miércoles, 11 de enero de 2012

15. Miss him, miss her.



Zoé's POV
Dos semanas, dos largas semanas sin saber como estaba Doug ni nada acerca de el, me hacían falta sus risas, sus bromas, sus perfecta sonrisa, sus ojos que demostraban tantas cosas...

¡Hey! ¿Qué pasa contigo Zoé?
Simple, estas ena...
Ni se te ocurra decirlo
E-N-A-M-O-R-A-D-A
¿Y lo tienes que decir letra por letra?
Si no lo hago yo, tú no lo harías.
Porque yo no estoy así.
Por dios Zoé, así ¿Cómo?
Como eso que dijiste.
¿E-N-A-M-O-R-A-D-A?
¡Calla!
¿Qué? ¿Le tienes miedo a la verdad?

Y así es como mi propia voz interna me silencia al no poder darle una respuesta a eso, pero no es que sea verdad...

Si lo es.
Estaba narrando yo, ¿Por qué no te callas?
Que te digan la verdad te afecta bastante cascarrabias.

En fin, estaba bastante sumida en mis pensamientos pero mi celular corto el hilo de estos. Lo saque de mi bolsillo, vi el numero pero era uno desconocido para mi y por pura curiosidad conteste.
- ¿Si?
- Disculpe, ¿Tengo el gusto con la señorita Zoé Miller?
- ¿Quién la busca?
- Hablamos de parte de la clínica de rehabilitación donde se interno uno de sus amigos, Doug Poynter.
- Ella habla ¿En que puedo ayudarle?

Dougie's POV
Llevaba dos semanas en ese lugar. Estaba sentado en mi horrible habitación del rehab mirando al techo, era lo único que podía hacer ahí; no podía fumar, olvide traer mi guitarra, mi música estaba en mi celular y me habían dicho que no tendría visitas durante mi estancia aquí y eso me deprimía, extrañaba a mis amigos.
Ya iban a dar las nueve, hora de desayunar cereal con leche. Esta era la rutina de todos los días; desayunar, psicólogo, tiempo libre, comer, terapia grupal, tiempo libre, cenar, dormir. Nada cambiaba, o eso creía yo.
Me dirigí al consultorio donde normalmente hablaba con el psicólogo, abrí la puerta y el doctor no estaba pero había una mujer de pie al fondo de la habitación mirando hacia la ventana y al lado de ella había una guitarra acústica.
- Disculpe... - Aquella mujer volteo a verme y me regalo una dulce sonrisa.
- Hola, Doug. - Me saludo como normalmente lo hacia, sin dudarlo corrí hacia ella y la abrace.
- ¿Qué... Qué haces aquí, Zoé? - Pregunte sin soltarla.
- Me llamaron y me pidieron que viniera. - En ese momento me sentía extrañamente feliz de verla. - Te extrañaba.
- Y yo a ti. - Nos soltamos del abrazo justo cuando el doctor entro.
- Señor Poynter, buenos días.
- Muy buenos doctor Johansson.
- Y ¿Por qué ese cambio tan repentino en su humor?
- Tengo una grata visita. - Voltee a verla y me regalo una sonrisa.
- Señorita Miller, ¿Nos permitiría un momento a solas?
- Claro - Mire con confusión al doctor, el solo asintió levemente, Zoé tomo su guitarra y se dirigió a la puerta - Uhmm... Te espero en el jardín. - Solo le sonreí, abrió la puerta aun viéndome, giro y se pego con ella en el hombro. Soltó una risita nerviosa y salió cabizbaja con las mejillas completamente coloradas.
- ¿Por qué esta ella aquí?
- Me comentaste que te distanciaste un poco y que la extrañabas, a parte, esta visita podría ayudarte a algo, algo importante. - Dijo con un poco de misterio en la última parte.
- Gracias doctor. - Esboce una sonrisa y salí de ahí.
- Tienes hasta las ocho, Poynter - Grito asomándose por el consultorio.
Fui al jardín de la clínica, era una de las pocas cosas que me gustaban de este lugar. Era muy grande, tenia bastantes arboles marcando el margen de este, el césped siempre estaba verde y habían jardineras repletas de flores. Salí y fue fácil encontrar a Zoé, estaba delante de un árbol a una distancia en que la sombra no la tapara y pudiera disfrutar del milagroso sol que había salido hoy, tenia los ojos cerrados y la cabeza un tanto levantada hacia el cielo para que los rayos del sol la cubrieran casi por completo su rostro, cuello y clavícula. Se veía radiante, literalmente. Me senté a su lado, cuando hice esto las comisuras de sus labios se curvaron un poco formando una sonrisa, me quede observándola un corto rato. Note su cabello mas cortó, ahora lo tenia casi al nivel de los hombros y la ultima vez llegaba a la mitad de su espalda.
- ¿Por qué te cortaste el cabello?
- No se, un cambio no hace mal a nadie ¿No?
- Uhmm… - Recargué mi barbilla en uno de mis brazos mientras que con el otro acariciaba su cabello.
- ¿Qué pasa?
- Nada, me gusta más cuando lo tienes largo. - Si, me encantaba las ondas que tenía su cabello, también cuando lo tenía suelto.
- Solo tardara unos meses en crecer
- Si, tienes razón. - Hubo un silencio, pero no era incomodo, parecía que no necesitábamos palabras para estar bien.
- Y... - Empezó a decir - ¿Qué me cuentas?
- Muchas cosas.
- ¿Ah, si? ¿Cómo que? ¿Números y chistes? - Dijo sarcásticamente acompañada de una pequeña risa. Ladeo un poco su cabeza para poder verme.
- También historias. - Ambos reímos. - En realidad no hay mucho que decir, supongo que te enteraste por los medios que ella y yo terminamos.
- Ajam... Eh... También Tom me contó lo que paso... - Dijo en apenas un susurro.
- Oh - Rayos.
Ahora si se había formado un silencio incomodo.
- ¿Por qué...
- Lo hice? - Termine su pregunta, ella asintió levemente y logre atisbar preocupación en sus ojos. - Uhmm... Me entere que ella salía con alguien mas mientras salía conmigo, cuando vi eso en la televisión solo quería olvidar y mi salida para eso fue tomar pues dicen que el alcohol alivia las penas. - Me hundí de hombros.
- ¿Por qué no llamaste a nadie?
- No se... No quería que me vieran así.
- Termino peor Doug, ¿Sabes? - Asentí levemente - Todos estábamos preocupados - Asentí de nuevo - Yo... Yo... - Voltee a verla y vi lagrimas en sus mejillas.
- Tu...?
- Nada, Doug. - Escondió su rostro entre sus piernas, no entendía que pasaba.
- Dime - Negó con la cabeza - Por favor. - Vi como su espalda se movía por respirar hondo, levanto su cabeza y se me quedo viendo.
- ¿Sabes lo impotente y estúpida que me sentí cuando me entere de eso?
- ¿Por qué?
- Yo ya sabia que te engañaba, o más bien lo suponía. - Me quede en shock con sus palabras - Ella misma me hizo notarlo con una estúpida amenaza, no sabes cuanto la odio, te pude haber dicho y esto no hubiera pasado, yo... Yo lo siento… Pero no era mi asunto y no quería interferir.. - Esa ultima parte apenas la entendí, hablaba demasiado rápido. Llevo sus manos a sus ojos limpiando sus lágrimas.
- Por eso ¿Te alejaste de mí?
- Si... - Sopese sus palabras e intente encontrar algunas para tranquilizarla.
- Zoé, no fue tu culpa, esto tenia que pasar, así es la vida. - La envolví en mis brazos, sentí como negaba con la cabeza - Espera... ¿Cómo que te amenazo? - Cambie mi posición tomándola de los hombros y moviéndola para que pudiera verme a los ojos.
- No... No fue una amenaza, amenaza.

Zoé's POV
- Dime que fue lo que paso. - Me dijo seriamente.
- Uhmm... - No sabía si debía decirle, pero en si, ya le había dicho las cosas ¿No? - El día que me invitaste para conocerla, ¿Recuerdas que me acompaño a la salida cuando me marche?
- Si...
- Estuve a punto de hacerlo y ella me detuvo diciendo, y cito textualmente "Escucha,  Doug es mío y no permitiré que nadie, y mucho menos tu, me lo quite" - Hice una voz aguda tratando de imitar la suya lo cual le causo gracia a él y a mi, ambos soltamos una risa. Acerco su mano a mi mejilla y limpio unos restos de lagrimas - Gracias.
- Te ves mejor cuando sonríes.
- ¿Cómo? ¿Así? - Abrí lo mas posible mi boca pero deje mis dientes pegados e hice un visco mostrando una cara aterradora.
- Si, te ves per-fec-ta. - Dijo con sarcasmo.
El típico clima de Londres hizo acto de presencia con las nubes cubriendo la calidez del sol, una ventisca hizo que mi cabello se revolviera, sentí un escalofrío recorrer toda mi espalda.
- ¡Aggg! - Escondí mi rostro entre mis piernas, si, hoy se me había ocurrido vestirme con unos bermudas y una blusa de manga corta dejando mis brazos y piernas descubiertas. Sentí como mi piel se ponía de "gallina".
Doug movió uno de mis brazos y fijo su mirada en mi reloj, después de unos segundos lo dejo donde estaba.
- Ahora vengo. - Susurro en mi oído para después entrar a la clínica.
Me quede ahí unos minutos pensando, ¿En que? En todo...

...En Doug.       
Vaya, ya era raro que no aparecieras.
¿Te das cuenta de lo mucho que nos gusta?
Se supone que eres la parte de mí ser que dice la verdad
¿Y que hay de mentira en eso? - Suspire un tanto molesta.
Supongo que nada, pero eres demasiado molesta.
Al fin admites algo de lo que digo...

Esa voz llevaba tiempo molestando con el mismo asunto.
Algo cubrió mi cara, era algo un tanto pesado, lo quite y note que era una sudadera roja que Doug me había lanzado.
- Anda, póntela antes de que te de un resfriado o algo así - Soltó una risita. Me puse su sudadera y me quedaba enorme pero estaba muy calientita aparte tenia el aroma de su colonia.
- Gracias - Curvo su comisura izquierda dejándome ver una media sonrisa. Me percate de que tenia una bandeja en las manos y vi lo que tenia hasta que se sentó a mi lado, eran unos sándwiches, tomo uno y me lo ofreció dulcemente, parecía un niño pequeño. Lo tome y le di un mordisco, estaba delicioso.
- ¿Rico? - Pregunto con comida aun en la boca.
- Si, ¿Tú los hiciste?
- No, los hizo la señora de la cafetería y cuando se los pedí me miro sorprendida.
- ¿Por qué?
- Por la cantidad. - Mire con mas atención esa bandeja y si, eran bastantes.
- ¡¿Por qué trajiste tantos?!
- No sabía si tenías mucha hambre.
- Pe... Pero yo no como tanto.
- Ya lo se, pero la mañana paso demasiado rápido y no se si desayunaste algo. - Vi mi reloj y eran casi las cuatro.
- Paso muy rápido el tiempo - Secunde lo que dijo, voltee a verlo y el solo movió su cabeza soltando una risita.
- ¿En serio no lo notaste?
- Nope.
- Eres muy distraída.
- Solo en algunas ocasiones - Me hundí de hombros y tome otro sándwich.
Después de una media hora terminamos con todo lo que había en esa bandeja, incluyendo unas manzanas y unas botellas de agua que venían ahí. Dougie tomo mi guitarra y se puso a tocar algunos acordes mientras ambos platicábamos diferentes cosas. No se como salió al aire el tema de nuestros padres.
- Últimamente, todo me recuerda a ellos.
- ¿Por?
- No se, pero me pasa a tal grado que vi un piano de cola como el que tenia mi madre y lo compre para mi departamento, pero lo único que sé tocar es Twinkle, Twinkle Little Star pero Tom me ha estado dando clases después del trabajo y ya puedo tocar mas o menos la canción de Make You Feel My Love de Adele.
- ¿La podre oír alguna vez?

Dougie's POV
Cuando le pregunte eso sus mejillas se tornaron un poco rojas.
- S... si - Entendí su respuesta con un poco de dificultad. - También Danny y Harry intentaron darme clases pero no lo lograron, por cierto ¿Sabias que Harry también sabe tocar el piano? Yo no, es genial. - Cambio el tema rápidamente.
- Si, de hecho, todos en la banda sabemos tocar el piano y la guitarra.
- ¿Tu también? - Pregunto un tanto asombrada.
- Si, solo que casi nadie lo sabe.
- Ohh... - Se quedo en silencio unos segundos. - Por cierto, los chicos ya saben lo que paso con mi familia. - Dijo atropellado algunas palabras.
- ¿Por qué decidiste decirles?
- Pues... ellos son como mi familia y varias veces me habían preguntando, creo que era lo mejor. - Se hundió de hombros.
Después de eso la tarde se paso volando, ambos bromeábamos mientras nos turnábamos la guitarra haciendo covers de canciones que nos gustaban, Zoé tenia una muy linda voz, era dulce y reflejaba muchas cosas al momento de cantar.
Una de las enfermeras nos vio en el jardín.
- Disculpe señorita Miller, es momento de que se retire.
- Ohh... - Nos miramos a los ojos unos cortos segundos y ella volteo a ver de nuevo a la enfermera. - Enseguida voy, ¿Me permite despedirme? - Dijo ella dulcemente pero la enfermera no le respondió de la misma forma.
- Tiene cinco minutos.
- Gracias. - La enfermera se marcho. Zoé y yo nos pusimos de pie, la vi con intentos de quitarse mi sudadera pero la detuve.
- Quédatela.
- Pero...
- Luego me la devuelves, tranquila.
- ¿Seguro?
- Si, no te preocupes.
- Gracias. - Me mostró la sonrisa que tanto me gustaba.
- A ti, por venir hoy. - Le di un abrazo y ella me lo devolvió, me apretó dulcemente y planto un beso en mi mejilla, después nos soltamos.
- Nos veremos pronto, espero que cuando salgas de aquí vuelvas a ser el mismo lunático de antes. - Alboroto un poco mi cabello y ambos reímos.
- Lo prometo. - La enfermera la volvió a llamar desde la entrada y ella se marcho, note que tenía su guitarra en mis manos.
-Hey, Zoé, tu guitarra, la olvidas - Dije gritándole a lo lejos.
- Quédatela  - Imito lo que yo le había dicho, me mostró una sonrisa, mi sonrisa, la que solo me mostraba a mi. - Así tendré la seguridad de que te veré de nuevo.
- ¿Eh?
- Cuando me la devuelvas, ese día yo también te devolveré tu sudadera.
- ¿Es una cita? - Grite eso sin pensarlo, mi boca se movió sola, estuve a punto de retractarme aunque no quería pero ella me quito la palabra.
- Claro - Escuche nerviosa su voz y, a pesar de la obscuridad, vi sus mejillas un tanto coloradas. Gracias a su respuesta mi sonrisa se hizo más grande.
Se despidió con un gesto de la mano y se marcho.
Si, definitivamente esa chica de ojos marrones me traía loco.
¿Apenas me daba cuenta?
Desde el día en que chocamos en la calle y en sus ojos vi la tristeza marcada fuertemente.
El día que nos encontramos en esa sesión que sus labios rozaron lo mejilla por vez primera.
Esa tarde que habíamos ido a cenar junto con los chicos con un “gracias” en su mirada por aquella guitarra.
En el cumpleaños de Tom que su mano toco mi muñeca buscando una respuesta.
El día de su graduación que me envolvió en sus brazos con la emoción pintada por todo su ser.
Empezaron gustándome sus ojos, después su cabello, sus labios, su adorable risa, su forma de actuar...  hasta que termino gustándome todo de ella, hasta que termino gustándome ella.
Desde el primer día que nuestras miradas chocaron mi inconsciente gritaba por medio de aquel extraño deseo que a mi ella me gustaba y ahora, que ya tenia eso claro tenia que esperar otras dos semanas para volver a verla.

Zoe's POV
¿Había quedado con Dougie para un cita? Me parece que si, vaya...
Grite emocionada ya que había cerrado la puerta de mi departamento, di brinquitos tontos por todo el lugar y después me tire en mi cama soltando un largo suspiro.
Dougie salía en dos semanas y yo estaba ansiosa, quería que pasaran lo más rápido posible.

1 comentario: