sábado, 5 de enero de 2013

41. We’ll meet again… In London.

Maratón PT. 8


Zoé’s POV

Empacar era algo que definitivamente me daba demasiada flojera y más ahora que la mayoría de mi equipaje se encontraba fuera de su maleta. Hoy salía nuestro vuelo a la una de la tarde hacia Caracas, Venezuela donde retomaríamos el tour. El vuelo tendría dos escalas, una en El Salvador y otra en Lima, Perú. En total serian trece horas de vuelo llegando a Venezuela a las tres de la mañana del día siguiente. Si, iba a ser un vuelo muy pesado. Comencé a guardar toda la ropa pues recién la había terminado de doblar. Sam también estaba haciendo su equipaje pues su vuelo de regreso a la ciudad de México salía media hora después que el nuestro.
Algo cambio respecto a Sam y era su actitud con Danny después de que lo beso de tal forma cuando tiro la torre del Jenga, también a mí me extraño la forma en que Sam lo beso pero también fue Danny quien hizo de las suyas pues se lo regreso y ahora ninguno de los dos se hablaban a menos que fuera completamente necesario. También sucedía que cuando Sam estaba enfrente de Danny, agachaba su mirada y se ruborizaba completamente haciéndole imposible el estar en la misma habitación que el por más de diez minutos. Ella me había dicho que esto se debía a que estaba confundida y no estaba segura de lo que sentía hacia él pero que seguramente ese incomodo sentimiento desaparecería una vez que ella regresara a México y mantuviera su cabeza ocupada en arreglar todo para su mudanza. Yo le respondí que solo pausaría esa sensación por cierto tiempo pero le asegure que surgiría de nuevo una vez que lo volviera a ver, se lo decía por experiencia.
¿Dougie y yo? Era demasiado divertido todo esto, también me ponía los pelos de punta pero no me importaba pues por fin estaba a su lado.
Observe el reloj en mi celular una vez que había terminado mi equipaje y le dije a Sam que tendríamos que apresurarnos pues el desayuno con Max era a las diez. Salimos de la habitación arrastrando las maletas y cuando salimos de la casa nos topamos con que los chicos ya nos esperaban. Cerré la casa con llave y no revise si faltaba algo pues lo había hecho ayer en la noche. Subimos las maletas al auto y después nos montamos nosotros en él. Sam arranco la camioneta y cuando llegamos al portón tuve que bajarme nuevamente a abrirlo y cerrarlo pues el control lo habíamos dejado guardado dentro de la casa, solo que esta vez lo asegure con una cadena y candado.
- ¿Dónde tenemos que vernos con Max?
- En el Mocambo que está a diez minutos del aeropuerto.
- Okay. - Sam nos llevó a aquel lugar que estaba a media hora de camino. Dejo el auto estacionado pues no permitió que un Valet Parking lo acomodara. Max ya nos estaba esperando cuando llegamos. Sam y yo lo saludamos con un abrazo y un beso en la mejilla mientras el resto de los chicos solo con un apretón de manos. Este restaurante contaba con un buffet todos los días así que no nos molestamos en observar la carta. Después de que todos tuvimos un plato enfrente de nosotros comenzamos a desayunar mientras Max, Sam y yo platicábamos acerca de lo que había pasado en los últimos años que no lo habíamos visto. Me comento que él ya se había enterado de lo que le había pasado a nuestras familias. Así transcurrió gran parte del desayuno hasta que Max toco un tema que llevaba rondando mi cabeza varias semanas.
- Zoé.
- ¿Dime?
- ¿Has pensado ejercer profesionalmente como músico? - Cuando Max formulo aquella pregunta todos se quedaron en silencio esperando mi respuesta.
- Lo he estado pensando últimamente.
- ¿Enserio? - Esta vez pregunto Tom, yo asentí y él formulo otra pregunta. - ¿Y bien?
- Uhmm… Es que me he dado cuenta de que la música también es una gran parte de mi vida pero la he dejado de lado después de que todo paso, sé muy bien que mis padres o mi hermano hubieran querido que siguiera con lo que me apasiona y son dos cosas: la música y la fotografía pero solo me enfoque a una de ellas cuando no puedo vivir sin la otra así que si, lo he considerado y es muy probable que lo haga.
- Nosotros podríamos ayudarte. - Dijo precipitadamente Tom.
- Oh, no Tom. Si quiero hacerlo lo hare por mis propios medios, no tienes de que preocuparte.
- Pero… - Tenia la suerte de que Tom estuviera a mi lado pues pude poner mi mano sobre la suya para hacer que se detuviera.
­- Lo aprecio mucho, Tom pero no tienes de que preocuparte, ninguno de ustedes tienen porque hacerlo.
- Pero si grabaras una canción con nosotros. - No había pregunta en lo que dijo Danny.
- En fin, tengo un amigo que tiene una discográfica y recién abrió una franquicia en Londres, está buscando nuevos talentos. Si te interesa, aquí está su tarjeta. - Max me entrego un pequeño rectángulo de opalina donde venía impreso un nombre junto con un número telefónico.
- Gracias, lo tendré en cuenta. - Guarde la tarjetita en mi cartera que a su vez guarde en mi bolso. Cambie el tema de conversación por el cómo le había ido a Max últimamente con el karaoke. Así pasó un largo rato hasta que observe la hora, era momento de irnos al aeropuerto para tener tiempo de documentar las maletas y todo ese proceso.
Nos despedimos de Max a quien le deje mis teléfonos, el de mi casa como mi celular para que cuando llegara visitar allá o cualquier cosita me marcara.
Llegamos al aeropuerto en diez minutos pero antes de hacer todo el proceso de los pases y documentación, entregamos el auto en la agencia donde lo rentamos. Después de cuarenta y cinco minutos, ya nos encontrábamos en la sala de espera con la noticia de que el vuelo de Sam se había adelantado una hora y estaba a punto de salir.
Pasajeros del vuelo 710 con destino a la ciudad de México, favor de presentarse en la puerta D3 con sus respectivos pases de abordar para comenzar con el mismo.
- Mi llamado. - Dijo Sam poniéndose de pie, se despidió de los chicos pero no supo cómo hacerlo con Danny quien se puso de pie y le dio un papelito, suerte que pude escuchar parte de lo que le dijo.
- Zoé me dijo que te mudarías a Londres.
- Sí.
- Toma mi número por si necesitas algo una vez que llegues o si solamente quieres hablar o lo que sea que se te ofrezca…
- Gracias. - Lo interrumpió mientras sonreía bobamente hacia aquel papelito.
- Y yo, uhmm… quería disculparme por lo de beso, sé que te ha incomodado. Lo lamento, Alex.
- No tienes de que disculparte, fue un impulso que ambos tuvimos. Lamento si me porte de manera pesada después de eso, todo fue una tontería.
- Tal vez tu actitud si fue una tontería pero no lo fue aquel beso, yo no me arrepiento. - Note a Sam sonrojada y estuve a punto de hacer una gran escándalo por lo que estaba pasando pero logre contenerme, esto era demasiado perfecto. Fingí estar usando mi celular mientras ellos seguían hablando.
- Para ser honesta, yo tampoco me arrepiento. - Mi yo interno está muerto, definitivamente muerto. Sam y Danny podrían ser la pareja perfecta.
- En ese caso, llámame cuando quieras repetirlo pero para eso tendrás que tener una cita conmigo. - Oh, por dios.
- Lo tendré en mente, será mejor que me vaya. - Levante mi vista cuando Sam dijo esto creyendo que se uniría a mí pero no, había plantado un beso en la mejilla de Jones, algo que lo tomo por sorpresa. - Nos vemos. - Dijo ella con una sonrisa alejándose de él.
- Definitivamente lo haremos. - Sam estaba ya conmigo cuando Danny le dijo eso, yo la tome fuertemente por el brazo mientras la arrastraba hacia la fila.
- Oh, mi dios. Samantha. - La fila para abordar su avión se encontraba avanzando y estábamos a una docena y media de personas de distancia para que Sam pudiera subir.
- Escuchaste todo.
- Era inevitable, estabas coqueteando con Danny después de creer que todo lo que sentías era una tontería.
- No lo es. - Sam marchaba con la vista fija en el suelo y una sonrisa pintada en el resto mientras sus mejillas estaba completamente ruborizadas.
- No sé qué decir pero si pudiera escribirlo en una computadora, estrellaría mi cabeza contra el teclado más de una vez. - Ambas reímos. - Aparte, te ha llamado Alex.
- Algo que tú todavía no aprendes.
- Porque yo soy tú amiga no tu potencial novio.
- Eres una boba.
- No desvíes el tema. Oh, no, no quiero que te vayas, Sam. - La aferre más fuerte del brazo cuando solo faltaba una persona para que abordara.
- Nos volveremos a encontrar, en Londres. - Dijo ella con una sonrisa.
- El veintinueve de julio. - Yo también sonreí pero no pude evitar derramar unas lágrimas.
- Siguiente. - Dijo la señorita pero nos salimos de la fila para dejar pasar al resto de los pasajeros.
- Toma, traje esto para ti. - Sam saco una pequeña cajita de su bolso que contenía dos brazaletes tejidos de color morado con un dije en forma de infinito en cada uno de ellos.
- Otro brazalete de la amistad. - Murmure emocionada sabiendo que uno era para mí y el otro para ella, tal vez éramos un poco mayores para esta clase de cosas pero era una tradición que no romperíamos jamás. Sam ato mi brazalete en mi muñeca izquierda y yo hice lo mismo con el suyo.
- Nos veremos muy pronto. - Nos dimos un abrazo que hizo que se nos saltaran unas lágrimas. - Es hora de que me vaya. - Eso hizo que la apretara más. - Oh, vamos, Zoé, no es un “adiós” definitivo, es un “hasta luego”. - La solté y la vi marcharse, le entrego el pase a la señorita y justo antes de atravesar la puerta que la llevaría hacia el túnel que conectaba con el avión, le dije audiblemente.
- Feliz cumpleaños.
- Sera mejor que me llames ese día. - Sonreí y asentí mientras ambas nos despedíamos con el mismo gesto de la mano. Una parte de mí se iba en ese avión y era mi mejor amiga. Unas manos rodearon mi cintura desde atrás y ese inconfundible ente beso mi sien.
- ¿Estas bien?
- Es solo que odio las despedidas. Tome sus manos y deje caer mi cabeza en su hombro.
- Volverás a verla muy pronto.
- Lo sé.
Unos días bastaron para que todo cambiara y de la manera más positiva posible. Mi mejor amiga se mudaría conmigo a Londres. El chico del que estaba enamorada desde casi siempre ahora era mi novio y me pertenecía como yo a él. Nada podía arruinar estos momentos, nada ni nadie lo lograría, no lo permitiría.




Y aquí es donde se acaba el maratón. Ocho capítulos que no pueden considerarse cortos a excepción de este ultimo.
Espero lo hayan disfrutado, no, no significa que este fic acaba como normalmente pasa cuando los personajes están por fin juntos. Todavía falta muchisismo y esto puede ser considerado el punto de partida de lo que esta por pasar.
Lamento haber tardado en subir todo esto, lo quería terminar desde navidad pero por tal y tal motivo no pude hacerlo hasta hoy. Yo disfrute demasiado escribir toda esta serie de capítulos y honestamente me ha encantado el giro que tomo toda la historia ¿Ustedes que opinan? En fin, espero me dejen sus comentarios y que me tengan paciencia para subir el próximo capitulo pues ya entro en el final del semestre y por terminar esto no he avanzado con mis proyectos finales, lol. Pero no podía empezar mis proyectos sin haber subido el maratón pues seria posponerlo mas y mas y ya lo he hecho bastante.
Les deseo lo mejor para este año, aunque sea un poco tarde, y que se la pasen de maravilla en este 2013. Realmente les agradezco seguir leyendo esto, a quienes lo hacen y seguirme animando para que continué escribiendo, no saben como me motivan con cada comentario que me dejan.
Yo me despido, cuídense mucho mis estimadas lectoras :3
Atte: Zoé.

40. Games.

Maratón PT. 7

Zoé's POV

Despertar y ganarle al sol, últimamente ese era el deporte en el que podría ganar una medalla de oro.
Recoger cabello en una coleta, ponerse unos shorts, un suéter de cachemira beige y unos converse sin molestarse en tomar un par de calcetas. Un vistazo vanidoso al espejo, un último arreglo al cabello. Oh, lo dientes. Lavarlos a consciencia: de arriba a abajo, de adentro hacia fuera. Sonreír de manera exagerada al espejo y quedar satisfecha con el reflejo. Abrí la puerta del baño con cuidado pero rechino y al mismo tiempo Sam se retorció en su cama pero sin señal de haber interrumpido su sueño. Camine sigilosamente por la habitación pero aun así de escuchaban mis pasos gracias a los tenis los cuales deje, no serían necesarios. Llegue a la puerta y la abrí estando demasiado consciente de cada movimiento, no rechino. La cerré de igual manera y cruce el pasillo en puntillas, después de pasar tres días aquí por fin tenía calculado cual era el tablón de madera que rechinaba y logre esquivarlo exitosamente. Baje los escalones de dos en dos y antes de salir me asome por la ventana para revisar si había alguna señal de él pero no había ninguna. Le había ganado. Tome la llave que abría la cerradura de la puerta que conectaba con la playa, mis manos temblaban por alguna razón y esto provoco que las llaves se resbalaran de mis manos creando un gran estruendo al impactar contra el suelo.
- Maldición, maldición, maldición. - Masculle entre dientes mientras tomaba nuevamente las llaves y las presionaba contra mi pecho para evitar todo ese tintineó. Busque la llave correspondiente y la encontré rápidamente. Tuve que ponerme en cuclillas para insertarla en el cerrojo y girar el mismo sin hacer el mínimo ruido. Cuando lo logre, deje la puerta emparejada y coloque las llaves en su lugar. Me dirigí al exterior y cuando tenía un paso en el mismo un ruido a mis espaldas me sobresalto. Gire rápidamente y me topé con la nada, seguro algún mueble o algo por el estilo. Me tranquilice y por fin di el último paso para encontrarme completamente afuera. Observe el cielo y después el reloj en mi celular, demasiado temprano como para que él llegará pronto. El amanecer estaba a una hora de distancia y el cielo recién comenzaba a aclararse. Con la sombra de la desilusión flotando sobre mi, camine a paso lento hacia la costa para tomar asiento en la orilla de la misma permitiendo que el mar acariciara la planta de mis pies y un poco de mis dedos. Comencé a escarbar quisquillosamente la arena que estaba a mi alcance, encontraba pequeñas conchas e inclusive caracoles marinos que ponía en el agua una vez que esta se acercaba a mí.
El cielo se aclaraba cada vez más mientras el tiempo pasaba y el astro rey estaba a punto de asomarse pero habían algunas nubes grises que decoraban no muy favorablemente el cielo. Deje mi vista clavada en el horizonte sin tener un punto fijo que no fuera el mar hasta que un brazo rodeó mi cintura, el dueño de aquel brazo beso mi sien dulcemente.
- Buenos días. - Saludo con una voz ronca.
- Hola. - Salude sonriéndole mientras giraba hacia él, también había perdido su vista en algún punto del horizonte, aproveche y bese su mejilla donde había un leve rastro de que no se había afeitado.
- ¿Te sientes bien? - Pregunto con tono consternado mientras me volteaba a ver con un semblante preocupado.
- De maravilla ¿Por?
- Dormiste pocas horas. - Su mano se posó en mi mejilla mientras su pulgar acariciaba el contorno de mis ojos donde seguramente tenía unas ojeras bien marcadas.
- Pero me siento bien, no tienes por qué preocuparte. - Quise suavizar su expresión plantando un beso en la punta de su nariz. - Tú ¿Cómo te sientes?
- Feliz. - Me regalo una sonrisa y sentí su proximidad, el cerraba la distancia entre nosotros justo en el momento en el que el Sol ascendía por el cielo pero ahora no era algo a lo que le prestará especial atención pues estaba más concentrada en como nuestras sombras se fundían en una sola.
- Espera, espera, espera. - Murmure contra sus labios para después alejarme unos centímetros de él y poder recuperar la compostura que él lograba deshacer. - Los chicos no pueden saber de esto. - Lo señale con un dedo acusador.
- Estoy consciente de eso pero estas de acuerdo en que en algún punto se enteraran y tal vez antes de que el tour acabe.
- Estoy segura de que será así pero prefiero tarde que temprano.
- No entiendo porque tanto misterio. - Le lance una mirada estupefacta. - Es decir, si lo entiendo en cuanto a los medios pero ¿Con los chicos? Son confiables.
- Créeme que lo sé pero, no sé ¿No quieres guardar este secreto lo más que se pueda? - Dije mientras envolvía su cuello con mis brazos.
- ¿Te avergüenza que sepan que soy tu novio?
- ¿Qué? - Coloque mis manos en sus hombros estirando mis brazos para poderlo ver bien a los ojos. - No, por supuesto que no ¿Qué te hace pensar eso? - Mi ceño se frunció y él lo suavizo con una leve caricia.
- Estaba bromeando. - Entonces beso nuevamente mis labios.

(* * *)

Eran pasadas las diez cuando regresamos a la casa. Entramos por la misma puerta por la que yo había salido esta mañana, esta puerta conectaba con la sala de estar que estaba justo al lado de la cocina de donde escuchamos las voces de los chicos.
- Sal por el pasillo como si hubieras salido de tu habitación. - Indique a Dougie dándole un leve empujoncito.
- Pero tengo que hacer algo antes. - Susurro para después tomarme de la muñeca y besar mis labios nuevamente, comencé a sentir cosquillas en el estómago pues alguien estaba empujando la puerta de la cocina y salió justo en el momento en el que Dougie salió corriendo de la habitación.
- Zoé ¿Qué haces aquí? Y… ¿Por qué estás tan ruborizada? - Pregunto Danny mientras me observaba curiosamente y sacando conclusiones en su cabeza, coloque mis manos en ambas mejillas mientras buscaba una respuesta rápida a su pregunta.
- Salí a correr. - Fingí limpiar el sudor no existente en mi frente con la manga de mi suéter. - Buen ejercicio, deberías intentarlo.
- ¿Sabes dónde está Do…
- Buenos días. - Danny fue interrumpido por el audible saludo de Dougie desde la cocina.
- Creo que está en la cocina. - Señale el dichosos lugar y después me hundí de hombros. - ¿Quedo algo para desayunar?
- Uhh, si, quedaron unos cuantos panqueques.
- Sera mejor que me apresure y coma algunos. - Pase justo al lado de Danny y podía sentir su mirada sobre mi conforme avanzaba hacia la cocina e intente ahogar una risita de nervios. - Buenos días. - Salude cuando cruce la puerta, tome un panqueque y comencé a masticarlo mientras pretendía perderme en la conversación que Tom, Harry y Sam tenían pero solo pude perderme en aquel par de ojos azules que me miraban desde el otro lado de la habitación. El sostenía una taza de café cerca de sus labios y pude notar la sonrisa que se dibujó en su rostro, por ende, se me contagio y tuve que cambiar mi mirada de dirección hacia el exterior notando que las nubes grises se arremolinaban más y más tapando el cielo completamente.
- Ojala no llueva. - Dijo Sam repentinamente.
- Es muy probable que lo haga.
- En ese caso, salgamos a la playa y aprovechemos el tiempo que nos quede.

Sam’s POV

Los últimos días podrían ser considerados como unos de los más divertidos que he tenido últimamente, mi mejor amiga se encontraba en México trabajando para nuestra banda favorita que ahora podrían ser considerados como nuestros amigos. El lazo entre nosotros se formó rápidamente pues solo fue cuestión de cruzar unas cuantas palabras para saber que estos chicos serian parte importante de mi vida pero no solo como lo que originalmente eran para mí: mi banda favorita que era inalcanzable, ahora los veía como los amigos que una chica siempre quiso tener, aunque no puedo generalizar. En realidad, había algo en Daniel que ciertamente me intranquilizaba cuando se encontraba a mi alrededor, intentaba no estar muy cerca de él pues era extraña la forma en que me hacía sentir y no sabía si eso era bueno o malo. Fuera de eso, todo era perfecto aunque justo ahora tenía una gran duda de lo que había pasado en la cita de ayer de Dougie y Zoé, era obvio que algo había ocurrido pero ¿Qué? Mientras pensaba en las posibles opciones camine hacia uno de los armarios de la casa para tomar un balón de goma con el que podríamos jugar futbol descalzos sin lastimar nuestros dedos de los pies. Regrese a la cocina y les dije mi idea que les fascino, salimos hacia la playa y los más atrasados eran justamente Dougie y Zoé que platicaban con cierto aire de privacidad y cercanía entre ellos.
- Harry y Danny escogen. - Dije después de que marcáramos las porterías con nuestros zapatos a excepción de los Zoé quien venía descalza.
- Sam. - Escogió Harry primero y me fui hacia su lado chocando las palmas.
- Tom.
- Dougie.
- Zoé.
- No te queda de otra. - Le dijo ella a Danny cuando se acercó a él, Danny le saco la lengua como un niño chiquito y no sé porque ese gesto me causo mucha ternura.
- Capitanes, al centro. - Indique mientras colocaba el balón en el punto centro de nuestro improvisado campo. - No sé cómo hacer esto. - Solté una risa y me aleje de ellos para que después Tom les dará la indicación de que el juego ya había empezado, Danny burlo a Harry pasándole el balón a Zoé que corría hacia nuestra portería pero a unos cuantos pasos de la misma se topó con Dougie y el la cargo por la cintura alejándola del balón para darle una patada y pasármelo a mí, se lo regrese a Harry y nos dimos cuenta que solo jugaríamos él y yo pues Zoé se encontraba molestando a nuestro tercer jugador.
- Eso fue trampa. - Dijo ella mientras le soltaba un golpe a Dougie quien lo detuvo tomando el puño de ella entre una de sus manos. Logramos anotarles un gol y Tom reia mientras Danny le lanzaba una mirada autoritaria a Zoé.
- ¿Juegas o ligas, Zoé? - Más de uno soltó una risa por aquel comentario mientras la susodicha se alejaba de Poynter para acercarse a su equipo. Tom saco el balón pues era el portero pasándoselo a Zoé quien me burlo a mí y a Harry pero no lo logro con Dougie, el nuevamente la detuvo dándole un abrazo de oso. Era demasiado gracioso la forma en que el la distraía y molestaba, casi como si fueran una… Todo tomo sentido después de que ese pensamiento cruzara mi cabeza. Casi como si fueran una pareja pues lo eran. Observe un poco más la escena y note algo en el cuello de Zoé, era un collar que tenía dos colgantes en él, collar que ella no tenía hasta ayer. Observe aquella escena con una ancha sonrisa y notando algo más. Algo había cambiado en cada uno de ellos, era como si por fin fueran ellos mismos, sin miedo a esconder nada. Parece que yo era la única que había notado aquello e intentaría mantenerlo así.
Después de jugar un largo rato nos detuvimos y acostamos sobre la arena, la luz del sol no se filtraba por las nubes pero se podía sentir el calor que irradiaba y justo ahora era bochornoso por la humedad que las nubes generaban. En algún momento note que cerre mis ojos y al siguiente ya me encontraba en brazos de alguno de los chicos con destino hacia el mar.
- ¡Suéltame! - Exigió mi amiga en algún lugar no muy lejos, la busque con la mirada y se encontraba sobre los hombros de Dougie mientras que yo note que quien me sostenía era Harry.
- Harry, no se te ocurra. - Dije en un tono más de súplica que de amenaza.
- Demasiado tarde. - Respondió arrojándome al mar a la par que Dougie lanzaba a Zoé pero se hundía con ella, salí a la superficie sintiendo escalofríos por la temperatura del agua, escuchamos las risas de Danny y Tom en algún punto de la orilla, Harry y yo nos lanzamos una mirada cómplice y nos dirigimos hacia ellos para arrogarles agua y no se quedaran atrás. Yo me encargue de hundir a Tom mientras Harry a Danny, esto transcurrió rápidamente y cuando todos nos encontramos empapados Dougie y Zoé por fin salieron. Ella empezó a empujarlo a él y comenzamos a lanzarnos agua entre nosotros comenzando una especie de guerra.
Pasamos demasiado tiempo ahí pues comenzó a caer un aguacero y extrañamente se sentía cálido al tacto.
- Será mejor que entremos. - Comento Tom y todos fuimos a refugiarnos a la casa creando un desastre pues lo único que hacíamos era mojar todo a nuestro paso. Cada quien fue a su habitación para tomar una ducha. Zoé estaba a punto de entrar a su baño pero logre detenerla.
- Así que ¿Tú y Poynter? ¡¿Por fin?! - Sus ojos se abrieron como platos y después agacho su cabeza ocultando su rubor detrás de una cortina de cabello húmedo.
- ¿Cómo sabes?
- Los vi en la playa.
- Pero no hicimos nada.
- Nada que ellos pudieran notar pero, dios, soy tu mejor amiga. Aparte, ese collar no lo tenías.
- Al demonio, si, ayer me pidió que fuera su novia. - Sonreí ampliamente ante aquella noticia.
- ¿Puedo verlo? - Señale el collar en su cuello y ella asintió acercándose a mí, observe los anillos y vi sus nombre grabados, uno en cada anillo. - Es hermoso. Supongo que si aceptaste ¿No?
- Por supuesto que sí.
- ¿Y el acuerdo de profesionalidad?
- Puede irse al demonio. Bueno, no tan literalmente. Vamos a mantener la relación en un bajo perfil hasta que el tour acabe pero, en realidad, habíamos esperado demasiado para que esto pasara.
- Si me dijiste. Me alegro por ti, enserio. - La envolví en un abrazo y cuando la solte note aquella sonrisa tan brillante que tenía en el rostro. - Anda, toma una ducha o te vas a resfriar.

Zoé’s POV

- Si, mamá. - Dije antes de entrar al baño. Me deshice de mi ropa que estaba completamente mojada y la colgué en el tubo donde suelo colgar las toallas. Abrí el grifo del agua calienta y me sumergí en aquella cortina de agua hirviendo por más de veinte minutos. Cuando cerré la llave escuche la llave de la habitación cerrarse seguramente porque Sam ya había dejado la habitación. Me envolví mi cuerpo con una toalla mientras que con otra quitaba el exceso de agua en mi cabello. Salí del baño y me vestí con unos sencillos pantalones de mezclilla entubados, una blusa básica negra con cuello en forma de “v” y nuevamente mis vans negros. Encima me coloque una sudadera de cierre negra  pues comenzó a hacer un poco de frio y, a su vez, logro cubrir aquel valioso collar de la vista de los demás. Me quede sin maquillaje y lo único que le hice a mi cabello fue cepillarlo y alborotarlo un poco. Me senté en mi cama mientras observaba la lluvia caer detrás de la ventana y repentinamente me invadió la somnolencia. Me recosté unos cuantos minutos que bastaron para sumirse en la inconsciencia del sueño.

Dougie’s POV

Salí de mi habitación con el cabello aun húmedo y me uní a los chicos en la sala de estar. Solo faltaban Sam y Zoé pero la primera llego cinco minutos después sin su amiga, sin mi novia.
- ¿Y Zoé? - Pregunto Harry.
- Se ha quedado dormida. - Sam se dejó caer en el sofá que estaba al lado de mí y encendió el televisor que ahora era nuestro único entretenimiento pues la lluvia no dejaba de caer.
- ¿Es normal que llueva tanto tiempo?
- Si, es demasiado recurrente aquí y no creo que se detenga hasta la noche. - Sam le respondió a Tom soltando un bufido. Estuvimos una hora y media viendo una película llamada “Watchmen” en la televisión que era de unos superhéroes bastante originales, aunque extraños pero es lo único que puedo decir de aquella película pues no le preste demasiada atención.
- ¿Quieren ordenar algo para comer? - Sam rompió el silencio tan extenso que se había formado. Todos asentimos y acordamos en pedir unas pizzas pues los últimos días habíamos comido solo pescado y mariscos. Llegaron después de media hora exacta.
- Iré a despertar a Zoé. - No espere a que nadie me respondiera o dijera algo pues salí casi corriendo a su habitación. Toque un par de veces y al no recibir respuesta entre. Ella estaba recostada boca arriba sobre su cama. Me acerque y me senté en el borde de la misma. La observe durante unos minutos cuando ese impulso de besarla me invadió y esta vez no quise ignorarlo. Me acerque lentamente a ella y cuando estuve a nada de rozar sus labios, su voz me sobresalto.
- ¿En qué puedo ayudarle? - Me aleje bruscamente de ella y gire mi rostro hacia la pared para que ella no viera lo ruborizado que me había puesto.
- Lo… lo siento… yo, uhmm, yo... - Sentí como la cama se movía gracias a que ella se había incorporado, entonces me abrazo por la espalda y recargo su cabeza en mi hombro.
- No tienes por qué disculparte. - Soltó una risita dulce. - Aunque haya sido demasiado gracioso.  - Gire a verla.
- Te pareció gracioso ¿huh?
- Si, bastante.
- Esto te parecerá más. - La tome por ambas muñecas y la tumbe de espaldas en la cama para después acercar mis labios a su cuello estampándolos ahí, entonces sople con todas mis fuerzas y ella empezó a retorcerse mientras soltaba varias risas.
- Ya, Dougie, por favor. - Cada palabra la dijo entre risas y note como quería deshacerse de mi agarre en sus muñecas mientras doblaba su cuello en mi dirección indicándome que me detuviera.
- No quiero. - Después de que dije eso, ella se impulsó con la fuerza suficiente para que rodáramos pero la cama no era lo suficientemente ancha para aguantar esa vuelta así que ambos caímos al suelo, yo quede encima de ella pero rodé hacia mi costado quedando justo a su lado con mi espalda en el suelo. Ella empezó a reírse hasta que unos nudillos tocaron a la puerta.
- ¿Dougie? ¿Ya despertó Zoé? - Reconocí la voz de Tom detrás de la puerta, Zoé estuvo a punto de responder pero le tape la boca.
- Si, está en el baño.
- Las pizzas se enfrían.
- Enseguida vamos. - Se escucharon los pasos de Tom alejándose por el pasillo y cuando estuve seguro de que se había marchado, destape la boca de Zoé y comencé a reír nerviosamente seguido por ella.
- ¿Así va a ser el resto del tour? - Pregunto incrédulamente.
- Puedes apostarlo.
- Vamos a sufrir una sobrecarga de adrenalina. - Nuestras risas aumentaron hasta que me puse de pie para ayudarla a ella a hacer lo mismo.
- Vayamos a comer. - Salimos de la habitación tomados de las manos hasta que llegamos a la cocina donde nos soltamos. Ella se sentó en medio de Sam y Tom mientras yo me sentaba al otro lado de Tom. Ambos nos estiramos al mismo tiempo para tomar una rebana de pizza y resulto que queríamos tomar la misma que era la última de su sabor.
- Yo tomare otra. - Dijo ella alejando su mano.
- O podemos cortarla por la mitad. - Tome uno de los cuchillos que se encontraban próximos y la corte por la mitad dándole una parte a ella.
 - Gracias. - Le sonreí como respuesta y comencé a comer mi parte.
- Juguemos Jenga después de comer. - Comento Harry observando una de las repisas que se encontraban por ahí. A todos nos pareció excelente esa idea, cuando terminamos de comer Zoé y Sam lavaron los platos sucios mientras nosotros discutíamos quien sacaría la basura, perdió Danny y la saco regresando con unas cuantas gotas escurriéndole del cabello. La cocina quedo limpia y nos movimos hacia la sala para usar la mesita de centro y poner ahí el Jenga. Lo armamos rápidamente mientas decidíamos el orden de los turnos que al final fue en el que nos encontrábamos sentados.
- Quien tire la torre tendrá que cumplir algún castigo o algo por el estilo. - Sam señalo a todos después de hablar y ninguno de nosotros se quejó.

Sam’s POV

El orden en el que estábamos sentados de izquierda a derecha era primero Tom, Danny, Zoé, Dougie, Harry y yo por lo cual Tom tendría el primer turno y yo el ultimo. Las primeras jugadas en el Jenga siempre eran las más fáciles pues todavía se encontraba estable pero a partir de la tercera ronda todo era más peliagudo y más en este caso que los primeros cuatro niveles se encontraba sostenidos únicamente por el pilar medio de cada uno. Era mi turno y comencé a sacar una pieza lentamente pero mis manos comenzaron a temblar pero pude sacar exitosamente la pieza que quería.
- Te tiemblan las manos, Sam. - Señalo Zoé con cierta sorpresa. - Si sigues así la tiraras.
- Oh, cállate. - Escuche como ahogo una risita, coloque lentamente la pieza en la parte superior de la torre pero, de alguna forma, logre tirarla. - Maldición.
- Yo le llamo a eso KARMA. - Zoé dijo la última palabra con lentitud exagerada.
- ¿Y bien? ¿Qué voy a tener que hacer?
- Besar a uno de los chicos.
- No. - Me negué inmediatamente.
- ¿Por qué no? Es solo un beso.
- No.
- ¿Por qué?
- Porque todos tiene novia.
- Dougie y Danny no. - Esto lo respondió Tom.
- Tendrás que besar a Jones. - Concluyo Zoé.
- ¿Por qué no a Poynter? - Okay, esto lo dije para molestarla.
- Porque no te caigo bien. - Dougie respondió y note como por debajo de la mesa tomaba la mano de Zoé.
- Si a Danny no le molesta, lo haré.
- ¿Tienes algún inconveniente con eso, Dan?
- Es solo un beso. - Dijo él restándole importancia al asunto. Me puse de pie al igual que él y tuve nuevamente esa intranquilizante sensación a medida que me acercaba a él.
- Okay, solo un beso.
- Mínimo siete segundos. - Nos recordó Zoé, serían los siete segundos más largos de mi vida. Me pare sobre las puntas de mis pies cerrando la distancia entre nosotros, él estaba estático inclusive cuando plante mis labios sobre los suyos pero esto solo fue por tres segundos pues después tomo mi cintura y me acerco a él mientras me regresaba el beso.
No me detuve, no me separe, no me importo que fueran más de siete segundos cuando decidí besarlo enserio.
- Listo, siete segundos. - Dijo alguno de ellos pero no preste atención, estaba demasiado enfocada en el que podría ser el mejor beso que me han dado. Mis brazos se acomodaron en sus hombros mientras mis manos colgaban detrás de él pero siempre había un factor que interrumpía besos tan perfectos: oxígeno y su ausencia.
Nos separamos mire fijamente sus ojos que me veían con una sonrisa, estaba estupefacta ¿Qué demonios acababa de pasar?

39. Just be mine...

Maratón PT. 6

Zoé's POV

- Eh... - Escuche en algún punto de la habitación. - Zoé, abre los ojos. - Reconocí aquella voz como la de Sam y al hacer lo que me pidió mis ojos ardieron como el infierno: La luz del sol se filtraba en la habitación con toda su intensidad pues todas las cortinas que me resguardaron hasta ahora estaba abiertas de par en par. Me cubrí completamente con el edredón y grite ahogadamente.
- ¡Samantha! - Escuche su risa en el pasillo, seguramente se había marchado pero yo no estaba dispuesta a descubrir si mis deducciones eran ciertas. Mi cabeza empezó a doler agudamente, malditos sean los efectos de la resaca. Cuando creí que podría dormir un poco más unos nudillos tocaron sin parar mi puerta.
- ¡Está bien! ¡Está bien! - Grite y ella dejo de tocar. Me levanté con pesar de la cama y cuando me vi en el espejo del baño encontré a una versión deteriorada de mi de la noche anterior: Mi cabello estaba completamente enmarañado mientras que mi maquillaje se encontraba corriendo dándole a mi cara la apariencia de un mapache o un panda. Me deshice de mi ropa y después de los pasadores que se habían enredado en mi cabello, al final pase un poco de desmaquillante por mi rostro y me metí a la ducha con agua tibia, no estaba de humor para nivelar la temperatura perfecta. Me puse unos shorts de mezclilla desgastados con una blusa blanca y encima aquella sudadera gris con un «ATTICUS» grabado en letras negras entonces algo hizo que el dolor de mi cabeza se volviera más agudo... Música a todo volumen en algún punto de la casa. Dios, mi mejor amiga me quería matar.

Dougie's POV

- Buenos días. - Salude cuando tome asiento en un taburete frente a la mesada de la cocina, Harry me ofreció una taza de café la cual acepte dichoso.
- ¿Las chicas? - Pregunto Tom.
- Zoé sigue dormida.
- Me lo imaginaba. - Harry soltó una risa, después apoyó sus brazos sobre la mesada. - Ayer tomo demasiado.
- Hoy se sentirá fatal. - Dijo Tom. - ¿Y Sam?
- Fue a despertarla. - Respondió Danny con una media sonrisa, Tom le lanzo una mirada inquisitiva que él no noto hasta que levanto su vista del vaso con jugo de naranja que traía entre sus manos. - ¿Qué?
- Te gusta Sam.
- N... No. - Tom enarco una ceja mientras Harry y yo esperábamos expectantes su respuesta verdadera. - No, enserio.
- Danny. - Tom hablo en tono autoritario, tono de «te conozco hace más de ocho años, no puedes engañarme»
- No...
- Danny.
- No puedo decirlo con seguridad pero…
- ¿Daniel Alan David Jones inseguro acerca de algo? ¡¿Qué ha hecho esa chica contigo?! - Exageró Harry mientras soltábamos varias risas.
- Puede sonar increíble pero así son las cosas, algo paso desde el momento en que la vi que, no sé, hace que cada vez que la vea me sienta nervioso e incapaz de pensar con claridad pero no puedo saber si me gusta o no pues no he tratado mucho con ella.
- A mí, lo que acabas de decir no me suena a solo atracción. - Comenzó a decir Tom.
- ¿De qué hablas? - Danny frunció el ceño confundido.
- Suena a “amor a primera vista”. - Danny soltó un pero se podía notar en su semblante que estaba considerando las palabras de Tom justo cuando entro Sam a la cocina con una sonrisa traviesa, se dirigió a la mesada y tomo un control del cual presiono un botón haciendo que empezara a sonar música por toda la casa pero no pareció serle suficiente pues subió el volumen lo más que pudo, Danny se acercó a ella y le susurró al oído algo que entendí como un «¿Qué estás haciendo?», ella sólo respondió con un gesto de la mano indicándole que esperara, después comenzó a contar en voz alta.
- Cinco, cuatro, tres...
- ¡Samantha Alejandra Vega Martínez! - Se escuchó su grito sobre la música.
- Vaya, más rápido de lo que yo predecía. - Entonces apareció ella en el marco de la puerta con el cabello completamente húmedo. Se masajeaba ambas sienes con sus manos y lanzaba miradas asesinas a Sam quien ahora mordía su labio inferior e intentaba aguantar la risa mientras apagaba la música.
- Enserio, Samantha ¿Eso era realmente necesario?
- Uhmm... Sí. - Se acercó al horno de microondas y de ahí saco una taza con un líquido humeante, después fue hacia Zoé y le tendió la taza. - Toma esto, te hará bien.
- Gracias, pero esto no quita el hecho de que quieras matarme.
- No quería matarte, sólo quería que despertarás. - Sam acaricio el cabello de Zoé y pude notar la ligera diferencia de estaturas entre ellas dos, Sam era unos cinco centímetros más alta que Zoé. - Iremos a la playa, prepárate cuando termines de tomar eso.
- ¿No hay desayuno para mí? - Zoé hizo un puchero después de tomar asiento en un banco al lado de Harry.
- Claro que sí. - Sam tomo un plato con dos tostadas que tenían algo untado.
- ¿Tostadas con miel? - Pregunto Zoé después de examinar con cuidado su plato.
- Es eso o avena. - Frunció el ceño después del comentario de Sam y negó con la cabeza. - Aunque sería mejor bicarbonato de sodio con agua.
- Ugh, no, yo paso. - Mientras Zoé comía sus tostadas y platicaba con Harry, Sam se puso a preparar algo para nosotros. Danny se acercó a ella y empezaron a cocinar juntos mientras Tom y yo salíamos a uno de los balcones de la casa con nuestras tazas de café, solté un suspiro inconscientemente.
- ¿Estas bien? - Pregunto Tom.
- Mejor que nunca. - Respondí después de tomar un sorbo de café, sentía la mirada de Tom en mi perfil.
- Me alegra escuchar eso. - Me dio una palmada en el brazo y después entró en la casa. Yo gire y recargue mi peso en la verja de madera que rodeaba al balcón, entonces atisbe por la ventana a aquella chica tan deslumbrante y perfecta, justo ahora platicaba con Harry como hacía unos minutos pero ahora Tom se unía a su conversación, este último le hizo una pregunta que la hizo fruncir el ceño y ladear un poco la cabeza en señal de confusión. Sus labios se movieron y le preguntaron algo a Tom quien la hizo reír y ruborizar al mismo tiempo, después bajo su mirada al plato vacío enfrente de ella y se hundió de hombros. Su cabello hizo una especie de cortina que me bloqueo la vista de su rostro pero esto no fue por mucho pues aquellos mechones fueron colocados detrás de su oreja por ella, después su vista viajo hasta el punto donde yo estaba y se me quedo viendo a los ojos por unos minutos los cuales parecían eternos aunque no molestos, sonrió y yo automáticamente sonreí, era como sí sólo estuviéramos ella y yo mirándonos el uno al otro, yo admirándola y ella diciéndome tantas cosas con una sola mirada.
- ¿Dougie? - Perdí el contacto visual con Zoé pues Sam se había interpuesto.
- ¿Qué pasa?
- Ya está el desayuno ¿Vienes?
- Por supuesto. - Sam entro a la casa y yo la seguí, instintivamente volví a buscar a Zoé pero no estaba en su lugar y me frustro un poco pues quería ser yo quien se sentará a su lado. Tome asiento en uno de los bancos vacíos y Sam puso un plato con algo que se veía delicioso delante de mí. Danny se iba a sentar a mi lado derecho pues en el izquierdo estaba Harry pero fue interrumpido.
- ¿Puedo? - Al reconocer aquella voz me atragante con el jugo de naranja que tomaba.
- Por supuesto. - Danny me dio dos palmadas en la espalda y Zoé tomo asiento, ella también me dio unas cuantas palmadas hasta que logre dejar de toser.
- Vaya, algo debió sorprenderte demasiado. - Ambos sonreímos como cómplices y nos unimos a la conversación que los chicos y Sam tenían, eran sobre los planes de hoy pero al final no quedo nada claro y dijeron que pasaría lo que tenga que pasar. Yo quería asegurarme que Zoé recordara lo que había pasado la noche anterior y para eso tuve que esperar hasta que todos se hubieran ido a sus habitaciones.
- Salimos en media hora. - Nos confirmó Sam desde el marco de la puerta y ambos asentimos, note la mirada que ella le lanzó a Zoé con una media sonrisa.
- Será mejor que también me apresure ¿Terminaste? - Asentí ante su pregunta. Tomo mi plato y se acercó al fregadero a lavarlo junto con los demás, yo la ayude secándolos con una toalla. Cuando terminamos los comenzó a guardar y una vez hecho esto estuvo a punto de marcharse pero la detuve sosteniéndola de la muñeca.
- Espera, te quiero hacer una pregunta. - Su semblante se denotaba confuso.
- Dime.
- ¿Recuerdas lo que pasó anoche? - Asintió inmediatamente con las mejillas ruborizadas lo que me hizo sonreír.
- ¿Recuerdas los planes que tú y yo tenemos esta noche? - Volvió a asentir. - Genial, sólo quería confirmarlo. - Bese su coronilla antes de marcharme pero ahora ella fue la que me detuvo a mí.
- ¿Qué hubiera pasado si lo hubiera olvidado?

Zoé's POV

- Te hubiera hecho recordarlo. - Sonrió traviesamente.
- ¿Cómo?
- ¿Realmente quieres saber? - Me acorralo contra la mesada dejando ambos brazos recargados en la misma y su rostro se encontraba a pocos centímetros del mío, sería suficiente estirar mi cuello para poder plasmar mis labios sobre los suyos. -  Te hubiera besado hasta que lo recordaras. - Su dedo pulgar recorrió el borde de mi labio inferior de manera juguetona. Me regalo una risa burlona y cuando estuvo a punto de irse rodee su cuello con mis brazos y lo acerque aún más a mí, sus ojos estaban abiertos como platos y pude notar que jamás se esperó que yo hiciera algo así.
- Me parece que he olvidado las últimas palabras que me dijiste. - Me acerque más a él al punto de que mis labios rozaron los tuyos y cuando estuve a punto de plasmar mis labios con los suyos él se alejó repentinamente con una sonrisa brillante pero con unas mejillas completamente enrojecidas.
- Te dije que tendrías que esperar un poco más.
- Si, eso me pareció. - Dije cruzando los brazos sobre mi pecho mientras le sonreía traviesamente. - Dos podemos jugar a tentar ¿Sabes?
- Me acabo de dar cuenta. - Se volvió a acercar a mí pero esta vez solo acaricio toda la longitud de mi cabello llevándose un mechón a la boca y besando la punta del mismo. - Nunca dejaras de sorprenderme. - Soltó mi cabello y se marchó no sin antes echarme un último vistazo desde el marco de la puerta. Cuando estaba completamente sola, deje caer mi peso en la mesada y me fui resbalando lentamente hasta que quede completamente sentada en el suelo, cubrí mi rostro con ambas manos mientras doblaba las rodillas y las pegaba a mi pecho. Estaba tan avergonzada en estos momentos, podía sentir todo mi rostro completamente ruborizado, solté una risa nerviosa por lo que yo acababa de hacer aunque también me regocijaba con el semblante que Dougie había puesto. Me puse de pie y me encamine a mi habitación. Llegue dispuesta a ponerme mi traje de baño y cuando lo fui a buscar a mi maleta no lo encontré.
- Sam ¿No has visto mi traje de baño?
- Lo tire a la basura. - Dijo mientras se ponía una blusa encima del suyo.
- ¿Por qué?
- Porque te compre uno mejor. - Me lanzo una bolsa donde encontré un traje de dos piezas negro que no quise observar cuidadosamente. - Anda, póntelo, sé que te va a ajustar perfectamente.
- ¿Por qué, Sam? ¿Por qué?
- Deja de ser tan berrinchuda alístate porque salimos en diez minutos. - Se marchó mientras que el único pensamiento que invadía mi cabeza en ese momento era que ella se había vuelto loca pero eso fue hasta que observe cada detalle del traje.
- Oh, dios. - Frunciendo el ceño entre a mi baño y me lo coloque, la parte superior era casi totalmente strapless a excepción que en el centro, justo en el punto donde se encontraba el esternón se fruncía y tenía dos tirantes que se ataban por el cuello. La parte inferior era la básica de un bikini solo que tenía un aro de metal en el borde central que unía dos tiras a diferentes niveles que recorrían mi abdomen, eran como dos cinturones delgados que se unían al centro en el aro. Me observe en el espejo y me sentí avergonzada por mi propio reflejo ¿Cómo pretendía Sam que saliera y me mostrara así enfrente de los chicos, enfrente de él? Estaba loca, definitivamente.
Esculque un poco mi maleta en busca de unos shorts y una playera que eran tipo como las que se llevaban a los partidos de beisbol: mangas y una pequeña línea en el cuello de color azul marino mientras el resto era totalmente blanco. Me coloque aquellas prendas encima y a su vez me calce unas sandalias negras. Tome una toalla del baño y salí de la habitación solo con eso y mis lentes de sol que me coloque inmediatamente. Cuando llegue a la cocina me topé con la nada, me asome por una de las ventanas que daba a la playa y me encontré ahí a los chicos. Tom y Harry se encontraban acostados en unos camastros platicando entre ellos mientras que Danny y Dougie jugaban voleibol, Danny hacia equipo con Sam y ambos le estaban dando una paliza a Dougie. Salí con ellos y alcance a Tom y Harry en los camastros, había uno vacío al lado de Tom donde yo tome asiento.
- ¿No piensas tomar el Sol? - Me pregunto Harry después de examinarme unos segundos. - Eres la única que falta. - Los observe a ellos y después a los que jugaban voleibol, ninguno traía nada encima que no fueran sus respectivos trajes de baño.
- Así estoy bien. - Tom iba a decir algo pero Danny lo interrumpió en la distancia.
- Zoé, ven a ayudar a Dougie, el pobre no puede solo. - No me negué a esa propuesta pues en realidad yo amaba el voleibol al igual que Sam, de hecho, ambas éramos muy buenas y junto con el equipo de voleibol de la prepa ganamos un campeonato a nivel estatal. Me deshice únicamente de mis sandalias y me acerque a ellos, me coloque del lado en el que se encontraba Dougie y le señale el área que debía cubrir que era la parte derecha.
- Hagámoslo más interesante. - Dijo Sam mientras ella jugueteaba con el balón y yo recogía mi cabello en una coleta improvisada. - Si te logro hacer un punto te deberás de quedar en traje de baño. - Danny y Dougie soltaron una risita.
- No dejare que me anotes nada, en ese caso. - Le respondí con una sonrisa a Sam.
- Ya lo veremos, empecemos. - Sam se colocó a una distancia prudente de la red para después sacar, no saco directamente hacia mi sino que fue un pase hacia Danny que este regreso a Sam y ella trato de clavar el balón en mi lado pero logre detenerlo con los antebrazos y Dougie se encargó de pasarlo al otro lado, Sam lo recibió con un boleo que Danny trato de clavar en esta ocasión hacia Dougie quien se quedó quieto y no lo detuvo pero me barrí por la arena y lo recibí con la palma de la mano y después Dougie lo clavo anotándoles un punto.
- Pudiste detener ese pase perfectamente. - Le dije después de ponerme de pie y sacudir la arena pegada a mí.
- La cosa es que no quería detenerlo.
- ¿Ahora estas de su lado?
- Hasta que te deshagas de eso… - Señalo mi ropa con el pulgar. - Sí. - Me ruborice y no pude evitar esconder una sonrisa avergonzada. Le lance un puñado de arena al pecho y después me coloque nuevamente en mi posición pero Sam me paso el balón pues era nuestro turno de sacar, tome el balón y me coloque unos cuantos metros atrás de la red y saque lanzándola muy alta pero no lo suficiente pues Sam logro evitar que tocara el suelo y se la posiciono a Danny para que la clavara y cuando estuve a punto de detenerla escuche a Tom llamándome haciendo que me distrajera y me lograran anotar un punto.
- Maldición. - Dije entre dientes con una sonrisa mientras Danny y Sam chocaban sus palmas y Dougie se les unió a esto. - Eso fue trampa.
- Claro que no, tú decidiste voltear. - Contraataco Sam. - Ahora cumple. - Soltando un bufido empecé a deshacerme de la ropa que me cubría con demasiada vergüenza.

Dougie’s POV

No pude evitar observar cada uno de los movimientos de Zoé, desde la forma en que sus mejillas se ruborizaron hasta como sus manos se movían hacia el botón de sus shorts y lo desabotonaban deslizándolo hacia abajo hasta haberse deshecho completamente de él, la playera que traía puesta era lo suficientemente larga como para mantener cubierto su cuerpo pero esto no duro mucho, tomo la parte inferior de su playera y la paso por todo su torso hasta sacarla de su cabeza y justo en ese momento la coleta que se había hecho improvisadamente se deshizo dejando todo su cabello suelto. La observe de pies a cabeza y era simplemente… increíble. Tenía una figura enserio de muerte y aparte aquel traje de baño se le veía fantástico pues los dos delgados cinturones remarcaban las curvas que tenía.
- Dougie, tienes baba justo aquí. - Dijo Jones señalando su comisura de los labios, le golpee levemente el brazo.
- ¿Seguiremos jugando? - Pregunto Zoé después de haber recogido nuevamente su cabello.
- Si, aunque el balón está un poco desinflado. - Contesto Sam apretando un poco el balón.
- Yo lo veo bien. - Zoé miro extrañada a su amiga quien me lanzaba miradas de “tenemos que hablar”.
- A decir verdad, si esta desinflado. - Secunde lo que dijo Sam sin saber su plan.
- Iremos a inflarlo a la casa, no nos tardamos. - Seguí a Sam mientras escuchaba como Zoé le preguntaba a Danny lo que estábamos planeando pero él respondió con la misma confusión que ella.
Llegamos a la casa y Sam dejo el balón en la entrada mientras subía a algún lugar de la casa y bajaba en menos de cinco minutos con una pequeña libreta y su celular entre manos.
- ¿Qué es lo que planeas?
- Tú cita para esta noche, está casi lista.
- ¿Enserio? ¿Tan rápido?
- ¿Con quién crees que hablas? - Dijo con cierto tono de superioridad.
- ¿Y bien? ¿Cuál es el plan? - Comenzó a explicarme mientras me señalaba las cosas que tenía anotadas en aquella libreta, era un plan bastante sencillo pero era perfecto. - Gracias, Sam. - Dije dándole un abrazo emocionado por lo que ella había hecho por mí.
- Ugh, suéltame Poynter, sigo teniendo mis reservas contigo, lo hago por Zoé.
- Lo siento. - Me miro seriamente por unos segundos pero después soltó una risa.
- Es broma. Sera mejor que vayamos con ellos. - Asentí y salimos nuevamente de la casa para encontrarnos con el resto de los chicos. Harry y Tom seguían platicando en los camastros mientras Danny y Zoé hacían lo mismo pero en la orilla de la playa, estos dos se sorprendieron cuando nos acercamos y note a Danny extrañamente ruborizado.

Zoé’s POV

Sam y Dougie llegaron repentinamente tomándonos por sorpresa a mí y a Danny pues estábamos hablando justamente de lo que Danny sentía por Sam y esperaba que no hubiera escuchado nada de eso.
Continuamos con nuestra partida de voleibol y esta vez podíamos mantener una ronda larga sin dejar el balón tocar el suelo gracias a que Dougie se encontraba completamente de mi lado en esta ocasión. Nos detuvimos después de una media hora de jugar y el resto del día lo pasamos en la playa haciendo tontería y media hasta que llego la ansiada noche y yo sentía como mi respiración se aceleraba cada vez que la manecilla del minutero se movía. Sam había llevado al resto de los chicos a cenar algo mientras que Dougie y yo usamos el pretexto de estar cansados por todo lo que habíamos hecho hoy, casi todos nos observaron con la duda pintada en la mirada mientras que Sam no siguió la corriente, algo que le agradecía encarecidamente.
Dougie me había dicho que me estaría esperando en la entrada a las nueve en punto y solo faltaban diez minutos para que esa hora llegara. Me dirigí al baño para lavar mis dientes y después aplicar un poco de brillo en mis labios. Mi conjunto de esta noche constaba de unos pantalones negros entubados con una blusa básica blanca y encima de esta un blazer negro del cual doble las mangas hasta unos centímetros debajo de mi codo. Mis zapatillas eran negras y muy sencillas. En el cuello me colgué dos pequeñas cadenas, una más corta que la otra y de colgante tenían dos monedas que se veían antiguas pero no sabía realmente su procedencia. En cuanto a mi peinado, era algo bastante sencillo: lo recogí primero en una coleta a altura media y lo alborote más de lo normal para después acomodarlo de forma que quedara un bun desarreglado pero no se veía mal, también quedaron algunos mechones mínimos sueltos pero los cepille con mis dedos hacia atrás y mi flequillo quedo como de costumbre: ladeado hacia la derecha cubriendo tres cuarto de mi frente. El maquillaje era mínimo: mascara de pestañas, en esta ocasión no use delineador pero si coloque un poco de sombra de un color ligeramente más oscuro que el de mi piel y lo difumine dándole un efecto smokey, el brillo de labios que ahora me estaba aplicando era de un color caramelo con destellos dorados que le daba cierto volumen a mis labios aunque imitaba el color de mi piel.
Una vez lista, tome aquel pequeño bolso de mano negro con una franja roja y guarde mis cigarros juntos con mi celular y dinero, de paso me coloque un sencillo reloj negro en mi muñeca para después salir de la habitación no sin echarme un último vistazo vanidoso en el espejo, no me veía nada mal, para ser honesta.
Una vez en el recibidor, tome las llaves de la casa que se encontraban en un bowl muy cerca de la puerta y cuando levante mi mirada me topé con él casualmente recargado en la puerta de una Land Rover modelo 2009 color negro que suponía seria nuestro transporte de esta noche. Estaba vestido con unos pantalones de mezclilla, una playera básica blanca y un saco negro con sus infalibles vans negros de corte clásico. Su cabello se encontraba arreglado como de costumbre y justo ahora tenía su vista fija en la pantalla de su celular dándome la oportunidad de observarlo por unos segundos más. Tome una última respiración con mi mano en la perilla y la gire para salir y reunirme con mi cita. Él no levanto su vista hasta que escucho que di el primer paso en el exterior pues el tacón remarco que había llegado. Me observo por unos segundos mientras se despegaba del auto, yo me acerque a él y cuando estuvimos a una distancia considerable, él tomo una de mis manos y me dio una vuelta sobre mi propio eje.
- Despampanante. - Me dijo con una sonrisa después de haber besado mi mejilla, sonreí tímidamente por su comentario mientras sentía aquel rubor asomarse por mis mejillas. - ¿Lista para irnos? - Asentí y el me guio hacia la camioneta abriéndome la puerta del mismo, subí y el no soltó mi mano hasta que hubo la necesidad de hacerlo al cerrar la puerta. Rodeo el taxi por la parte trasera y se acomodó en el asiento continuo al mío tomando nuevamente mi mano, el conductor arranco y aparentemente sabia nuestro destino pues Dougie no le tuvo que dar ninguna clase de indicación.
- ¿A dónde iremos?
- Es una sorpresa. - Tuve un sentimiento similar al de ayer de la noche solo que en esta ocasión no podía reconocer el camino y por ende tampoco el lugar a donde íbamos. Fue un recorrido largo y Dougie y yo no cruzamos más de tres palabras lo cual se me hacía un tanto incómodo. Después de cuarenta y cinco minutos de camino el auto se detuvo fuera de una construcción color mármol con unos cuadros iluminados de distintos colores, había un letrero hecho de metal iluminado por la parte trasera por una luz blanca que decía “Casa Ronaldi: Since 1981. Restaurant, Gourmet & Yacht Club”. El nombre me sonaba vagamente familiar pero no podía recordar exactamente en donde lo había oído o leído. Dougie bajo del auto y lo rodeo nuevamente para ayudarme a bajar a mí y casi por costumbre tomo mi mano. Toco la ventanilla del conductor un par de veces y cuando él la bajo, Dougie le dio unas instrucciones que no pude entender del todo pues le hablo a susurros, después se marchó y no vi hacia donde pues estaba demasiado embobada con el lugar frente a mí.
- ¿Te gusta? - Pregunto dulcemente dándole un apretón a mi mano.
- Solamente la fachada es hermosa.
- Espera a que veas el interior ¿Vamos? - Asentí con la cabeza y el me guio al interior del lugar hasta la recepción del lugar.
- Buenas noches ¿Tienen reservación? - La señorita hablo en inglés y después nos brindó una cálida sonrisa.
- Sí.
- ¿A nombre de quién?
- De Dougie Poynter. - La señorita recorrió la lista enfrente de ella con una pluma y cuando encontró el nombre golpeo levemente la hoja con la punta de la pluma y después escribió algo. - Tenemos su mesa lista, Señor Poynter, síganme por favor. - La señorita tomo tres cartas aunque una era un poco más delgada que las otras dos y después nos guio por un pasillo hasta llegar a unas escaleras las cuales subimos hasta llegar a una parte que se veía un tanto más privada que la parte inferior. Caminamos un poco más hasta que salimos a una terraza y ahí fue donde nos sentó la señorita. Dougie corrió la silla hacia atrás para que yo tomara asiento después la pego un poco más a la mesa, después de que él tomo asiento la señorita nos dejó las cartas señalando que una era la carta de vinos.
- Su mesero vendrá enseguida, que pasen una excelente noche. - La señorita se marchó y yo no preste realmente mucha atención a la carta pues divagué en observar la arquitectura del lugar. Tenía un estilo moderno que combinaba los colores claros como el beige y el blanco junto con tonos chocolates. La terraza tenía una hermosa vista al mar y justo ahora el panorama era increíble pues la luna se encontraba llena y su luz iluminaba las pocas nubes que se encontraban cerca al igual que el mar, había unos cuantos yates anclados en el muelle que se mecían levemente gracias al oleaje del mar. Observe más en mi entorno y casi todas las personas que se encontraban en esta planta eran parejas que se encontraban en un ambiente sumamente intimo pues cada uno estaba enfrascado en la conversación que tenía con la otra persona aunque, en realidad, esta parte del restaurante no se encontraba lleno completamente, diría que estaba al veinte por ciento de su capacidad.
- ¿Zoé?
- ¿Si? - Regrese mi atención a él quien me miraba con una dulce sonrisa.
- ¿Ya sabes que pedir?
- Uhmm… No realmente. - Solté una risita floja. - ¿Tú?
- “Carni e Volatili” suena prometedor. - Enarque una ceja en su dirección al no entender realmente de que hablaba, entonces soltó una risa y señalo una imagen en el menú. - En realidad, se ve prometedor. - Observe la imagen y realmente se veía delicioso pero había otra imagen justo arriba que me provocaba que la que Dougie había señalado.
- Yo pediré “Carni Alla Griglia” - Dije fingiendo un acento italiano.
- Excelente. - Ambos cerramos nuestras respectivas cartas pero Dougie observo la de vinos. - Te gusta el vino tinto ¿No es así?
- Es de mis favoritos.
- Entonces pediré uno que te fascinara. - Cerró esa carta y la dejo encima de las otras dos. Se creó un silencio que no se rompió hasta que llegaron a pedir nuestra orden. Pedí yo primero y después Dougie quien al final le pido al mesero que nos trajera una botella de Gevrey Chambertin de Joseph Drouhin reserva del 2004 que nos trajeron después de un par de minutos. El mesero nos sirvió en dos copas redondas dejando la botella una base de metal para después se marcharse prometiendo que traería la comida en unos cuantos minutos.
Olí el vino conforme lo movía dentro de la copa y el simple olor era exquisito, ni tan dulce ni tan amargo, se encontraba en su punto perfecto aunque esto podía ser subjetivo según el gusto de cada persona. Dougie levanto su copa hacia mi indicándome que quería hacer un brindis.
- Por la primera de muchas. - Dijo con una sonrisa que se me contagio, chocamos nuestras copas mencionando un “salud”, tome un pequeño sorbo y me maraville ante el espléndido sabor que tenía, aparte de encontrarse en un punto medio entre lo dulce y lo amargo pude percibir un poco de fruta que pude definir como frambuesas y grosellas.
- Simplemente exquisito.
- Sabía que te gustaría.
- ¿Te está gustando el viaje? - Pregunte al no encontrar nada mas de que hablar.
- Hasta ahora ha sido muy divertido pero tengo una pregunta.
- ¿Cuál?
- ¿Por qué no querías que supiéramos de tu cumpleaños? - Suspire al escuchar su pregunta pero sabía que en algún momento me preguntarían acerca de eso.
- Una de las obvias razones es porque mi familia falleció el mismo día hace un año y ahora no veo sentido alguno en el festejar, aparte, mencionar eso después de que ustedes supieran todo lo que paso sería crear un sentimiento de lastima hacia mí y no necesito eso. - Me hundí de hombros mientras ladeaba mi cabeza al lado izquierdo. Llego la comida y la ingerimos con sumo gusto pues estaba absolutamente delicioso. Entre bocados comenzamos a platicar de varias cosas como de mi familia y de la suya preguntándonos cosas que no incluyeran malos recuerdos. En algún punto de la conversación salió el tema de un accidente que tuve en el cabello gracias a una estilista principiante y de cómo arruino mi deseo de tener cinco colores en mi cabello.
- … Entonces, cuando me enjuagó el cabello soltó una exclamación de horror y tontamente pregunte “¿Qué pasa?” y al no obtener respuesta, me levante de la silla y me observe al espejo, mi cabello no tuvo los cinco colores que quería, era de un solo color y de un horrible verde pero no solo los mechones que ella decoloro, era completamente verde.
- ¿Y saliste así a escena el día siguiente?
- No podía hacer otra cosa. - Ambos nos reíamos y justo en ese momento llego el mesero a interrumpirnos.
- Lamento la interrupción pero estamos próximos a cerrar y tengo que pedirles que se retiren. - Observamos a nuestro alrededor y nos encontramos completamente solos a excepción del personal que se encontraba limpiando el lugar.
- Discúlpenos, no notamos que hora era.
- No se preocupen, aquí está su cuenta. - El muchacho la dejo sobre la mesa y antes de que pudiera tomarla, Dougie se adelantó.
- Déjame pagar una parte.
- Mejor espérame afuera en lo que la pago.
- Pasare al tocador antes. - Dije mientras le sonreía incrédulamente. Me dirigí al tocador para cumplir mis necesidades y una vez hecho esto me lave las manos mientras me lanzaba un vistazo al espejo, mi brillo de labios había desaparecido completamente pero fuera de eso, todo se encontraba tal y como cuando salí de la casa. Cuando salí del tocador vi a Dougie en la caja así que decidí esperarlo afuera, justo como el me había indicado. Cuando se unió a mi rodeo mi cintura con su brazo izquierdo mientras estiraba el derecho para llamar la atención del conductor de la camioneta que nos trajo hasta aquí, este mismo nos llevó a la casa sin necesidad de darle instrucciones. Observe el reloj en mi muñeca y sentía que era demasiado pronto como para que esta cita terminara, a pesar de que las manecillas indicaban más de la una y media de la madrugada. Simplemente no quería que esta cercanía se terminara tan pronto como llegáramos a la casa.
- ¿Te apetece dar un paseo por la playa antes de entrar? - Susurro levemente en mi oído y nuevamente me sorprendí porque fue como si estuviera leyendo mis pensamientos. Asentí con una sonrisa que él me respondió mientras el conductor nos veía por el retrovisor antes de decir:
- Son una linda pareja. - Intente negar eso último pero Doug hablo antes de que yo pudiera hacerlo.
- Gracias. - Le lance una mirada interrogante que él respondió con un cálido susurro seguido de un beso en mi mejilla. - Ya llegamos. - Y efectivamente, el taxi se estacionó justo en la entrada a la casa, Dougie se bajó y rodeo el auto para pagarle al taxista y después para abrir mi puerta y ayudarme a bajar.
- Que tengan una linda noche. - Nos deseó el conductor con una sonrisa pícara haciendo que me ruborizada gracias a eso, Dougie sólo asintió con una sonrisa y la camioneta se marchó. - ¿Vamos? - Nos desviamos del camino de piedras sobre la arena que nos llevaba a la casa y, estúpidamente, camine con mis zapatillas sobre la arena haciendo que uno de ellos se hundiera y tropezara. Hubiera perdido el equilibrio de no haber sido por los brazos de Doug que me sostuvieron firmemente.
- Gracias. - Dije mientras me quitaba las zapatillas, disfrute de aquella sensación de la arena en la planta de mis pies, la forma en que se hundía mientras daba cada paso. A mitad del camino Dougie tomo mi mano libre entrelazando nuestros dedos dulcemente y caminamos hasta la orilla de la playa, donde se podían escuchar a las pequeñas olas subir y bajar. Respire profundamente disfrutando del aire tan puro que inundaba mis pulmones y la ligera brisa del mar que chocaba contra mi piel. Después alcé mi vista al cielo y me sorprendí nuevamente con la luna llena que se había puesto junto con el firmamento repleto de estrellas grandes y pequeñas que no había podido observar en el restaurante. Era, simplemente, la noche perfecta. Hale un poco la mano de Dougie y cuando fijó su vista en mi le señalé el cielo, escuche como inhalaba profundamente y susurraba un "wow" entre dientes.
- Impresionante. - Dijo después de unos segundos.

Narrador:

El chico y la chica que vivían enamorados entre sí por fin habían tenido hoy su primera cita. Aparentemente, ambos se encontraban bien y tranquilos pero por dentro sentían como los nervios recorrían cada milímetro de su piel. Estaban demasiado conscientes de lo que hacían, tanto de ellos mismos como de su acompañante.
Ella noto por el rabillo del ojo como el pasaba su mano libre entre sus ahora alborotados cabellos, como soltaba un suspiro y como inhalaba profundamente. Lo notaba frustrado y la preocupación comenzó a invadirla "¿Estoy haciendo algo mal?" Se cuestionó un par de veces mientas él se debatía el cómo empezar a decirle lo mucho que le quería pero por fin se decidió. Él cerró los ojos e inhalo profundamente por centésima vez esta noche. Apretó un poco la mano de su acompañante y ella volteo con la preocupación grabada en la mirada.
- Zoé. - Comenzó a decir el caballero justo al mismo tiempo que la volteaba a ver, noto su mirada y él quiso ablandarla colocando ambas manos en sus mejillas, algo que la tomó por sorpresa haciendo que dejara caer a la arena su par de zapatillas. - Yo he esperado demasiado tiempo pasa decirte esto y ahora no se ni siquiera como empezar. - Ella coloco sus manos sobre las muñecas de él y las acarició en un intento de tranquilizarlo.
- Sólo dilo. - Murmuro ella tratando de sonar tranquila cuando sus piernas temblaban de ansiedad.
- Yo... - Respiro hondo mientras ella le sonreía en un intento de brindarle la confianza y seguridad que ahora le hacían falta a ella. - Yo estúpidamente te he hecho daño tratando de escapar de lo que sentía, de lo que siento por ti. Te intente ignorar por mucho tiempo mientras te trataba de sacar de mi mente. Cuando te conocí por primera vez en tu primer día en Londres pensé que eras una mujer maravillosa y fuerte y lograste confundir mi corazón con aquella sonrisa que me mostraste cuando despertaste pero cuando te marchaste pensé que no te volvería a ver y al mismo tiempo no supe si eso era bueno o malo; bueno porque jamás sentiría eso de nuevo y las cosas estarían normales como siempre y malo porque deseaba verte, lo deseaba con todas las fuerzas y, de repente, dos semanas después ahí estabas tú nuevamente, con esa sonrisa y esa nueva faceta apasionada que tenías por tu trabajo. Ese mismo día trate de besarte dos veces, algo que era malo en aquel entonces y decidí no acercarme más a ti pues estaba demasiado cómodo como para permitir que alguien llegara a mi vida y la convirtiera en un desastre pero lograste hacerlo sin mi consentimiento y fue peor en el cumpleaños de Tom.
- ¿Peor? - Ella estaba escuchando absorta todo lo que él le decía y no pudo evitar hacer esa pregunta.
- Te veías absolutamente hermosa, tenías tu propio resplandor ese día pues estabas tan feliz y yo tenía tantos deseos de besarte que cada que te acercabas a mi tenía que alejarte o lo haría, te besaría y no te soltaría jamás aunque fuera algo inconcebible aunque después lo hice en Somerset arruinándolo completamente pero seguí haciéndolo en año nuevo y por un momento te sentía cerca y esa cercanía se tornó en miedo, miedo a perderte, a perder ese extraño lazo que teníamos pero al final, lo arruine completamente diciéndote que no quería nada serio cuando eso era precisamente lo que deseaba desde el principio.
- Eso fue estúpido. - Dijo ella con la voz temblorosa. - Y más cuando dijiste que yo solo fui un free. - Una lagrima se derramo por la mejilla de Zoé haciendo que Doug tomara sus manos y las besara.
- Lo sé y lo siento tanto, no tienes una idea de lo idiota que me siento con solo recordar todo el daño que te he hecho y más aún cuando, tardíamente, me di cuenta de que… - Interrumpió sus palabras mientras bajaba su vista pero ella no se lo permitió, coloco ambas manos en sus mejillas y levanto su rostro, él tenía una lágrima rodando por su mejilla.
- ¿De qué te diste cuenta? - Pregunto ella completamente intrigada.
- De que te quería desde el primer momento en el que te vi. - Dougie retiro las manos de Zoé de sus mejillas y las sostuvo entre las suyas acercándolas a su pecho, justo donde estaba su corazón el cual latía frenéticamente. El lazo entre sus miradas fue roto por ella pues clavo su vista donde se encontraban sus manos para después soltarse y colocar la palma de su mano derecha sobre su pecho. Los latidos de su corazón eran erráticos, justo como los de ella. Dougie se movió repentinamente sobresaltando a Zoé quien se alejó de él por el temor de haberlo incomodado pero él solo buscaba algo en el bolsillo interior de su saco, de ahí saco una cadena que tenía dos anillos  que se encontraban entrelazados uno con el otro. Se lo mostro a Zoé y ella observo aquel collar con cuidado notando en el interior de unos de los anillos su nombre grabado y en el otro el nombre de él.
- ¿Qué significa esto? - Pregunto ella ingenuamente con una brillante sonrisa en el rostro, él rio por lo bajo mientras sostenía nuevamente la mano libre de Zoé.
- Tiene como significado una sola pregunta. - Él beso el dorso de la mano que sostenía para después mirarla directamente a los ojos. - ¿Te gustaría ser mi novia? - Él espero ansioso su respuesta mientras que la sonrisa de ella se ensanchaba cada vez más.
- Me encantaría. - Dijo con la voz temblorosa y repentinamente ambos sintieron que algo había cambiado, que todo lo había hecho. - ¿Me lo pones? - Pregunto ella colocando el collar en la palma de la mano de su novio para después darse media vuelta. Él, con cuidado, paso aquella cadenita por el cuello de ella asegurando el broche y besando su nuca, ella tomo el colgante con una de sus manos y lo encaro nuevamente, simplemente no podía ocultar su sonrisa.
- ¿Puedo besarte? - Pregunto Dougie repentinamente algo que sorprendió a Zoé
- Nunca me has preguntado ¿Qué cambia ahora?
- Cambia todo. - Después de que él dijo eso se rasco la nuca con la mano izquierda buscando una forma de decirle claramente la razón detrás de aquella pregunta. - ¿Cómo te puedo explicar? - Busco las palabras y las encontró al cabo de unos minutos. - Veras…
- No tienes que explicarme nada. - Ella lo interrumpió mientras lo veía con ternura.
- Pero…
- Solo cállate y ven acá. - Ella tomo su nuca y se acercó a él para después besarlo algo que lo tomo con la guardia baja pero no por mucho tiempo.

Zoé’s POV

Una marea de sentimientos choco directamente contra mí después de haber escuchado todo lo que Doug sentía por mí y fue mucho más intenso después de aquella pregunta cuya respuesta afirmaba que ambos nos pertenecíamos mutuamente, yo a él y él a mí. Incluso, besarlo ahora se sentía diferente, más verdadero y natural. Sus brazos envolvieron mi cintura y me apretaron más contra él mientras mis manos se concentraban en revolver su cabello hasta que el aire comenzó a faltar. Antes de que nuestros labios se separaran, él planto un dulce beso sobre los míos y pego nuestras frentes. Abrí mis ojos sorprendiéndome con los suyos, con los nuestros pues los míos se encontraban reflejados en los suyos, yo estaba reflejada ahí y él me veía únicamente a mí, algo que había deseado secretamente desde el principio.
- Te quiero. - Murmuro haciéndome sentir un millón de cosas gracias a eso.
- Yo también te quiero. - Respondí en medio de una sonrisa que fue interrumpida por sus cálidos labios sobre los míos, atrapándolos, atrapándome.