aquellos objetos en la maleta para después y al fin lanzarme un ojeada en el espejo, quien estaba ahí no era yo, o no me parecía en lo más mínimo.
Salí de la habitación arrastrando mi maleta, cerré la puerta a mis espaldas y me dirigí al elevador. Cuando este llego al lobby me sorprendí al no encontrar a los chicos ahí, solo estaba Tommy Jay quien soltó un sonoro silbido después de verme.
- ¿A qué se debe esto? - Sonreí y me acerque a saludarlo, evite su pregunta y le pregunte por los chicos quienes justamente estaban saliendo del elevador.
- Esto es a lo que me refería. - Dijo Tom mientras me daba una vuelta en mi propio eje, después beso mi mejilla. - Esto... Hace unos diez minutos le dijimos a Dougie que era hora de irnos pero no ha bajado ¿Podrías ir a apresurarlo? - Me guiño nuevamente  un ojo al ver mi reacción en blanco, deje mi cosas a su cargo y ellos me indicaron que irían subiendo las cosas a la camioneta que nos llevaría al aeropuerto. Entre nuevamente el elevador junto con un señor que iba de traje y una señorita que parecía ser su acompañante. Ellos se bajaron dos pisos antes que yo y cuando salí del elevador tuve la suerte de toparme con Doug cerrando la puerta de su habitación.
- Oh, Dougie. - Me acerque a él al mismo tiempo que volteaba a verme, tenía una brillante sonrisa. - Me han mandado a apresurarte, será mejor que nos vayamos. - Asintió sin proferir sonido y volteo su rostro en una dirección ajena a la mía mientras pasaba casi corriendo a mi lado. - ¿Te ayudo con algo? - Pregunte mientras lo alcanzaba pero el sólo apresuraba su paso.
- No te preocupes. - Negó y el resto del pasillo lo cruzamos en silencio hasta el elevador, miraba de reojo su rostro que estaba en blanco literalmente, ni una sola emoción lo cruzaba y no había dicho nada acerca de mi apariencia. Supongo que es normal.
Pero si es normal.... ¿Por qué me molesta tanto?
Entramos al elevador y hubo un silencio de unos cuantos segundos hasta que él decidió romperlo.
- ¿Veras a Sam cuando lleguemos? - ¿A qué venía eso?
- Sí. - Hizo una expresión que fue indescifrable pero justo ahora le restaba importancia, sólo quería llegar con los chicos pero no sin antes saber… - ¿Por qué preguntas tan repentinamente?
- Mera curiosidad pues llevas meses hablando de lo emocionada que estas por verle de nuevo.
- Si, bueno, es una de las personas más importantes de mi vida.
- Y le quieres demasiado.
- Si, ya te lo había dicho antes, despistado.
- Lo sé. - Dio por terminada la corta conversación y nuevamente nos quedamos en silencio los cinco pisos que restaban por recorrer hasta llegar al lobby el cual se encontraba vacío a excepción de las personas que se encontraban en recepción.
- ¿Dónde están? - Pregunto él.
- Seguramente están subiendo las cosas en la camioneta. - Camine hacia la puerta principal mientras él me seguía a unos cuantos pasos de distancia pero aún sin decir nada, ninguno de los dos lo hacía. Nos encontramos a los chicos haciendo lo que yo había adivinado. Entre ellos se pusieron a platicar mientras yo le lanzaba una mirada enfurecida a Tom, él se acercó a mí con el semblante confundido.
- ¿Qué paso?
- Nada, Tom, eso fue lo que paso. - Entrecerró un poco los ojos dándome a entender que no entendía de que hablaba. - No dijo nada y su semblante, oh, su semblante estaba completamente en blanco pero huía de mí, no me vio a los ojos una sola vez.
- ¿Cómo es posible si te ves increíble? - Dijo en tono de burla, le respondí soltándole un leve golpe en el brazo.
- No es momento de bromas, me quiero cambiar.
- Que lastima que ya no tengas tiempo de hacerlo, vámonos.
- Pero…
- Listo, chicos. Hora de irnos. - Nos avisó Tommy Jay reforzando el punto de Tom quien me enarco una ceja y me ayudo a subir a la camioneta.
- No tienes idea de cuánto te odio en estos momentos, Thomas.
- No puedes odiarme.
- Lo estoy haciendo justo ahora. - Le dije enfurruñada mientras él tomaba asiento al lado mío.
- Le preguntare que pasa en el aeropuerto.
- No lo hagas, supongo que es normal y no hay nada de que sorprenderse.
- Oh, sí lo hay. Tú. - Me señalo con el dedo índice. - Vestida así. - Ahora indico todo mi cuerpo con ambas manos y no pude evitar soltar una carcajada. - Es una especie de milagro que no solo lo sorprende a él.
- Gracias. - Dije con un tono burlón de soberbia que logro que ambos soltáramos unas risas.
- Pero, siendo serios. - Enarque una ceja. - Oh, vamos, soy el más serio de los cuatro. - Asentí burlonamente. - Algo debe estar mal con él y yo lo descubriré por ti.
- Oh, que dulce. - Seguía molestándolo con los tonos de voz que usaba y eso parecía hacerle gracia a él también.

Dougie's POV

- Me han mandado a apresurarte, será mejor que nos vayamos. - Asentí sin saber que decir, se veía... Increíble. Gire mi rostro a otra dirección y camine rápidamente al elevador siendo flanqueado por ella. - ¿Te ayudo con algo?
- No te preocupes. - Caminamos en silencio, la podía sentir irritada
Entramos al elevador y unos segundos después de que las puertas se cerraran decidí hablar.
- ¿Veras a Sam cuando lleguemos? - No pude evitar hacerle esa pregunta, por algún motivo se había vestido así y estaba casi completamente seguro de que era por eso.
- Sí. - Inhale profundamente pues, si, me estaba sintiendo celoso, se veía asombrosa y era por él, aquel a quien solo ella conoce y aprecia desde siempre. - ¿Por qué preguntas tan repentinamente?
- Mera curiosidad pues llevas meses hablando de lo emocionada que estas por verle de nuevo. - Disimule mis facciones, logre hacer que se vieran completamente en blanco y ella parecía no sospechar nada.
- Si, bueno, es una de las personas más importantes de mi vida. - Noté el encogimiento de sus hombros.
- Y le quieres demasiado. - Repetí las palabras que había dicho hacia un tiempo.
- Si, ya te lo había dicho antes, despistado. - Y lo sabía y lo tenía muy presente aunque, para ser sincero, justo ahora me sentía un tanto dolido pues hace solo unos días le había dicho que quería pasar la eternidad con ella y hace unos meses le había pedido que saliera conmigo y, justo ahora, justo hoy, parecía que nada de eso le importaba, se reuniría con ese tal Sam sin siquiera importarle nada.
Sacudí mi cabeza, ella lo vería y estaría feliz, entonces todo estará bien si ella está así.
Pero…
Yo no seré la razón de su felicidad.
Como sea, olvídate de eso, Poynter.
Cuando las puertas del elevador se abrieron los chicos no se encontraban ahí, le pregunte a Zoé donde se encontraban y ella me contesto algo que casi no pude entender pero al ver que caminaba hacia la salida decidí seguirla. Salimos del hotel y de inmediato nos encontramos a los chicos, Tom se acercó a Zoé y hablaron por un largo rato pues inclusive estuvieron juntos en la camioneta, ocasionalmente, Tom me lanzaba miradas de reproche y pude entender que me quería decir algo y no dudaba que eso sería cuando llegáramos al aeropuerto lo cual hicimos en cuestión de minutos.
Hicimos el procedimiento habitual de chequear las maletas, pasar por el detector de metales y ahora de esperar a nuestra llamada para abordar el avión.
- ¿Puedo hablar contigo?
- ¿Necesitas preguntar eso, Tom?
- No, supongo que no. - Tomo asiento a mi lado pero antes de empezar a hablar examino a nuestro alrededor. - Bien ¿Qué te pasa? ¿Estás ciego?
- Eh, no, creo que no.
- ¿Entonces? ¿Cuál es tu problema?
- Que no entiendo de que estas hablando.
- De Zoé, tarado. - Me dio una palmada en la nuca que me hizo pellizcarle el brazo. - Hey, te lo merecías.
- ¿Por qué?
- Porque la has hecho sentir insegura. - Abrí los ojos y Tom solo me vio con un semblante que hasta a mí me hacía dudar de mi capacidad mental. - ¿Sabes que a pesar de que nosotros le dijéramos lo hermosa que se veía el día de hoy se sintió mal porque tu no le dijiste nada?
- ¿Enserio?
- Si, se vistió así para que tú, pedazo de idiota, la viera.
- No puedes estar seguro de eso.
- Créeme, que estoy más seguro de eso que tú.
- No creo eso, seguramente se arregló así porque hoy vera a Sam. - Frunció el ceño mientras negaba con la cabeza una par de veces.
- Eso no es verdad, estoy completamente, absolutamente seguro que se arregló para ti.
- ¿¡Cómo puedes saberlo!?
- Oh, vamos. - Dijo exasperado. - Ven aquí. - Me jalo de la playera y me susurro algo en el oido que me sorprendió pero que al mismo tiempo cambio todo lo que había pensado, inclusive, me había hecho sonreír.

Zoé’s POV

Siempre que subía a un avión era lo mismo, no me gustaba demostrarlo pero era algo que mi cuerpo no podía evitar. Me daba tantos nervios volar y más ahora que mi vida esta susceptible a situaciones de alto riesgo.

"Pasajeros del vuelo 467 con destino a la Ciudad de México, favor de tener su pase de abordar en la mano, en unos minutos comenzaremos a abordar."

Fue la llamada que me saco del hilo de mis pensamientos alrededor de ese temor tan grande de volar. Saque el pase de mi bolso y pude notar que un leve temblor invadía mis manos sacudiendo un poco el pedazo de papel en mi mano.
- ¿Estas emocionada? - Una voz a mi izquierda capto mi atención, era Danny. Asentí un par de veces con mi cabeza mientras bajaba mis manos al regazo.
- Pero estoy más nerviosa. - Agache la cabeza y comencé a juguetear con mis manos.
- ¿Por qué?
- Llevo casi un año sin estar ahí y justamente en esta semana se cumple un año de... - Trague saliva y parece que Danny entendió de que hablaba, paso un brazo sobre mis hombros y beso mi sien dulcemente.
- Tranquila, pequeña, todo irá bien. - Recargue mi cabeza sobre su hombro hasta que el altoparlante volvió a llamarnos.
- Vamos. - Dije golpeando levemente su pierna pero antes de que me pusiera de pie una mano se posó enfrente de mí. Levante mi vista al dueño y era Dougie, la tome y me ayudo a ponerme de pie, le sonreí antes de voltearme a tomar mis cosas pero nuevamente me detuvo.
- ¿Me permites? - Señalo las dos mochilas en las que estaban las cámaras y mi laptop.
- Gracias. - Las tomo y se las puso al hombro mientras yo hacía lo mismo con mi bolso, después paso su brazo por mi cintura y empezamos a caminar hacia la puerta, esta sensación era agradable.
Dimos los pases de abordar, los sellaron y nos regresaron una parte de ellos, ya en el pasillo que conectaba al avión con el aeropuerto me empezó a entrar un poco de ansiedad haciendo que me pegara a más a él.
- ¿Estas bien?
- Eh... Si, un poco nerviosa. - Le sonreí tímidamente y regrese mi vista al frente.
- ¿Qué asiento te toco? - Tome el pedazo de boleto y leí el  lugar en voz alta.
- Estoy en el A7.
- Que casualidad, yo estoy en el A8.
- Vaya coincidencia. - Dije cada palabra con detenimiento y un poco de sarcasmo. Ambos soltamos una carcajada. - ¿A quién le cambiaste el boleto?
- No se lo cambie a nadie. - Se escuchaba seguro de lo que decía.
- Tendré que creer en tus palabras.
- Es tu única opción. - Quedaba poco tramo para llegar al avión. Trataba de enfocar mi atención en no tropezar con las zapatillas pero esta misma atención era distraída por  su brazo alrededor de mi cintura que me ceñía más contra su cuerpo, justo cuando creía que podría hallar un hilo en mis pensamientos que seguir enajenado a él, él decide pegar sus labios a mi oído y murmurarme dulcemente: - Por cierto, el día de hoy te ves espectacular. - Mis mejillas se ruborizaron más y una sonrisa se dibujó en mi rostro hasta que escuchamos sonidos de aliento que provenían de nuestros compañeros. Dougie sólo soltó una risa, yo voltee a verlos y busque una mirada marrón en lugar de dos azules, cuando la encontré le sonreí y él supo a que me refería pues levanto un pulgar, después hizo una seña de victoria cerrando el puño, le murmuré un "gracias" y su respuesta fue un "te lo dije". Asentí y regrese mi vista al frente, ya estábamos en la puerta del avión.
- ¿Me permitirían ver sus pases? - Dougie se los entrego con la mano libre a la aeromoza que se encontraba en la entrada. - Los guiare a sus asientos, por aquí por favor. - Antes de seguirla Dougie me soltó y sentí un vacío aunque no fue muy duradero pues tomo mi mano. Comencé a caminar y nuestros asientos estaban cuatro filas atrás de la puerta.
- ¿Quieres ventanilla o pasillo? - Le pregunte a Dougie antes de sentarme.
- Pasillo. - Asentí y tome asiento mientras él guardaba mis cosas en las cabinas superiores, después se unió a mí. Harry y Danny se sentaron delante de nosotros mientras Tom y Tommy Jay se sentaron atrás pero no supe más de eso pues comencé a sentirme adormilada y de lo último de lo que me entere fue que su mano se entrelazo con la mía.

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