lunes, 31 de octubre de 2011

3. Without escape...


Me desperté de un humor increíblemente alegre, gire de la cama para ver la hora y eran casi las once de la mañana. Me levante de mi cama con un salto y me acerque a mis grandes ventanales para ver como estaría el día, vi algunos destellos de sol pero no los suficientes como para no ponerme una abrigadora chaqueta. Antes de vestirme baje a desayunar y ver si todavía había alguien en casa aunque lo mas probable es que no ya que no vi ni el auto de Rachel ni el de Mike.
No era la mejor cocinera del mundo pero sabia hacer ricos platillos, sencillos pero muy deliciosos, solo que hoy tenía flojera de cocinar así que solo me serví un plato de cereal. Cuando termine lave lo que había ensuciado y regrese a mi cuarto a cambiarme para ir un rato al parque que me había indicado Rach.
Me puse unos sencillos pantalones de mezclilla, una blusa medio larga color morado combinados con unos converse del mismo color y una sudadera blanca que iba ceñida al cuerpo, mire mi cabello y no se veía tan mal como normalmente lo hacia así que solo lo cepille alborotando un poco más sus ondas naturales. Antes de bajar tome mi iPod y mi guitarra, pase al baño a lavarme los dientes y baje hacia la entrada, tome mi copia de las llaves junto con un poco de dinero que Rachel me había dado, salí de la casa y la cerré.
Seguí las instrucciones de Rach y tenía razón, no era difícil llegar, tarde unos quince minutos en llegar porque era muy lenta caminando, entrando al parque sentí una mirada en mi, voltee y habían unos señores en la entrada, se veían normales así que seguramente no eran ellos. Me senté debajo de un árbol y tome mi guitarra, toque algunos acordes de la canción “Believe In Me” de Demi Lovato, tenía muchas, pero muchas canciones favoritas y esa era una de esas, recuerdo que en casa mi hermano tocaba el piano y yo cantaba, aunque no lo hiciera bien siempre nos terminábamos riendo, era muy divertido, de hecho esa era una de las ultimas canciones que tocamos juntos pero nunca la tocamos en vivo en alguna de nuestras pequeñas presentaciones frente a nuestra familia y amigos.
Así pasaron horas, cuando tocaba la guitarra no me importaba la hora, me perdía completamente, era mi pasión tocar las canciones que me gustaban y algunas que yo había escrito, la primer guitarra que tuve me la dio mi padre y se quemó junto con la casa, pero gracias a mi amiga Sam no dejaría de hacer lo que mas me gusta.
Sonó mi iPod pues le había puesto una alarma para regresar a casa a las tres, siempre me sorprendía lo rápido que pasaba el tiempo. Guarde mi guitarra en su funda, me puse los audífonos, le di play a mi iPod, y me marche a casa.
Cuando salí volví a sentir esa rara mirada, pero no le di tanta importancia. Eran en total trece cuadras las que tenía caminar para llegar a casa. Empezó a sonar una de las canciones que de mejor humor me ponen: Smile de McFLY. Estaba tan metida escuchando mi música que no sentí cuando me estaban siguiendo, me di cuenta cuando al cruzar un callejón me jalaron hacia el, eran los mismos señores del parque, intente soltarme de ellos pero era mas débil y mas pequeña de altura que ellos, me quitaron mi iPod, mi dinero y mi guitarra, grite lo mas fuerte que pude ya que me estaban tocando por todas partes tratando de sacarme la ropa, no solo querían asaltarme, también querían violarme, me cargaron pero empecé a mover mis piernas soltando patadas tontas y gritos, cuando hice eso me lanzaron de cara contra la pared creando que me golpeara en la cabeza, sentí desesperación e impotencia de no poder soltarme de ellos porque ya en el suelo uno se monto sobre mi, me desabrocho la sudadera e intento quitarme la blusa pero la rasgo dejando mi pecho y abdomen desnudos, me empezó a tocar con desesperación, lagrimas se desbordaban por mis mejillas y gritos salían de mi boca, ¿Porque nadie me escuchaba? Yo solo quería volver a mi casa junto con Rachel y Mike. El que estaba encima de mi me quiso quitar el pantalón y yo le solté una cachetada, uno de los peores errores porque el que estaba de pie me pateo justo en las costillas, en ese momento paso una patrulla que no logro ver lo que estaban haciendo conmigo pero ellos se asustaron, eso era lo importante. Antes de irse uno me dio un golpe en la cabeza que me dejo mas confundida y se fueron corriendo. No se de donde saque fuerza para ponerme de pie, todo me estaba dando vueltas y todo me dolía, mi blusa estaba completamente desgarrada, solo cerré mi sudadera y abroche mi pantalón, salí a pasos torpes de ese callejón.
Me sentía perturbada, y aunque no lo lograron, me sentía violada, en ese momento no supe que hacer así que solo camine con la vista viendo al suelo para no caer, ya que sentía que si caía de nuevo no me podría levantar. Choque con alguien, estuve a punto de caer pero quien sea con quien choque lo detuvo.
- Lo siento, que torpe soy… - Me excuse tratando de encontrar las palabras en mi garganta que salieron con demasiada dificultad y un poco atropelladas.
- Tranquila, ¿Estas bien? - alce mi cabeza para verlo pero mi vista se empezó a nublar y no distinguí quien era pero su voz se me hizo familiar -Tenemos que llevarte al doctor de inmediato, tu cabeza esta sangrando.
Dirigí mi mano a mi frente y efectivamente, una gran cantidad de sangre se estaba derramando… Me empecé a sentir mareada, cerré mis ojos para ver si así se iba pero no conseguí abrirlos de nuevo.

jueves, 27 de octubre de 2011

2. Everything has change.


Rachel y yo nos quedamos platicando hasta tarde, ella me seguía preguntando todo acerca de mi y yo hacia lo mismo con ella, me contó que tenía un trabajo como camarógrafa, era muy exitosa pues había tenido varias sesiones con muchas bandas famosas como: Linkin Park, Arctic Monkeys, Bring me the Horizon, You Me At Six y Simple Plan, también con celebridades y cantantes como Demi Lovato, Adele, Alizee, y según Rachel, el trabajo mas excéntrico fue con Lady GaGa. También me dijo que en unas dos semanas tendrían una sesión con una banda, no sabia quienes eran, su jefe no le dio mucha información, pero aun así me invito a ir con ella y por supuesto acepte.
Estaba absorta en la conversación, era muy lindo que tuviéramos muchos gustos similares como la fotografía y la pasión por la música ya que ella sabia tocar el piano, de hecho tenía un piano de cola en la sala que vi de reojo.
No me percate de que ya era muy tarde pues la noche nos cayo encima.
- Zoé, ya es tarde, ¿Quieres que salgamos a cenar algo?
- Claro, me encantaría.
- Entonces te espero abajo junto con Mike, por cierto en el armario hay ropa para ti, escoge la chaqueta que mas te guste. - No le pude decir nada pues se fue de mi habitación.
Me acerque al enorme armario y lo abrí.
Era impresionante la cantidad de ropa que había ahí adentro, y era la misma cantidad de toda clase de zapatos, en su mayoría tenis, realmente mi padre le habría contado de mi.
Tome una sudadera ligera ya que no hacia tanto frío y me la puse. Rachel dejo abiertas las escaleras pero tenía que ir descubriendo como bajarlas para no quedarme encerrada algún día, baje corriendo y los alcance en la entrada de la casa.
- ¿Lista Zoé?
- Lista.
- Ok, vamos. - Dijo Mike mientras Rachel estiro su mano y yo la tome, parecía que ella me veía como una hija aunque lleváramos unas cuantas horas de conocernos, parecía que mi padre le contaba mucho de mi ya que me dijo que le hablaba de mi como si fuera su alegría y devoción, era igual con mis hermanos pero siempre hablaba mas de mi, creo que era su favorita porque mi hermano era muy rebelde y siempre lo desobedecía y mi mama no soltaba a mi hermanita de seis meses, a parte de que el y yo nos llevábamos súper bien.
Salimos y nos dirigimos al coche, antes de subirme pude ver en el otro lado de la acera un grupo de cuatro chicos altos que reían sin parar, esas risas se me hicieron familiares… No, seguro eran otros. Que imaginación la mía.
Mike manejo y en esta ocasión Rachel fue en el asiento de atrás conmigo.
- Chofer, por favor llevemos al restaurante de siempre. - Dijo ella con un tono bromista haciéndose pasar por una mujer muy rica.
- Enseguida madame, permítame decirle que se ve deslumbrante hoy y claro que la señorita a su lado no se queda atrás. - Añadió Mike siguiendo el juego, gracias a sus palabras yo me ruborice y Rachel soltó una carcajada a la cual yo me uní.
El camino de la casa al restaurante duro unos diez o quince minutos, era un lugar completamente blanco con un estilo moderno pero toques vintage. Entramos y nos guiaron a una mesa. Vimos el menú, ordenamos la comida y en lo que llegaba platicamos un poco mas, de repente empieza a sonar en la radio “Saturday Night” de McFLY, se me hizo raro eso ya que en México nunca hubiera pasado y si hubiera sido yo gritaría como loca cada vez que escuchara una canción de ellos en la radio pero aquí era completamente diferente, ya no había tanta sorpresa.
Me recordé a mi misma: Empieza a acostumbrarte, ya nada será lo mismo.
Yo lo sabia perfectamente pero aun no me hacia a la idea de todo este cambio.
Terminamos de cenar y nos fuimos a la casa, en el camino Rachel me dijo que ya estaba inscrita en la universidad y que este mismo lunes empezaría, estaba estudiando varias cosas en México, pero mi carrera principal era Fotógrafa y como sub-carreras estaba estudiando diseño gráfico y publicidad, no era tan estresante ni complicado como suena, por eso es que me daba el lujo de estudiar tres cosas al mismo tiempo, de hecho ya solo me faltaban dos años para terminar las tres carreras. Estaba a unas veinticinco cuadras de la casa, un poco lejos pero Mike me dijo que el me daría clases de manejo y que me conseguirían un auto para estar mas segura. Tanta protección se me hizo innecesaria pues en México caminaba mas que eso para llegar a mi colegio.
Llegamos a la casa y yo ya estaba exhausta así que me despedí porque todavía me faltaba desempacar las pocas cosas que tenía.
Antes de subir Rachel me detuvo para decirme algo:
- Zoé, mañana te tendrás que quedar sola, Mike tiene una junta con su jefe y a mi me llamaron de improvisto para una junta muy importante, disculpa, yo te quería llevar a varios lugares. - Rachel sonaba deprimida así que intente alegrarla.
- No te preocupes Rach, todavía nos queda el domingo ¿No?, pero… ¿Cerca habrá algún parque o algo así? Me gustaría recorrer un poco y no quedarme encerrada todo el día. - Dije con una media sonrisa y un encogimiento de hombros.
- Claro, a ocho o diez cuadras hay un parque muy lindo y tranquilo, solo que ten mucho cuidado y no te vallas a perder.
- ¿Porqué? ¿Es difícil llegar?
- No, solo das vuelta a la izquierda terminado esta cuadra y te sigues hasta que te topes con el parque, no hay pierde.
- Excelente, Gracias.
- No hay de que, descansas pequeña, nos vemos mañana en la tarde ya que nosotros vamos a salir muy temprano.
- Ok, sin problemas, buenas noches. - Me despedí dándole un beso en la mejilla y un abrazo.
Subí a mi habitación y desempaque rápidamente mis cosas, me dirigí a mi baño, tome una ducha y me puse la pijama.
Regrese a mi habitación y me recosté en la tan esponjosa cama, era como estar en una nube o algo así, me encantaba.
No tarde mucho en quedarme profundamente dormida, parece que esta seria la primera noche que duermo bien desde aquel día.

lunes, 17 de octubre de 2011

1. Room on the third floor.


No supe a que hora llegue a Inglaterra pues me quede dormida en el vuelo y cuando aterrizamos vi el cielo completamente gris, le pregunte la hora a una aeromoza y me dijo que eran las cinco y media, no me sorprendí tanto pues, según yo, eran seis horas de diferencia entre México e Inglaterra. Tome mi equipaje y baje del avión. Cuando entre al aeropuerto vi a una señorita rubia con una brillante sonrisa que estaba tomada de la mano con un señor alto e igualmente rubio, ambos estaban platicando, seguramente eran novios. En la mano libre ella sostenía un letrero que decía "Zoé Miller, welcome!" y una carita sonriente dibujada en el. Me acerque a ella con mucha vergüenza. Ella se volteo a verme, seguramente era la famosa Rachel, se me quedo viendo un corto lapso y me pregunto en ingles:
-  ¿Tu eres Zoé?
- Si, hola, tu debes ser la hermana de mi papa, Ryan - Dije penosamente mientras ella soltaba una risita de nervios
-  Si, mi nombre es Rachel Miller, tienes la mirada que tenía tu padre, pequeña. - Dijo a lo que yo entendí que se refería solamente a la expresión pero no al color pues el tenia los ojos de un verde brillante como el de las esmeraldas. Ella estiro su mano para que yo la tomara, inmediatamente el hombre que la acompaño hizo lo mismo.
- Mucho gusto Zoé, mi nombre es Michael Sanders pero puedes llamarme Mike, soy el novio de Rach. - Dijo cortésmente el caballero que acompañaba a mi tía. No le calculaba más de treinta años a ninguno de los dos, ambos eran guapos y muy educados. Tenían el acento británico más marcado que el que teníamos en mi familia.
- Vamos, te voy a mostrar tu nuevo hogar. - Tenía un brillo especial en sus ojos. Paso su brazo sobre mi hombro y me acerco a ella mientras Mike tomaba mis cosas para llevarlas.
- Gracias Mike.
- De nada, pequeña. - No era la primera vez que alguien me llamaba así pues mi tamaño era considerablemente bajo para mi edad.
- Parece que tienes un buen manejo del inglés. - Dice Rachel después de unos minutos de completo silencio.
- Es mi segunda lengua, mi padre me enseño hablarlo.
- Por eso tienes el acento. - Concluyó Mike a lo que le respondí asintiendo un par de veces.
- Los extrañas mucho ¿Verdad? - Dijo tristemente apretando mi hombro en forma de consuelo.
-  Si, me cuesta hacerme a la idea de que no están, pero prefiero recordarlos alegremente que estar lamentándome.
- Me alegra escuchar eso, yo también extraño a mi hermano, a veces hablamos horas y horas por el teléfono, me contaba acerca de todo.
- Oh, entonces tú eres la culpable de que no pudiera hablar con mis amigas ¿eh?
- Parece que si, mis disculpas. - Mike soltó una carcajada y nosotras nos unimos a él. Para llevar diez minutos de conocernos, nos llevamos muy bien.
Salimos del aeropuerto y llegamos a su auto, era un Mustang de un elegante color plateado. Yo me senté en la parte de atrás mientras Mike y Rachel iban enfrente, Ella me empezó a preguntar muchas cosas acerca de mí como cual era mi comida favorita, o mi artista favorito y así.
Pasaron como veinte minutos cuando el coche se detuvo, parece que habíamos llegado.
- Bien, ya llegamos, bienvenida a casa. - Se bajo del coche y me abrió la puerta, lo primero que vi fue una casa muy pequeña y muy linda, parecía de esas que salían en las revistas de diseño, era muy, muy linda.  Ella me guio por toda la casa, habitación por habitación hasta que me llevo por las escaleras hasta el segundo piso, se detuvo, levanto su mano hacia el techo y tomo una especie de manija, la jalo con fuerza y unas escaleras bajaron del techo para guiarnos al tercer piso o mas bien a la azotea pero parecía mas un tercer piso.
- Espero no te moleste, no teníamos otro cuarto así que remodelamos el ático y lo hicimos una habitación, ojala te guste. - Dijo con un tono de preocupación autentico en la voz. Le dirigí una sonrisa y subí las pequeñas escaleras. Lo que vi fue un lugar completamente blanco y muy espacioso. Justo enfrente habían tres ventanas enormes: una en medio y las otras a los lados formando una clase de hexágono incompleto, enfrente de ellas había una banca con algunos cojines y tenía unas hermosas cortinas al lado de ellas. Justo en medio de la habitación, recargada en la pared estaba una gran cama con un lindo y colorido juego de cama, enfrente, en la pared estaba una pequeña pantalla. Justo al fondo de la pared estaba un closet enorme y un gran espejo. También vi un escritorio con una computadora personal  completamente nueva y una impresora al lado. El piso era de madera pero tenía unas pequeñas alfombras que hacían un juego perfecto con la cama. Era hermosa, mas de lo que nunca me hubiera esperado. Creía que todo era un sueño. Me gire hacia Rachel que estaba atrás de mí y la abrace. Ella me devolvió el abrazo y me susurro al oído: "Bienvenida a casa Zoé" a lo cual yo le respondí: "Gracias".

sábado, 15 de octubre de 2011

0. The end of my world.


Era una chica cualquiera hasta que llego el día en el que ya no tenía nada a que aferrarme. Mi vida se había destruido completamente. El día en que perdí a mi madre, a mi padre, a mi hermano mayor que yo, mi pequeña hermana de seis meses y a mi novio Evan en aquel terrible incendio.
Era una tarde cualquiera en nuestro hogar, solo que hoy era el día en el que mi familia por fin conocería a mi novio o a mi "primer amor" como lo diría mi madre pero, en realidad, no estoy segura de amarlo en aquel punto pues solo llevábamos juntos ocho meses y todo era genial, lo quería y él me quería, la pasábamos bien juntos y estábamos bien con eso pero no me di cuenta de cuento le quería hasta que el ya no estaba para sostener mi mano o para besarme tan dulcemente. 
Ese día había salido a comprar algo que me pidió mi mama mientras todos conversaban entre si, Evan se había ofrecido a acompañarme pero yo le dije que se quedara. Tome mi iPod, ya que era el que siempre iba conmigo, no importaba a donde, por ley tenía que acompañarme. No tarde mucho pero... eso basto para que todo acabara. Cuando regrese vi a todos los vecinos rodeando mi hogar y una gran señal de humo saliendo de ella, empuje a todos para poder ver que estaba sucediendo pues creía que las sospechas que tenía no eran ciertas pero si lo fueron. La casa se estaba incendiando al punto de desaparecer.
Cuando los policías llegaron, sin decir palabra me tomaron de los brazos, yo no tenía fuerza para resistirme pues mi mundo se había venido abajo, me guiaron a la patrulla para llevarme con una trabajadora social y una psicóloga pues no había dicho absolutamente nada. No había llorado ni gritado como todos lo esperaban. Estaba completamente en blanco, sin ninguna emoción ni expresión... Nada. No sabia que hacer, me sentía obligada a llorar pero no lo hacia.
La psicóloga me dijo que hubo una fuga de gas de la cual nadie se había dado cuenta hasta que mi mama prendió la estufa y todo exploto. Se me hizo muy raro que mi familia no se hubiera dado cuenta por el olor ya que la concentración de gas era tan alta que no permitió que nadie lograra salir.
Cada día tenia una sesión de dos horas con la psicóloga, dos horas de nada, sin lagrimas ni lamentos... ¡Nada! No quería tener esas tediosas terapias que en realidad no ayudaban en nada pues, la psicóloga cuyo nombre era Vivían, por mas que lo intento, no logro que yo soltara alguna lagrima o que hablara acerca del tema. Eso era por que no quería recordar nada en esos momentos, antes de sufrir tenía que ver como solucionaría mi vida y después podría llorar a gusto, ¿Suena extraño? Si, lo se, pero con hacerme la víctima no lograría nada, me dolía en el alma perder a mi familia, no se pueden imaginar cuanto, es el peor dolor que puede existir, es como tener un hueco en el corazón, un hueco que nada ni nadie podrá llenar de nuevo. Aquel hueco se expandía y me absorbía, ya no quería nada, no tenia fuerza de querer nada pues los que mas quería se los trago el fuego sin piedad.
Mi mejor amiga Sam se quedo conmigo en las buenas y en las malas, me ofreció vivir con ella en lo que la trabajadora social buscaba algún familiar con el que me pudiera quedar aunque yo ya fuera mayor de edad. Sam también había estado en mi casa ese día pero se tenía que ir temprano pues tenía una cinta con el dentista y yo me sentí tan agradecida de no haber perdido a alguien más. Todos los días ella me despertaba de una manera efusiva que lograba hacerme reír unos minutos pero después aquella nube gris de pesadumbre y tristeza se plantaba nuevamente sobre mi cabeza durante el resto del día.
La trabajadora social llamada Ariadne insistía en hacerme preguntas sobre mi familia pero yo ya le había contestado todo lo que sabia que era que mi madre era hija única, que sus padres vivían en alguna parte de Estados Unidos pero nunca tuvimos contacto con ellos pues seguían molestos con mi madre por sus decisiones. Los padres de mi padre ya habían fallecido hace un tiempo y que mi tía Rachel, la hermana de mi padre, vivía en alguna parte del mundo pero viajaba constantemente y esto lo sabia por las postales que le enviaba a mi papá.
Pasaron dos semanas muy tranquilas, yo todavía seguía sin llorar ni nada, seguía en blanco, creo que me negaba a lo que estaba pasando. Después de esas dos semanas Ariadne me dijo que me mandaría a vivir a Inglaterra pues parecía que la hermana de mi papa vivía ahí. También me comento que mi familia tenía descendencia inglesa pero eso ya me lo habían contado hace mucho, de hecho mi segunda lengua era el inglés. No tenía mucho que empacar solo una poca ropa que me dieron y una guitarra que Sam me regalo pues sabia que mi pasión era la música. Me fueron a recoger un viernes a las seis de la mañana, mi vuelo salía a las ocho y no se en cuanto tiempo llegaría a Inglaterra, Ariadne me compro el boleto en primera clase, ella fue la que mas se ocupo de mi, trato de regresarme o mas bien de sustituir todo lo que había perdido, por ejemplo me compro una cámara profesional ya que la mía se quemo y realmente la necesitaba por la o las carreras que estaba estudiando en la universidad. También me regalo muchas tarjetas de iTunes para que pudiera recuperar toda mi música cuando tuviera una computadora. Estaba realmente agradecida con ella. Solo me despedí de mi amiga Sam el día anterior a mi viaje, claro que seguiríamos en contacto pues era una de las personas que mas me había apoyado y lloramos los mares de los mares, ahí si solté todas las lagrimas que se me habían estancado y después me sentí sumamente cansada por lo cual caí en la inconsciencia rápidamente.
Viaje sola junto con toda mi música pero en especial las canciones de una banda que siempre me ha dado ánimos, estaba conformada por cuatro chicos ingleses con un ritmo único, me consideraba una gran admiradora de ellos, la banda se llamaba McFLY. Yo le contaba sobre ellos a mi madre la cual siempre me decía con una sonrisa "Pronto los conocerás". La extrañaba tanto, los extrañaba tanto a cada uno de ellos pero aceptar todo este cambio era lo que yo había decido y lo iba a cumplir. En realidad no me molestaba irme de México, era la oportunidad de empezar de nuevo, claro que me costaría un poco de trabajo adaptarme pero la idea me emocionaba al pensar que siempre había deseado ir a Inglaterra.
Solo una pregunta rondaba en mi cabeza: ¿Qué pasara en cuanto llegue?