Maratón PT. 3
Zoé's POV
- No puedo creerlo, es simplemente... Increíble. - Dijo Sam detrás de mí en lo que me terminaba de arreglar, pero en ese
instante entro una llamada en su teléfono.
- ¿Si? (...) ¿Quién la busca? (...) Oh... Enseguida
lo comunico (...) Si. - Volteo a verme con el semblante lleno de preguntas, después
se acercó a mí con el teléfono entre las manos. - Te habla Dougie Lee Poynter. - Dijo con una ceja enarcada.
- Tú no me querías creer inclusive después de tener
toda una noche para hacerlo. - Me hundí de hombros
y tome el teléfono.
- Sigo un poco escéptica.
- No lo estarás después de hoy. - Coloque la bocina en mi oído después de que Sam fue a la cocina. - ¿Hola?
- ¿Zoé? ¿Estás bien? ¿Dónde estás? - Había un notable tono de preocupación en su voz.
- Estoy bien Doug, me quede con Sam. Estaré ahí en
un rato más.
Dougie's POV
Me puse tenso a
la sola pronunciación de ese nombre, Sam, el chico con el que ella había estado
tan empalagosa por teléfono durante estos tres meses
- ¡Podrán conocerse! - Dijo ella emocionada soltando una risa de por medio. - Nos veremos para almorzar ¿Vale?
- Por supuesto ¿Dónde nos encontramos?
- En el lobby del hotel a mediodía.
- Perfecto, le diré a los chicos.
- Vale, nos vemos... - Se quedó callada unos segundos y estuve a punto de colgar pero me
detuvo. - Uhmm… ¿Dougie?
- ¿Dime?
- Yo… uhmm… - Soltó un suspiro.
- Nada, nos vemos al rato. - Corto la
llamada antes de poder decirle nada. Me quede con la mirada fija en la bocina
del teléfono mientras Tom aparecía detrás de mí.
- ¿Cómo está? - Pregunto
mientras arreglaba su cabello.
- Esta con el dichoso Sam.
- No crees que si tuviera algo con el ¿Tu ya lo
sabrías?
- No supe que ella tenía un novio. - Dije refiriéndome a aquel bastardo que la había lastimado.
- Y ella tampoco supo que tú tenías una.
- Golpe bajo, Fletcher. - Comenzamos a jugar con golpes un tanto afeminados, Danny y Harry
entraron a la habitación y rieron por lo bajo, Tom y yo nos detuvimos mientras
yo aclaraba mi garganta. - Por cierto,
Zoé vendrá a mediodía e iremos a almorzar con ella.
- ¿Y con el tal Sam? - Pregunto Harry después de cruzar un mirada cómplice con Danny, solo
me hundí de hombros mientras me echaba un último vistazo en el espejo.
- Pues, faltan diez minutos para que sea medio
día, será mejor que bajemos al lobby de una vez. - Indico Tom e hicimos lo
que dijo. Cuando llegamos nos encontramos con que el lobby estaba repleto de
personas con carteles que mostraban que eran nuestras fans.
- Aquí vamos. - Dijo Danny con
una sonrisa mientras bajábamos los últimos escalones.
Zoé's POV
Le devolví el
teléfono a Sam y ella comenzó a examinarme.
- ¿Por qué Dougie Lee Poynter llamo a mi casa buscándote?
- Enarco una ceja en mi dirección y yo solo solté una risita nerviosa.
- Ellos no sabían qué iba a venir aquí, así que les
deje un recado en recepción con el número de tu casa.
- Oh…
- Iré a almorzar con los chicos y les mostrare un
poco el lugar antes de que el concierto inicie.
- Es como si los conocieras de siempre.
- Como tú, ellos son mi familia. - «Con una excepción» - ¿Vienes
con nosotros? - Le pregunte cuando termine de calzarme los mismos vans que
use ayer.
- ¿No te causara problemas?
- No creo.
- Seguro. - Ambas
sonreímos. - Almorzar con McFLY, jamás
creí que diría eso.
- ¿Ahora me crees?
- No completamente pero si en un diez por ciento
más. - Me puse de pie y me di un último vistazo al
espejo, el cambio de ropa que cogí de la maleta consistía de unos jeans, una
blusa de manga tres cuartos con cuello en forma de “V” color azul eléctrico y
encima un chaleco negro. Alborote un poco mi cabello y me aplique mi usual
delineado cuando me vino a la mente una idea que se mostró en forma de
chasquido.
- Oh, y de una vez te doy la llave del
departamento.
- Quería hablarte de eso. - Dijo con un pequeño tono preocupado. - ¿Estas
segura de eso? ¿No seré una molestia para ti?
- Dios, Sam, por supuesto que no, te lo dije ayer.
El departamento es muy amplio, yo vivo sola y tengo una habitación completa con
baño y todo que nadie ha usado así que no hay ningún problema.
- Gracias. - Ese
agradecimiento cubría más que esto, nos abrazamos por unos segundos y por
alguna razón unas lágrimas resbalaron por nuestras mejillas. - Agh, somos unas lloronas. - Ambas reímos
nuevamente.
- Anda, vamos. - Dije después
de quitar las pequeñas gotitas en mis mejillas y revisar que el delineador no
se hubiera barrido. Salimos de la casa de Sam y nos montamos en su auto,
tendríamos suerte si llegábamos a tiempo al hotel pues otra cosa que le daba
fama a esta ciudad era el tráfico aunque nos encontráramos relativamente cerca
de ellos.
- Tendré que vender este auto. - Dijo ella al cabo de unos minutos en la calle, hice un puchero
mientras sentía el sol acariciar mi piel aprovechando que el techo del auto no
estaba colocado.
- Mí amado Blu no.
- No queda de otra. - Solté unos cuantos quejidos en señal de protesta.
- Y tendrás que aprender a manejar del lado derecho
- Hubo un pequeño silencio.
- Lo sé.
- Pero no te preocupes, le pediré a mi tío que te
enseñe.
- Excelente. - Me regalo una
sonrisa sin despegar su vista de la calle.
Llegamos al hotel
unos minutos tarde por un embotellamiento que hubo a unos cuantos kilómetros de
aquí y con lo primero que nos topamos fue con una horda de fans que traían
carteles y aclamaban a los chicos con gritos y cantos lo cual a mí me lleno de
entusiasmo pues hace algunos años nosotras éramos así.
- ¿Recuerdas? - Dijo Sam con
un susurro, pensó lo mismo que yo. Asentí un par de veces y logre atisbar a los
chicos en medio de todas, uno posando con una fan, otro firmando algún objeto y
otros dos riendo y platicando con quienes los rodeaban hasta que la familiar
voz de Tommy Jay les pidió que se retirarán, esta petición recibió varía
abucheos pero al fin tuvo que ser llevada a cabo. Sam y yo nos pegamos a una de
las paredes pues estábamos en medio de la entrada por la que ahora salían todos
esos fans. Capte a una chica mirándome fijamente con una expresión extraña,
como si tratara de reconocer quien soy hasta que su rostro cambió de faceta y
sin alguna señal de duda se acercó al lugar donde yo estaba.
- Disculpa. - Dijo con una
dulce voz, no le calculaba más de catorce años. - ¿Tu eres Zoé Miller? - Me extraño que reconociera mi nombre.
- Sí ¿Por? - Respondí más en un tono de
pregunta que de afirmación.
- Oh, mi hermano iba contigo en la universidad
¿Recuerdas a Ricardo? - Hice memoria y su
rostro apareció en segundos en mi cabeza, un chico alto de constitución delgada
con el cabello corto y desarreglado, un par de lentes con montadura rectangular
que enmarcaban sus extraños ojos color aceituna, tenía una perforación en el
labio donde ponía un arillo metálico. Él era un buen amigo, varias veces nos
ponían en el mismo equipo de trabajo y Sam y yo solíamos salir con él y otros
más al cine, inclusive fue a una de las presentaciones que ofrecimos mi hermano
y yo con Vitale Legionis.
- Claro que sí, no te veía desde que eras una
pequeña de cuatro años. - Ricardo fue en
secundaria con nosotras, en primer año fuimos a su casa por un trabajo de
equipo y vimos a su pequeña hermana, esto fue hace diez años. - Pero en fin ¿Qué haces aquí?
- Logre convencer a mi madre de que me trajera al
concierto de McFly, soy una gran fan de ellos. Al principio no quiso con el
pretexto de que vivíamos lejos y sería mucho gasto y bla, bla, pero al final
acepto.
- ¿Vivir lejos? - Pregunto Sam
segundos antes de que yo lo hiciera. - ¿Se
mudaron o algo por el estilo?
- Si, ahora vivíamos en Quintana Roo.
- Eso es genial ¿En qué parte?
- En Cancún, mis padres pusieron un pequeño pero
acogedor hotel ahí, nos va bien.
- Me alegra escuchar eso, y tú hermano ¿Vino con
ustedes? - Pregunte fijando mi vista en el exterior
para ver si podía encontrarlo.
- No pudo venir por el trabajo. - Sam y yo asentimos al mismo tiempo. - En fin, me tengo que ir pero si van allá llámenme a mi celular o al de
mi hermano. - Garabateo dos números en un pedazo de papel que nos entregó.
- De hecho, estaremos unos cuantos días allí, les
llamaremos para que salgamos un día o algo por el estilo ¿Te parece?
- ¿¡Enserio!? ¿¡Con ellos!? - Señalo a los chicos entusiasmadamente.
- Veré lo que puedo hacer. - Le guiñe el
ojo y me hundí de hombros mientras ella daba un pequeño brinquito lleno de emoción.
- Genial. - Lanzo una
mirada a donde estaban los chicos y nosotras hicimos lo mismo, note a Dougie
viendo en nuestra dirección, en mi dirección. Nuestras miradas se cruzaron por
unos segundos y él me regalo una sonrisa, oí que alguien carraspeo su garganta.
Voltee en dirección de aquella persona después de haber visto como Dougie se
movía con la intención de acercarse a donde estábamos, quien carraspeo su
garganta fue Ana, la hermana pequeña de Ricardo.
- Así que... - Vi como hacia
señas extrañas apuntando a Dougie y a mí en intervalos mientras levantaba una y
otra vez las cejas con una sonrisa pícara.
- ¿Qué? - Pregunte al no
captar muy bien a que se refería, note que la distancia entre Dougie y nosotras
era cada vez menor gracias a su avanzar.
- Si, tú y él... Bueno... - Hizo más señas y capte su mensaje.
- Oh, no, no, no, no, no, no.
- Ajá. - Dijo sarcásticamente.
- Enserio, no hay nada.
- ¿Nada de nada? - Hizo más señas confundidas cuando él estaba a dos pasos.
- No y será mejor que te detengas.
- ¿De hacer qué? - La voz de
Dougie se infiltró en nuestra conversación pero nadie respondió su pregunta
pues Ana, la pequeña hermana de Ricardo, se quedó muda.
- Nos vemos. - Se despidió
de nosotras con un gesto de la mano y se marchó precipitadamente antes de que
cualquiera de nosotros pudiera decir algo. Ahora el lobby se encontraba
completamente vacío a excepción de nosotros siete.
- Okay. - Dijo Sam confundida.
- Oh, Dougie, déjame presentarte a Sam. Sam,
él es Dougie.
Dougie’s POV
- ¿Qué? - Justo en ese instante los chicos
se acercaron a nosotros y pude escuchar como Danny aguantaba una risa.
- Uhmm, si, ella es Sam, te he hablado de ella. - Entonces la risa de Daniel exploto junto con la de Harry y Tom, ellos ya
sabían y sabían que moría de celos y no fueron ni siquiera para decirme que ese
tal Sam que yo odiaba tanto era un “ella” ¡”Ella”!
- Mucho gusto. - Estreche su mano
y después de que Tom hiciera lo mismo lo hale de su camisa para poder hablar
con él.
- ¿Me puedes decir por qué demonios no me
dijiste que Sam era mujer?
- Porqué me divertí con solo imaginarme este
momento.
- Eres cruel.
- ¿Yo cruel? Tú eres el que no hace absolutamente
nada.
- ¡Por que no puedo hacerlo! - Dije en un susurro exasperado.
- Esas solo son excusas, sabes perfectamente bien
que podrían esconderlo. - Esas palabras me
golpearon crudamente.
- ¿Cómo no se me ocurrió antes?
- Por qué eres un tarado, ahora ¿Me puedes soltar?
Estas tomando un poco de mi piel contigo. - Lo solté
inmediatamente.
- Lo siento.
- No pasa nada. - Soltamos unas risas y nos acercamos con las chicas pero Tom y yo notamos
algo muy peculiar en la mirada que tenía Danny pues, a pesar de que hubiera
mucha luz inundando el lobby, sus pupilas se encontraban dilatas y, según algo
que Tom nos había dicho hace algún tiempo, cuando eso pasa es porque la persona
que estás viendo es la que te gusta y ¿A quién veía Danny? A Sam, la mejor
amiga de Zoé.
- Enseguida regreso, tengo que tomar algo de
mi habitación. - Dijo Zoé para después marcharse, la observe durante todo
el camino hasta que llego a las escaleras.
- Olvide mi celular en la habitación, no
tardo. - Sam me lanzo una mirada intrigada y después sonrió sin motivo
aparente. Deje a los chicos y no me desvié a mi habitación, toque la puerta de
la suya, la de la habitación 104.
Zoé’s POV
Alguien toco a mi puerta justo cuando buscaba
las llaves de mi departamento. Abrí la puerta mientras intentaba recordar donde
estaban las llaves pero al abrirla tuve que forzarme a recordar que estaba
haciendo.
- Hola. - Salude un tanto
confundida.
- ¿Qué haces?
- Uhmm… - Cerré los ojos y
sacudí un poco mi cabeza, esto ya había pasado antes. - Busco la llave de mi departamento, Sam se mudara contigo y la
necesitara para entrar.
- Oh ¿Quieres que te ayude? - Estuve a punto de acceder pero recordé que toda, TODA mi ropa se
encontraba fuera de mi maleta y completamente regada por la habitación.
- No te preocupes, sé que estoy a punto de
encontrarla. No tardare mucho, lo prometo. - Estuve a punto de darme media
vuelta para entrar nuevamente a la habitación pero él me detuvo por la muñeca.
- No creo estar dispuesto a esperar más. - Sabía
que no se refería precisamente al tiempo que tardara encontrar la llave.
- Solo un poco más.
- No quiero. - Entonces me halo
hacía él y choque de bruces contra su pecho, el aprovecho esto y me besó.
En la comisura de
los labios.
- Apresúrate. - Susurro a solo milímetros de
mi rostro, asentí frenéticamente y el soltó mi muñeca. Entre rápidamente a la habitación
y, con la cabeza en las nubes, abrí el bolsillo delantero de la mochila donde
estaban mis cámaras y justamente ahí se encontraban las llaves. Esto era una
especie de señal o algo.
Tome mi cámara fotográfica
y junto con sus memorias, le coloque la memoria que usaba para fotografías ajenas
al trabajo y se la coloque, después tome nuevamente mi bolso y a empujones metí
toda la ropa en la maleta la cual, obviamente, no cerro. Salí de la habitación y
ahí estaba él esperándome.
- Listo. - Él asintió y, mientras caminábamos,
rodeo mi cintura con su brazo derecho. Me ruborice e intente cambiar mi vista
de dirección, a cualquiera en la que él no estuviera. Bajamos las escaleras y
él en ningún momento me soltó, ni siquiera cuando estuvimos con los chicos, los
cuales no mencionaron nada. - Vayamos a
almorzar algo. - Dije y todos aceptaron. - Aquí están las llaves, Sam. - Las estire hacia ella y cuando las
tomo fue junto con mi muñeca halándome hacia ella haciendo que camináramos
juntas.
- Que casualidad que justo cuando tienes que
ir a tu habitación Dougie recuerda que olvido su celular en la suya ¿Me puedes
explicar que rayos significa eso? - Hablábamos entre susurros y parecía que
los chicos no nos escuchaba aunque solo se encontraran a tres pasos de
distancia.
- Parece que omití un insignificante detallito
ayer.
- ¿Qué “insignificante” detalle es ese? - Con una sola mano marco las comillas pues la otra se encontraba aferrada
a mi brazo.
- Uhmm… verás, a mí me gusta Dougie.
- Si, eso ya lo sabía.
- Bueno, yo le gusto a él.
- ¡¿Qué?! - Se detuvo en seco
en medio crucero y en el preciso momento en el que el semáforo se puso en
verde, la hale del brazo para cruzar lo que nos faltaba corriendo mientras los
chicos se quedaban al otro lado de la acera mientras los autos pasaban
velozmente.
- Sam, eso fue peligroso.
- ¿Enserio le gustas a él? ¿Cómo lo sabes?
- Pues, él me lo dijo.
- ¿Cuándo?
- Cuando el tour inicio.
- Oh, mi dios ¿Y ustedes ya son…
- No y, ya, para de hablar que ahí vienen.
- ¿Cómo es eso posible?
- La vida, el destino, como quieras pero ya, basta.
- Los chicos estaban a dos pasos de nosotras y
note el intento de Sam de decir algo mas pero cubrí su boca. - Te contare absolutamente todo en su tiempo
pero ahora detente ¿Okay? - Sam asintió contra mi mano y después la lamio,
los chicos se unieron a nosotros mientras soltaba varios quejidos. - Ugh, odio que hagas eso. - Ella se hundió
de hombros “inocentemente” y libre de culpa.
- ¿Por qué te detuviste tan repentinamente? Fue
peligroso. - Dijo Danny con un tono de voz preocupado
mientras Sam se hundía de hombros nuevamente.
- Lo lamento, recibí noticias impactantes. - Golpee
su brazo sin que lo notaran. - Ugh ¿Qué se
les apetece almorzar? - Cambiando de tema, los chicos no supieron
exactamente que responder así que Sam nos guio pues yo realmente no conocía la
Alameda Central tan bien como ella.
Tome varias fotos
de los chicos en los monumentos y fuentes que se encontraban en este hermoso
lugar, la más impactante fue la Fuente Central que, como su nombre lo indica,
se encontraba justamente en el centro de la Alameda. Desayunamos unos tacos de
canasta que encontramos en un puesto y estuvieron absolutamente deliciosos pero
a quien le gustaron más fue a Tommy Jay que los elogiaba a cada mordisco.
Estuvimos más de cuatro horas en la Alameda y la estábamos pasando increíble pues
estábamos en un ambiente súper armonioso y tranquilo. Regresamos al hotel a las
cuatro con diez minutos y a las cuatro y media ya estábamos listos para
encaminarnos hacia el auditorio en el cual nos encontrábamos a las cinco menos
diez minutos.
- A Sam le diste el pase que te di ¿Verdad? - Pregunto
Tom mientras entrabamos por la puerta trasera del Auditorio.
- No es como si yo lo fuera a usar. - Soltamos
una risa por la ironía del asunto. - ¿Hay
algún problema con eso?
- Oh, por supuesto que no. - Solté un suspiro aliviado y le sonreí para después tomar agua de una
botella que Tommy me había regalado. - Creo
que a Danny le gusta Sam. - Escupí el agua que había tomado pues la
sorpresa me había invadido. Todos me voltearon a ver mientras Tom soltaba unas risas.
- Todo está bien. - Dije en medio de unos
tosidos. - Tom, vayamos a ver el
escenario. - Lo tome de la camisa y lo jale para que pudiéramos hablar.
- Hoy todo mundo tiene ansias de jalarme por
la camisa. - Dijo una vez que lo solté y que estuvimos solos.
- ¡¿Cómo que a Danny le gusta Sam?! ¡¿Tan
rápido?! Oh, mi dios.
- Tranquilízate. - Tom coloco sus manos en mis hombros e hizo la acción de inhalar y
exhalar mientras yo lo imitaba. - No
estoy completamente seguro pero, cuando la vio, sus pupilas se dilataron como a
ti cuando ves a Dougie y viceversa. - Lo golpee en el estómago levemente. -
Es enserio.
- Lo sé. - Ambos reímos y
tomamos asiento en una de las butacas de primera fila y observamos el
escenario. - Increíble, todo lo que ha
pasado últimamente es increíble.
(* * *)
- Son maravillosos. - Murmuro Sam, justo ahora nos encontrábamos en el pie del escenario, yo estaba tomando fotografías de los chicos mientras Sam babeaba y coreaba sus canciones.
- Lo sé, no me canso de verlos. - Regrese
mi vista a la mirilla de mi cámara mientras ajustaba el anillo de enfoque y
tomaba una foto de Tom haciendo un solo. - Por
cierto ¿Dónde dejaste tu maleta? - Pregunte a Sam a gritos. Este era el último
concierto de los chicos en México y cuando terminara saldríamos al aeropuerto
para ir a Cancún.
- En el camerino junto con las suyas. - Asentí
y al escuchar que la última canción del set empezó a sonar rodeamos el
escenario hasta poder subir al mismo pero en la parte trasera y solo subí yo
para tomar fotos desde la plataforma donde estaba Harry. Tome las espaldas de
los chicos junto con el mar de fans que estaban disfrutando el concierto. Tome
algunas más de Harry desde distintos ángulos. En una toma, inclusive, me recosté
sobre el piso. El concierto termino y los chicos se despidieron de sus fans
mientras Sam y yo corríamos hacia los camerinos, llame al señor Velázquez por
el radio y nos encontró en los mismos. Los chicos también ya estaban ahí y dos
de ellos no traían playera.
- Wuo, wuo, wuo. - Dije yo cuando entre
mientras daba media vuelta con las mejillas ruborizadas.
- Oh, vamos. - Sam me tomo del brazo y me
halo hacia la habitación. - Los estarás
viendo así en la playa, mejor démonos prisa. - Tomamos las maletas y los
chicos ya traían un cambio nuevo de ropa sin rastro de sudor. El señor
Velázquez nos ayudó con el equipaje. Nos subimos a la camioneta y ya nos encontrábamos
en el aeropuerto después de media hora.
- Tommy, nos veremos en Venezuela. - Dijo
Harry con una sonrisa, después le dio un abrazo al igual que el resto de
nosotros a excepción de Sam quien solo se despidió estrechando su mano
cordialmente.
- Por supuesto que sí, diviértanse.
- Lo haremos, definitivamente. - Después de que Danny dijo eso soltamos una risa y ellos entraron al
aeropuerto mientras yo me quedaba un poco más para hablar con Tommy.
- ¿Vienes, Zoé? - Me pregunto Sam.
- Enseguida los alcanzo, no tardo. - Recibí como respuesta un asentimiento y después fue con los chicos.
- Tommy, no te había dado esto. - Le di la
tarjeta de crédito pero él se negó aunque no se la acepte y en cambio, se la
guarde en el bolsillo frontal de su camisa. - Tommy, yo me encargare de los gastos que tengamos allá, no la
necesitaremos, ya compre los boletos a Venezuela.
- Pero esta tarjeta es para los gastos de los
chicos y los tuyos.
- Pero esta vez me quiero encargar yo ¿Okay? - Me lanzo una mirada de reproche, no me gustaba hablar de gastos con las
personas pues siempre habían conflictos. - Enserio,
yo me encargo. Nos vemos en Venezuela, suerte con todo. - Le di un beso en
la mejilla y entre rápidamente para alcanzar a los chicos y hacer la documentación
requerida para poder volar pero a unos metros de unirme a ellos note como Sam
colocaba un dedo entre sus labios en señal de pedirles que guardaran algo como
un secreto, cosa que me pareció sospechosa.
- ¿Qué traman? - Dije furtivamente
mientras sacaba de mi bolso el papel en el que venía impreso el comprobante de
pago de los boletos, no espere su respuesta pues me acerque a uno de los módulos
donde documentamos las maletas y donde nos dieron nuestros pases de abordar.
Cenamos comida china y justo cuando salimos del pequeño restaurante escuchamos
la llamada para abordar el avión pero el despegue se retrasó por más de una
hora. Yo me senté con Sam, Tom con Harry y Danny con Dougie. Al cabo de dos
horas nos encontrábamos aterrizando y fue necesario despertar a más de uno para
que se abrocharan los cinturones.
Cuando por fin
bajamos del avión, los chicos se encontraban sumamente adormilados al igual que
nosotras pero los Monster que nos acabábamos de comprar nos ayudaron a estar un
poco más vivas. Rentamos una camioneta para seis pasajeros, Sam fue la
encargada de manejar y de llevarnos a la enorme casa en la que nos alojaríamos durante
los próximos cinco días.
- Estoy muerta. - Dijo Sam al escuchar los
ronquidos de los chicos en la parte trasera.
- Toma más Monster y aguanta unos minutos más,
estamos a punto de llegar. - Tenía los ojos cerrados y mi mejilla recargada
en mi rodilla que estaba sobre el asiento en ángulo y podía sentir como estaba
cabeceando.
- Hey, se solidaria. - Sam movió bruscamente mi pierna haciendo que me sobresaltara y me
sintiera más activa. - Odio que el vuelo
se haya retrasado, son casi las tres y media y muero de sueño y ya quiero
llegar.
- Pues ya llegamos,
señorita-odio-todo-en-estos-momentos. - Dio vuelta a la
derecha y me tuve que bajar de la camioneta para abrir el portón a la casa,
cuando la camioneta se encontraba en su totalidad dentro, cerré el portón y me subí
nuevamente. Había una especie de avenida pequeña que conectaba el portón con la
cochera, el recorrido no duraba más de tres minutos. Sam estaciono el auto
enfrente de la casa. Antes de bajar, me gire en mi asiento para ver la parte
trasera donde los chicos estaban profundamente dormidos.
- Chicos. - Sacudí la pierna de Tom que se
encontraba más cerca y después la de Danny quien estaba recargado sobre el
hombro del primero. Ambos despertaron lentamente y después levantaron a Harry y
a Dougie, cuando estaban más o menos conscientes les hable. - Hemos llegado, bienvenidos. - Les dije
con una sonrisa y al mismo tiempo Sam, quien ya había bajado, abrió la puerta que
estaba a un costado de Danny. Todos bajaron y observaron la casa sin muchos ánimos,
se notaba que estaban adormilados aunque no lo suficiente pues cada quien bajo
su maleta y nos ayudó a llevarlas en el interior. - Los guiare a sus habitaciones. - Habían cinco habitaciones aquí, cuatro
tenían cama King size y una tenía dos camas matrimoniales que era en donde Sam
y yo dormíamos cada que veníamos y esta ocasión no sería la excepción. Todas
las habitaciones se encontraban en el mismo pasillo en el que había dos puertas
a cada lado y una al final que era donde se encontraba la mía y la de Sam.
Dougie y Harry dormirían en las habitaciones del costado izquierdo y Danny y
Tom en las del derecho. Cada quien entro a su respectiva habitación y se encerró
en la misma, no dudaba que más de uno se hubiera tirado a la cama sin siquiera
ponerse su pijama. Sam y yo entramos a nuestra habitación y la ventaja de esta
casa es que cada habitación tenía su propio baño completo y en la nuestra había
dos. Era como un pequeño hotel pero mi padre construyo esta casa para viajar
con la familia de Sam pues éramos y somos realmente cercanos, tal como una
familia.
- Que recuerdos. - Murmuro Sam mientras perdía
su vista a través de los grandes ventanales que cubrían la función de ventana y
pared pero no se podía ver nada de afuera hacia dentro solo de dentro hacia
afuera, como los cristales en las salas de interrogación policiacas, cada habitación
tenia esta cualidad.
- Lo sé. - Saque de mi maleta mi pijama y
mi neceser donde estaba mi desmaquillante, entre a mi baño, o al que yo solía
usar y me cambie quitándome el maquillaje de paso. Cepille mis dientes y cuando
salí me topé con Sam ya recostada en su cama.
- ¿Iras mañana? - Pregunto leyendo
mi mente.
- Sí. - Mañana seria el día en el que enfrentaría uno de mis peores temores: el
pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario