lunes, 18 de marzo de 2013

43. Might as well jump!


El viaje de camino a casa duro más o menos unos cuarenta y cinco minutos que transcurrieron en un silencio extraño. Sam seguramente noto que me sentía cansada pues las pocas preguntas que me hizo las respondí con palabras de una o dos sílabas. Llegamos al conocido edificio donde se encontraba nuestro departamento y Sam fue quien pago pues a estas alturas yo no traía nada de efectivo o, por lo menos, no libras. Bajamos mi equipaje y nos dirigimos al lobby donde saludamos a Bobby.
- ¡Zoé! - Exclamo entusiasmado rodeando el pequeño vestíbulo para darme un abrazo. - Muchos meses sin verte.
- Hola, Bobby. - Le di una palmadita en la espalda un poco incómoda por su muestra de afecto, él jamás había hecho algo así. Me soltó y saludo cortésmente a Sam con un gesto de la mano. Regreso detrás del vestíbulo y saco unas llaves de un cajón.
- Toma Sam, la copia que me pediste. - Sam tomo las llaves y me devolvió las originales, sonreí por primera vez desde que dejamos el aeropuerto feliz porque esto estaba sucediendo. Nos despedimos de Bob y entramos al elevador presionando el botón del décimo piso.
- ¿Te gusta? - Pregunte con una sonrisita que ella no regreso pues su semblante se tornó nervioso.
- N… No. Él no me gusta. - Dijo con tartamudeos torpes.
- No me refería a alguien específico. - Enarque una ceja en su dirección y sus mejillas se ruborizaron.
- Entonces ¿De qué hablabas?
- Del departamento, Londres. - Le lance una mirada acusadora. - ¿De quién hablabas tú? - No necesitaba realmente una respuesta.
- De nadie. - Dirigió su mirada al suelo cuando sólo faltaban dos pisos para llegar y yo solté una risita tonta.
- Oh, claro que te referías a alguien cuyo nombre empieza con “D” y termina con “aniel”. - Llegamos por fin a nuestro pisó y cruzamos el pasillo hasta llegar a la puerta de nuestro departamento. Metí la llave en el cerrojo y cuando por fin quite el sufro y abrí la puerta, me sorprendí por el delicioso olor de comida casera que inundaba el lugar.
- Prepare la cena antes de que llegara tu vuelo, espero te guste. - Me dio un leve apretón en el hombro para después entrar al departamento y dirigirse directamente a la cocina donde se colocó unos guantes y saco algo del horno, algo que reconocí como Roast Beef.
- ¿Tú preparaste eso? - Pregunte estupefacta mientras cerraba la puerta a mis espaldas y dejaba mis maletas a un lado.
- Sip, hay buenos programas de cocina en BBC o CBS. - Se hundió de hombros casualmente mientras yo me recargaba en la mesada de la cocina.
- Te has adaptado muy bien y rápido. - Sonreí con suficiencia, Sam saco dos copas de la alacena y después un vino tinto del refrigerador que sirvió en ambas copas, me dio una y me deleite con el dulce y amargo olor. - ¿Cuándo llegaste? - Sam tomo un sorbo y observo el reloj en la pared.
- Justamente... - Espero unos cuantos segundos para volver a hablar. - Hace una semana.
- ¿Qué te parece el departamento?
- Es maravillo, aparte tiene una vista hermosa. - Eso debía reconocerlo. Teníamos la vista completa de la ciudad y un poco a la distancia se podía observar el Big Ben y más allá el London Eye y los atardeceres eran simplemente maravillosos.
- ¿Te apetece cenar?
- Nada me gustaría más en estos momentos.
- Ohh... - Dijo con un poco de burla en la voz. - Yo sé quién te gustaría más en estos momentos. - Reímos unos cuantos segundos mientras caminábamos a la mesa del comedor que estaba ya puesta para nuestra cena, esta era la segunda vez que usaba ese comedor. La primera había sido en Nochebuena con los chicos.
Tome asiento en uno de los dos lugares dispuestos y Sam coloco un plato lleno de pasta frente a mí. Disfrute su olor tan familiar.
- Como los viejos tiempos. - Murmure y después fije mi vista en el platillo. Era un espagueti en salsa de tomate con champiñones, queso y crema adornando la parte superior junto una hoja de olor que reconocí como albahaca. Antes de poder hundir mi tenedor en el platillo, Sam levanto su copa enfrente de mí.
- Por una nueva vida.
- Corregiré eso. - Dije antes de chocar nuestras copas. - Por un nuevo comienzo. - Nuestras copas tintinearon al tener contacto entre ellas y tomamos un sorbo antes de engullir la pasta, que por cierto estaba deliciosa.
La segunda ronda constó del delicioso Roast Beef acompañado de arroz blanco con granos de elote y una ensalada de lechuga con tomate y zanahorias, la ensalada tenía un aderezo de miel que contrastaba de manera deliciosa con el resto del platillo.
- ¿Cómo van los vídeos? - Pregunto Sam una vez que habíamos comido, devorado la cena. Ahora estábamos sentadas en la sala de estar, ambas estábamos descalzas y teníamos los pies sobre el sofá en el que nos encontrábamos. Comíamos helado de unos pequeños botes que eran individuales, yo de chocolate y Sam de cookies and cream, ella no era realmente aficionada del helado de chocolate.
- Quiero terminarlos antes del lunes. - Me hundí de hombros restándole importancia aunque sabía perfectamente que no era así.
- ¿Te falta mucho?
- No realmente. Ya están editados los de «McFly On The Wall» según el guion que me enviaron Dean y David. Ya está listo el documental de Sudamérica, la mitad del de Norteamérica y solamente me falta el de Tokio.
- Lo terminarás antes, no te falta mucho.
- No contaría con eso. - Hundí mi cuchara en el helado y saque una porción que sobrepasaba el tamaño de la cuchara pero no importo, lo lamí como si fuera una paleta y fue mi turno de preguntar a Sam.
- ¿Y bien? - Enarque una ceja acusadora.
- ¿Qué? - Sam detuvo en seco la cuchara que iba a medio camino de su boca.
- ¿Cuándo tendrás esa cita con Danny? - Enarque en esta ocasión ambas cejas más de una vez mientras se dibujaba en mi rostro una sonrisa picarona.
- Cállate, Zoé. - Dijo al final y me lanzo un cojín al rostro, solo para esconder el rubor de sus mejillas. Le regrese el cojín y deje mí helado en la mesita que estaba enfrente de nosotras. Mi copa de vino se encontraba llena por segunda vez y di un sorbo antes de seguir hablando.
- Oh, vamos. Tuvieron que hablar de algo mientras Dougie y yo no estábamos.
- Hablamos de cosas. - Se hundió de hombros, justo como yo había hecho hace unos minutos.
- ¿De qué hablaron?
- De cosas.
- ¿Qué cosas?
- Más que nada del tour.
- Y...
- De que quiere invitarme a salir. - A estas alturas, Sam tenía el rostro escondido entre sus manos y yo me había levantado sobre el sillón a dar unos brinquitos tontos a su alrededor canturreando agudamente y varias veces "Lo sabía".
- ¡Basta! - Me tomo del tobillo haciendo que tropezará y cayera de espaldas sobre el sofá, mi reacción fue un ataque de risa. - No es un gran asunto. - De alguna forma u otra, logre incorporarme para quedar sentada.
- Oh, claro que es un gran asunto. - Sam torció los ojos. - ¡No me tuerzas los ojos! - Imite el tono de voz que alguna vez mi madre o la suya nos hacían cuando torcíamos los ojos. Ambas nos sonreímos de manera cómplice por unos cuantos segundos. Me acomode nuevamente en el sillón dejando mis piernas cruzadas al estilo indio enfrente de mí. - Pero enserio, Sam. Tú le gustas a Danny. - Ella volteo a verme con la estupefacción pintada en los ojos.
- No puede ser posible, es decir, soy yo. - Se señaló así misma y ahora le puse yo los ojos en blanco.
- Oh, pequeña inocente. - Acaricie su cabello un par de veces y recordé la forma en la que Danny estaba al pendiente de ella todo el tiempo cuando estuvimos en México. - Le gustas. - Dije con toda la seguridad del mundo, aparte de que él me lo había dicho el día siguiente a mi cumpleaños en la playa, cuando Sam y Dougie entraron a la casa a arreglar el balón.
- No te creo. - Murmuro y sonreí burdamente.
- En ese caso, te darás cuenta muy pronto. - Le di unas palmadas en el hombro. Y perdí mi vista en algún punto fuera de la ventana hasta que Sam atrajo nuevamente mi atención.
- Y... ¿Cómo van las cosas con Doug? - Pregunto con la más pura de las curiosidades.
- Supongo que bien. - Dije intentando no sonar muy entusiasmada pero la sonrisa que se dibujó en mi rostro me delato completamente.
- ¿Sólo eso?
- Es complicado.
- ¿Por qué?
- Porque no hemos tenido mucho tiempo a solas como para disfrutar esto del todo. - Tome el dije del collar que él me dio entre una de mis manos. - Estamos a una semana de cumplir dos meses como "pareja oficial" y lo único que se siente diferente es que ahora nos tomamos de las manos o besarnos sin ninguna clase de restricción a excepción de ser descubiertos por los chicos.
- ¿Alguien ya los descubrió?
- Sólo Harry.
- ¿Enserio? - Asentí en respuesta y me sumergí en contarle como Harry nos había descubierto.

FLASHBACK
Era sábado por la noche, muy tarde a decir verdad pues era la una y media de la madrugada, pero eso no importaba. Hoy era seis de julio, hace un mes Dougie me había pedido que fuera su novia y él planeaba celebrarlo de una u otra manera pero esto tenía que ser en un horario donde supiéramos que los chicos estaban dormidos.
Recibí un mensaje en mi celular hace un par de horas que me indicaba que me arreglara para esta noche. Nos encontrábamos en Estados Unidos, específicamente North Carolina donde no había presentaciones de los chicos, era más una parada de descanso de un par de días antes de llegar a Nueva York.
Al no saber que esperar, me vestí con unos jeans pitillo que tenían varias partes rasgadas por todo el largo de ambas piernas y eran negros. Unas botas que me llegaban justo debajo de la rodilla y tenían un tacón medio-alto. Un tank-top mitad blanco y mitad negro teniendo en la división una franja de encaje negro, encima una simple chaqueta de cuero negro. Mis ojos iban con delineador en ambos párpados, sombra negra y máscara del mismo color. Deje mi cabello suelto y me sobresalte cuando mi celular vibro en mi bolsillo, era una llamada de él pero el corto antes de que pudiera contestar. Me quede un tanto extrañada por eso pero no pude enfocarme mucho en aquello, tenía que cepillarme los dientes. Al terminar, guarde en el bolsillo de mi pantalón algo de dinero y mi celular. Revise la cajetilla de cigarros que tenía sobre la cama y note que sólo había uno así que no valía la pena por lo que deje la cajetilla en el mismo lugar. Unos cuantos minutos después unos nudillos chocaron contra mi puerta. Me di un último vistazo en el espejo antes de abrir y me sorprendí al encontrar a Dougie recargado en la pared.
- ¿Qué fue eso? - Pregunte con una pequeña sonrisita refiriéndome a lo de la llamada.
- Te iba a llamar desde el lobby para decirte que te estaba esperando pero, no sé... - Se hundió de hombros casualmente. - Siento que no puedo hacer eso contigo así que lo hago al modo antiguo.
- Al estilo de la vieja escuela ¿huh? - Le sonreí tiernamente para después cerrar mi habitación y guardar la llave.
- Si, definitivamente lo vales. - Envolvió mis hombros con su brazo derecho y beso mi sien izquierda, yo entrelace mi mano derecha con la suya y caminamos así por todo el tramo hasta la salida.
- ¿A dónde me llevarás? - Pregunte cuando estábamos ya en la calle.
- Ya verás. - Me dijo con una sonrisa que no pude descifrar. Caminamos una cuadra nos detuvimos repentinamente. - Aquí es. - Observe la puerta que señalo Doug, era un pequeño club nocturno pero diferente al resto por el simple hecho de que no había música electrónica resonando a través del sistema de audio, era Bon Jovi quien sonaba con "Lost Highway".
- Lindo. - Dije con un asentimiento y una media sonrisa.
- ¿Entramos? - Volteo a verme y yo hice lo mismo.
- Estaba a punto de preguntar lo mismo. - Al pasar por la puerta, tuvimos que pagar por nuestras entradas que constaron de dos brazaletes de un color naranja chillón con el nombre "Saved Music" en él.
Caminamos alrededor buscando una mesa donde sentarnos mientras yo cantaba acorde la canción.
- Hey hey! I finally found my way, say goodbye to yesterday. - Dougie de unió a mí y canturreamos el coro juntos hasta que por fin encontramos una mesa disponible. Una señorita se acercó a nuestra mesa y nos preguntó por nuestra orden. Yo no me encontraba con ganas de tomar ni comer en esos momentos así que sólo negué con mi cabeza mientras Dougie pedía una cerveza. Me perdí viendo la pequeña pista de baile descubriendo un escenario al final donde había una banda tocando la canción que hace unos segundos estaba cantando, creí que era una pista y no una banda quien tocaba.
- Buena elección, Poynter. - Le dije un halago justo en el momento en que comenzaban a tocar "Boulevard of Broken Dreams" de Green Day.
- Todo para complacerla. - Beso mi mejilla y enrosco un brazo en mi cintura atrayéndome más hacia él y susurrar en mi oído. - Sabía que te gustaría. - Le sonreí ampliamente para después acariciar su cabello levemente y gesticular un "gracias". La señorita le trajo su cerveza y note la coqueta forma en que movía sus pestañas en dirección a mi novio quien la ignoro completamente pues perdió su vista en el escenario. La señorita se marchó un tanto frustrada pero no sin antes lanzarme un último vistazo.
- ¿Cómo encontraste este lugar? - Pregunte muy cerca de su oído para que me pudiera escuchar. Él se volteó y le dio un sorbo a su cerveza, después se acercó mucho a mí y quedamos a sólo milímetros pero esto era sólo para que pudiera escuchar su explicación.
- Esta mañana salí a comprar un café en el Starbucks que está a la vuelta y me dio curiosidad el nombre, entre y pregunte acerca del lugar, entonces supe que te gustaría. - Movió una de sus manos a mi mejilla, donde se había quedado un mechón rebelde de cabello, y lo acomodo detrás de mí oreja. Su mirada se fijó en mis ojos y, eventualmente, sus labios acariciaron los míos quedándonos así por unos minutos hasta que una familiar melodía sonó seguido de un "I get up... And nothin' gets me down!". Sonreí contra sus labios para después separarme de él.
- ¡Amo esa canción! - Dije con la emoción a flor de piel. - ¡Bailemos! - Tome su mano y lo lleve a la pista de baile donde se había juntado aún más gente de la que había en un principio. Todos ahí, o la mayoría, éramos almas de los ochenta encerradas en cuerpos del nuevo milenio. Estaba cantando mientras Dougie y yo bailábamos sin ritmo aparente.
- I ain't the worst that you've seen. - Murmuro Dougie a pocos centímetros de mi rostro con una sonrisa pícara que me hizo soltar una risotada boba. - Ah, can't you see what I mean? - En la siguiente parte, que era el coro, todos brincábamos como David Lee Roth cuando decían "Jump", o eso intentábamos pues el espacio era reducido y aparte éramos un océano de gente disfrutando de la misma canción, canción que marco más de una generación.
La noche se resumió a eso: buena música, uno que otro baile, mucha plática y un par de besos hasta que nos dieron las cuatro y cuarto decidiendo que era momento de regresar al hotel.
Cuando llegamos al pasillo donde se encontraba nuestras habitaciones nos sorprendimos al encontrar a Harry recargado casualmente contra la puerta de la habitación de Doug. Él y yo nos soltamos inmediatamente de las manos pero la mirada que nos lanzamos entre nosotros y que Harry nos lanzó también nos dijo que era demasiado tarde, ya lo había descubierto.
- Buenas noches, tortolitos o ¿Debería decir "buenos días"? - Como si hubiera estado ensayado, Dougie y yo bajamos la mirada al suelo al mismo tiempo. - ¿Cuándo planeaba decirnos?
- ¿Eres el único que sabe? - Pregunte consternada.
Por favor, que no les haya dicho.
- Si, hasta ahora. - Harry enarco una ceja juguetona, cambio de posición cruzando sus brazos sobre el pecho y enfrentándonos.
- ¿Qué es lo que quieres? - Pregunto sabiendo que guardaría silencio si le dábamos algo a cambio.
- Detalles, eso es todo lo que busco. - Dougie volteo a verme y yo sólo me hundí de hombros.
- Ya lo sabe ¿Por qué no contarle como paso? - Ambos chicos asintieron, Harry con un semblante alegre y Doug con uno apenado. - Pero debes prometer no decirle a nadie a menos que ellos se enteren por su cuenta ¿Entendido? - Señale a Harry con el dedo índice de manera amenazante y el sólo profirió un bajo "si" seguido una serie de asentimientos rápidos y nerviosos. - Bien.
END OF FLASHBACK

- Que forma más boba de darse cuenta, creí que había sido toda una historia. - Dijo Sam cuando le termine de contara
- ¿No te pareció una?
- La parte del club y eso es linda, fue todo un detalle de su parte. - Sonreí ante el simple recuerdo.
- Si, lo fue.
- Oh, Zoé. - Dijo con cierta tristeza en su voz. - Se ven tan enamorados el uno del otro. - Le agradecí con un leve asentimiento.
- ¿Qué es lo que te asusta, Sam? - Pregunte y note que la atrape con la guardia baja.
- ¿De qué hablas?
- De que tú le gustas a Danny ¿Qué es a lo que le temes?
- No sé. - Su mirada se clavó en el suelo y nos quedamos en silencio unos cuantos minutos.
- Ya se lo que necesitamos, Sam. - Chasque mis dedos en el aire después de que aquella idea se plantará en mi cabeza.
- ¿Qué? - Sus ojos denotaban temor y curiosidad.
- Si vamos a tener un nuevo comienzo ¿Por qué no tener una nueva apariencia?
- ¿Cirugía plástica? - Le lance un cojín y reí ante su respuesta.
- ¡No! - Me puse de pie de un sólo brinco poniéndome las zapatillas deportivas sin preocuparme en amarrar los cordones. - Anda, vamos.
- ¿A dónde?
- Sólo vamos, anda.
- ¿No estas cansada?
- No después de esta plática ¡vamos! - Insistí al ver que no se movía del asiento.
- Tengo miedo.
- Entenderás una vez que estemos ahí. - Coloque ambas manos en mis caderas y le lance una mirada impaciente, ella solamente asintió una vez y levanto sus manos en señal de rendición o paz. En lo que ella se colocaba los zapatos, yo busque las llaves de mi auto en el cajón de mi oficina donde las había guardado. De mí bolso tome sólo lo indispensable: cartera, celular y llaves.
- ¿Lista?
- No sé para qué, pero supongo que sí. - Reí y salimos del departamento.
Cuando llegamos al estacionamiento y busque mi auto. Una vez que lo encontramos, nos montamos en el e introduje la llave en el contacto pero cuando la gire para encenderlo no hizo nada, ni un sólo sonido.
- Maldición. - Golpee el volante con el talón de mi mano y deje caer mi peso sobre el asiento. - Tendremos que pedir un taxi.
Regresamos al lobby.
- Bobby, tengo un problema con mi auto.
- ¿Qué le sucede?
- No enciende, ni siquiera hace un ruido. Sospecho que es la batería pero no estoy segura ¿Podrías enviarlo al taller mañana?
- Por supuesto.
- Gracias. - Le dedique una sonrisa y le entregue las llaves. Después salimos del edificio y pedimos un taxi. - A St. James Beauty Salon en la esquina de Strutton Ground y Great Peter St. Por favor. - Le indique al conductor quien asintió con una amable sonrisa.
- ¿A dónde iremos? - Pregunto Sam al no haber oído la dirección que le di al conductor.
- Ya verás.
- Ugh, se te pegan las mañas de Poynter. - Ella torció los ojos mientras yo reía por lo bajo.
Después de unos diez minutos, llegamos al pequeño salón. Le pague al señor del taxi y le agradecí.
- ¿Un salón de belleza? - Asentí. - ¿Cómo lo conoces?
- Vicky me lo recomendó una vez hace un par de veces. - La mirada que me lanzo denotaba intriga en ella. - Si, Vicky la hermana de Danny.
- Oh. - Movió su cabeza incómodamente. - Y ¿Qué hacemos aquí?
- Bueno... - Me encogí de hombros. - Cambiaremos nuestra apariencia o, al menos, yo lo haré. Vamos. - La tome de la muñeca y la arrastre al interior del lugar pero a sólo unos pasos de tocar la puerta, ella me detuvo.
- Espera ¿Cortaras tu cabello? - Asentí. - Lo has dejado crecer por años y siempre lo quisiste así de largo.
- Es sólo cabello, volverá a crecer.
- Pero...
- Sam, algo que he aprendido es a no aferrarme a las cosas, con el tiempo se irán o romperán así que ¿Que importa si le quito unos cuantos centímetros? - Sam soltó mi brazo y note una mirada de lástima dirigida hacia mí. - Bien podría raparme un lado de la cabeza. - Su semblante cambio a uno atemorizado y negó varias veces con la cabeza.
- Ugh, no. - Reí por la cara que había puesto. - Está bien, yo también lo haré.
- ¿Raparte un lado de la cabeza?
- Oh, no. Cambiare mi apariencia. - Con esa simple afirmación, ambas entramos al lugar y fuimos recibidas por un hombre de apariencia y actitud afeminada.
- Buenas tardes, queridas. - Nos saludó de esta forma que nos causó un tanto de risa. - ¿En qué puedo ayudarlas hoy?
- Bueno… buscamos cambiar nuestra apariencia.
- Oh, pasen por favor. Nos encargaremos de eso de inmediato. - Nos guiño un ojo a ambas para que después él me tomara de la muñeca y una señorita hizo lo mismo con Sam quien tenía el semblante lleno de preocupación así que solo le gesticule “ellos saben lo que hacen” sin estar muy segura de mis propias palabras.

(* * *)

Por fin había llegado el sábado. Apenas eran las diez y media de la mañana y a medio día teníamos que estar en casa de Tom. Salí de mi habitación usando solo mi pijama, me dirigí a la cocina y me puse a preparar un café para mí y un té para Sam quien también salía de su habitación.
- Buenos días. - Saludo en medio de un bostezo.
- Hola. - Le tendí la taza con el té que había preparado agradeciéndome con un asentimiento leve.
- Todavía no me acostumbro a esto. - Sam señalo su cabello.
- Se ve bien. - Sam se habida cortado el cabello a la altura de los hombros, su flequillo estaba más largo así que decidió dejar su frente despejada. Se lo tiño de color rubio con algunas luces castaño claro, se veía maravilloso.
Di un sorbo de mi café y observe mi nuevo reflejo en el gran ventanal. Mi cabello estaba cortado casi a la altura de mis hombros, la diferencia del de Sam era que el mío estaba como tres dedos debajo de mis hombros y ahora tenía varias capas que hacían que las ondas naturales que tenía lo alborotaran más, algo que me había fascinado. Estaba teñido completamente de negro y el flequillo seguía igual. Mi cabello, ahora negro, hacia un contraste un tanto gótico con la tez de mi piel que era pálida, un poco de labial rojo y podría hacerme pasar como una chica gótica o incluso una vampiresa.
- ¿Terminaste ya los videos? - Pregunto repentinamente Sam.
- Sip, ayer por la noche los termine todos. Oh, y por cierto… - Dije con un tono de voz acusador. - Gracias por lo que hiciste con mi armario.
- Que bueno que te gusto.
- ¿Por qué tanta ropa “formal”? - Marque las comillas con mi mano libre.
- Bueno, según lo que me dijiste de que tenías una reunión con Charles se me ocurrió que no te haría daño verte un poco más formal ese día.
- No lo había pensado así, gracias - Esta vez lo dije con toda la sinceridad posible.
Para desayunar algo sencillo, corte unas cuantas manzanas y mangos para servirlos después en un par de platos. Tome del refrigerador un poco de ensalada de frutas que había sobrado el día de ayer y la serví en raciones iguales con un poco de yogurt. Le tendí su plato a Sam y yo comencé a comer mi ración.
- El lunes comenzare a buscar trabajo. - Dijo Sam entre bocado y bocado.
- ¿Cómo psicóloga?
- No creo que esa sea realmente mi profesión. - Se hundió de hombros y perdió su vista en algún punto fuera de la ventana. - Tal vez en un restaurante o cafetería.
- Eres buena cocinando. - Agregue. - Ya que lo mencionas, hay una pequeña cafetería de estilo vintage a unas cuantas calles del edificio donde yo trabajo, tal vez puedan contratarte ahí.
- Daré un vistazo el lunes. Gracias. - Terminamos de digerir nuestro desayuno y ambas concordamos con que era de hora de arreglarnos para ir a casa de Tom. Cada una fue a su habitación y al cabo de media hora yo ya estaba lista. El clima se veía agradable y con atisbos de que no haría tanto frio así que opte por usar unos shorts de mezclilla deshilachado encima de unas medias negras. En la parte superior me puse una blusa o túnica holgada blanca de algodón con manga a tres cuartos y escote en forma de “v” con tres botones justo terminando el escote. Use unas botas de estilo combate militar negras y una bufanda que enrosque en forma de círculo alrededor de mi cuello. Mis accesorios constaron de un anillo de ónix negro en la mano derecha, dedo medio y un reloj junto con dos brazaletes negros en el brazo izquierdo. Mi maquillaje fue el usual: Delineador, sombra y mascará de color negro. Cabello suelto y por último, aquel collar que me había regalado él. Opte por no llevar un bolso así que solo cogí mi cartera, cigarrillos y celular del bolso guardándolos en uno de los bolsillos de mis shorts. Tome mis lentes Ray-Ban de la mesita de noche colocándomelos mientras salía de la habitación hacia la sala a esperar a Sam quien todavía no salía de su habitación.
Me tire en el sofá revisando unas cuantas cosas en mi celular hasta que Sam salió de su habitación directamente a la cocina. Se vistió con un sencillo vestido blanco a la rodilla con un cárdigan color coñac cobre sus hombros, sus flats eran del mismo tono y el único accesorio que uso era un delicado cinturón que rodeaba su cintura uno o dos tonos más claro que el cárdigan. Casi no uso maquillaje a excepción de la mascará y un poco de brillo labial transparente, su cabello estaba arreglado cuidadosamente en ondas californianas. Envidiaba la forma en la que ella podía vestirse de cualquier forma y verse como la chica más femenina del mundo.
- ¿Ya nos vamos? - Pregunto ella una vez que saco del refrigerador el postre que había preparado la noche anterior para llevarlo a la casa de Tom, era un pie de limón helado, una de sus muchas especialidades. Observe el reloj de mi muñeca indicando que faltaban unos cuantos minutos para medio día. Me puse de pie y asentí en su dirección y después hacia la puerta colocándome nuevamente los lentes. Salí del departamento seguida de Sam quien se encargó de cerrar la puerta con seguro.
Cuando llegamos a la salida del edificio, tuvimos la suerte de encontrar un taxi casi de inmediato, le dimos solamente la dirección de la calle donde vivía Tom y nos dejó una cuadra más allá de la casa. Caminamos platicando de los planes que teníamos para mañana pero omití un gran e importante detalle de algo que tenía que hacer hoy.
Al cabo de menos de cinco minutos ya nos encontrábamos en el pórtico de la casa de Tom tocando el timbre.

Dougie’s POV

Nos encontrábamos ya casi todos sentados en la sala de estar de Tom, se habían unido a nosotros Vicky, el hermano de Giovanna: Mario y su novia Lucy, solamente faltaban Zoé y Sam pero no dudaba que llegaran en unos cuantos minutos. Ayude a Giovanna en la cocina lavando algunos platos y sacando unos cuantos vasos para servir el clericot que había preparado.
- ¿Qué está pasando, Dougie? - Me lanzo una mirada intrigada justo en el momento en que puse el último vaso sobre la mesada.
- No sé de qué hablas. - Respondí fingiendo inocencia.
- Has estado mucho más sonriente desde que regresaron del tour. - Se quedó en silencio al igual que yo. - Me pregunto si… tendrá algo que ver con Zoé. - No pude esconder la sonrisa que se formaba en mi labios por la sola mención de su nombre, eso me delato.
- No es mi asunto contar lo que pase o no entre ella y yo. - Fue lo único que dije y justo antes de que Giovanna pudiera decir algo, sonó el timbre indicando que alguien había llegado. - Yo iré. - Me ofrecí al tener cierta idea de quien podría ser. Cuando pase por la sala de estar note la intención de Tom de ponerse de pie pero lo detuve. - Yo abro. - Él asintió un tanto extrañado pero no tuvo algún problema. Camine hacia la puerta y sin asomarme a la mirilla la abrí sorprendiéndome con lo que encontré.
Eran Sam y Zoé pero con el cabello diferente.
Diferente en un buen sentido.
Ambas se veían radiantes.
Ella se veía…
- Wow. - Exclame al no saber que más decir. - Se ven muy bien. - Sam me dedico una leve sonrisa y asentimiento en forma de agradecimiento, ella me quito el aliento con la brillante sonrisa que se formó en sus labios. - Uh, pasen. - Sam entro antes que Zoé quien me saludo con un dulce beso en los labios, algo que me sorprendió a mí y a quien asomo su cabeza desde la sala de estar para averiguar la identidad de nuestros visitantes, ese alguien era Tom. Zoé solo sonrío y escondió su rostro en mi pecho. Cerré la puerta a mis espaldas y rodee la cintura de Zoé con un brazo, Tom solo nos veía anonadados y por fin ella decidió enderezarse y enfrentar a Tom.
- Uhm… Oficialmente, Doug y yo estamos saliendo. - Dio con las mejillas completamente ruborizadas, rubor que se intensifico cuando todos los que estaban en la sala salieron y nos vieron con los semblantes más extraños pero sonrientes de este planeta.
- ¡Por fin! - Grito Danny levantando un puño en señal de victoria haciendo que todos soltáramos unas risas. Giovanna, Izzy y Carrie se acercaron a Zoé para felicitarla y saludarla con un abrazo mientras Danny y Tom venían a mí con unas sonrisas amplias y brillantes mientras Vicky, Mario y Lucy se quedaron un tanto auxiliados al no saber por qué tanto festejo por nuestra relación.
- Oh, vamos. - Comenzó a hablar Zoé. - No es como si anunciáramos que vamos a casarnos.
- No por ahora. - Respondí con una mueca juguetona que ella contestó con un leve golpe en el hombro y el resto solo rio de manera incomoda.
- ¿Quién es ella? - Pregunto Giovanna señalando a Sam.
- Oh, ella es Sam… - Ella se acercó a nosotros con una sonrisita nerviosa. - Sam, te presento a Giovanna, Izzy, Carrie y Vicky. Chicas, ella es mi mejor amiga Sam. - Se estrecharon las manos y Sam le entrego a Giovanna lo que tenía en las manos.
- Es un pie de limón, espero les agrade.
- Lo guardare en el refrigerador pero no puedo esperar por probarlo. - Giovanna le lanzo un guiño y después se dirigió nuevamente a la cocina.
- Ustedes no pierden el tiempo. - El tono de voz de Tom era bromista.
- Oh, no. Por supuesto que no. - Acordó Harry con un poco de ironía ganándose una mirada asesina de Zoé.
- ¿Desde cuándo están saliendo ustedes dos? - Pregunto Danny al no captar mucho a que se refería Harry con ese tono.
- Uhm… Desde México. - La respuesta de Zoé sonó mas como pregunta y todos a nuestro alrededor, o aquellos que entendían todo el drama detrás de nuestra relación, abrieron los ojos como platos y sonrieron.
- Definitivamente, mandaste al demonio el asunto de las fotos. - Dijo Tom con orgullo, Zoé se hundió de hombros para después responder.
- ¿Qué puedo decir? Alguien me aconsejo que hiciera eso. - Después de eso, varios regresaron a la sala a excepción de Mario y Lucy.
- Mario, Lucy, quisiera presentarles a mi novia. - Estaba orgulloso de poder presentarla finalmente así, sin reservas y sin la necesidad de esconderlo, no más.
- Es todo un placer, mi nombre es Mario Falcone y ella es Lucy Mecklenburgh. - Ambos estiraron sus manos hacia Zoé y ella las apretujo con un semblante extrañado por el apellido de Lucy.
- Solo Lucy. - Dijo ella cuando estrecharon manos.
- Zoé Miller, el placer es mío.
- Son el hermano y la cuñada de Giovanna. - Le explique cuando fuimos caminando hacia la sala de estar, ella solo asintió. - ¿Cómo te sientes?
- A decir verdad, bien. Como si hubiera un peso menos sobre mis hombros. - Entendí de inmediato a que se refería pues yo me sentía de la misma manera. Bese su sien justo cuando ella entrelazo su mano con la mía.
Cuando entramos a la sala de estar tomamos asiento en el único sofá disponible pero era individual.
- Tendrás que sentarte en mis piernas. - Le susurre al oído haciendo que ella me diera una palmadita en el pecho.
- Tendrás que sentarte en el suelo. - Le hice un puchero bastante notable y pude sentir más de una mirada observar nuestra pequeña conversación.
- Está bien, está bien. - Respondió después de unos cuantos segundos poniendo sus ojos en blanco. Le sonreí para después besar su mejilla y tomar asiento en el sillón pero me acomode de forma que lo único que estuviera sobre mi fueran las piernas de Zoé sobre las mías. Cuando ella se acomodó, rodea si cintura con mi brazo derecho y su mano se entrelazo con la mía.
Giovanna entro a la sala con una jarra llena de clericot y Sam venía detrás de ella con una bandeja llena de vasos. Entre ellas dos llenaron y distribuyeron los vasos entre nosotros.
- Está delicioso. - Dijo alguien en algún punto de la habitación y todos asentimos dándole la razón a ese alguien.

Zoé’s POV

­Pasaron unas cuantas horas, podía decir con seguridad que mínimo habían sido cuatro. Habíamos platicado de algunas que cosas que pasaron en el tour y una que otra broma que los chicos se gastaron entre ellos y que yo le gaste a Tom en alguna ocasión. Comimos el pie que Sam había preparado y todos la elogiaron por el delicioso sabor que tenía. Observe el reloj en mi muñeca, todavía estaba acomodada en el mismo sofá que Dougie solo que habíamos cambiado de posición.
- Dougie. - Susurre para poder llamar su atención que logre de inmediato.
- ¿Qué pasa?
- Tengo que ir al aeropuerto. - Él asintió entendiendo por qué tenía que ir a aquel lugar.
- ¿Por qué tienes que ir al aeropuerto? - Pregunto Daniel, parece que no susurre lo suficientemente bajo. - ¿Irás a algún lado?
- Nope.
- ¿Entonces?
- Recogeré a alguien.
- ¿A quién? - Esta vez fue Sam quien pregunto. Inhale profundamente notando el nudo que se había formado en mi garganta. Doug apretó mi muñeca dándome el aliento y apoyo que tanto necesitaba.
- A mi hermano.










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Chaaaaaaaaaaaaaaaaan. ¿Qué pasará ahora? x) Descúbranlo en la próxima emisión (?) Okay, no. 
Uhmmm... Espero les haya gustado a las pocas que sigan leyendo y enserio les agradezco que lo sigan haciendo y a aquellas que dejan comentarios hermosos ¡Gracias! Intentare subir mas seguido, últimamente ando inspirada así que eso es una buena señal y, a parte, en una semana salgo de vacaciones lo que significa mas tiempo para escribir.
Nuevamente ¡Gracias por leer!
Atte: Zoé <3

2 comentarios:

  1. Me encanta!!! Que monos Doug y Zoe *.*
    ¿Oye que hermano va a recoger Zoe al aeropuerto? Creia que estaba muerto :S

    Sube pronto <3

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  2. ¿HERMANO? O_________________________O
    Yo también pensaba que estaba muerto... Da igual, ya leeremos *no tardes en subir* :)

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