lunes, 17 de octubre de 2011

1. Room on the third floor.


No supe a que hora llegue a Inglaterra pues me quede dormida en el vuelo y cuando aterrizamos vi el cielo completamente gris, le pregunte la hora a una aeromoza y me dijo que eran las cinco y media, no me sorprendí tanto pues, según yo, eran seis horas de diferencia entre México e Inglaterra. Tome mi equipaje y baje del avión. Cuando entre al aeropuerto vi a una señorita rubia con una brillante sonrisa que estaba tomada de la mano con un señor alto e igualmente rubio, ambos estaban platicando, seguramente eran novios. En la mano libre ella sostenía un letrero que decía "Zoé Miller, welcome!" y una carita sonriente dibujada en el. Me acerque a ella con mucha vergüenza. Ella se volteo a verme, seguramente era la famosa Rachel, se me quedo viendo un corto lapso y me pregunto en ingles:
-  ¿Tu eres Zoé?
- Si, hola, tu debes ser la hermana de mi papa, Ryan - Dije penosamente mientras ella soltaba una risita de nervios
-  Si, mi nombre es Rachel Miller, tienes la mirada que tenía tu padre, pequeña. - Dijo a lo que yo entendí que se refería solamente a la expresión pero no al color pues el tenia los ojos de un verde brillante como el de las esmeraldas. Ella estiro su mano para que yo la tomara, inmediatamente el hombre que la acompaño hizo lo mismo.
- Mucho gusto Zoé, mi nombre es Michael Sanders pero puedes llamarme Mike, soy el novio de Rach. - Dijo cortésmente el caballero que acompañaba a mi tía. No le calculaba más de treinta años a ninguno de los dos, ambos eran guapos y muy educados. Tenían el acento británico más marcado que el que teníamos en mi familia.
- Vamos, te voy a mostrar tu nuevo hogar. - Tenía un brillo especial en sus ojos. Paso su brazo sobre mi hombro y me acerco a ella mientras Mike tomaba mis cosas para llevarlas.
- Gracias Mike.
- De nada, pequeña. - No era la primera vez que alguien me llamaba así pues mi tamaño era considerablemente bajo para mi edad.
- Parece que tienes un buen manejo del inglés. - Dice Rachel después de unos minutos de completo silencio.
- Es mi segunda lengua, mi padre me enseño hablarlo.
- Por eso tienes el acento. - Concluyó Mike a lo que le respondí asintiendo un par de veces.
- Los extrañas mucho ¿Verdad? - Dijo tristemente apretando mi hombro en forma de consuelo.
-  Si, me cuesta hacerme a la idea de que no están, pero prefiero recordarlos alegremente que estar lamentándome.
- Me alegra escuchar eso, yo también extraño a mi hermano, a veces hablamos horas y horas por el teléfono, me contaba acerca de todo.
- Oh, entonces tú eres la culpable de que no pudiera hablar con mis amigas ¿eh?
- Parece que si, mis disculpas. - Mike soltó una carcajada y nosotras nos unimos a él. Para llevar diez minutos de conocernos, nos llevamos muy bien.
Salimos del aeropuerto y llegamos a su auto, era un Mustang de un elegante color plateado. Yo me senté en la parte de atrás mientras Mike y Rachel iban enfrente, Ella me empezó a preguntar muchas cosas acerca de mí como cual era mi comida favorita, o mi artista favorito y así.
Pasaron como veinte minutos cuando el coche se detuvo, parece que habíamos llegado.
- Bien, ya llegamos, bienvenida a casa. - Se bajo del coche y me abrió la puerta, lo primero que vi fue una casa muy pequeña y muy linda, parecía de esas que salían en las revistas de diseño, era muy, muy linda.  Ella me guio por toda la casa, habitación por habitación hasta que me llevo por las escaleras hasta el segundo piso, se detuvo, levanto su mano hacia el techo y tomo una especie de manija, la jalo con fuerza y unas escaleras bajaron del techo para guiarnos al tercer piso o mas bien a la azotea pero parecía mas un tercer piso.
- Espero no te moleste, no teníamos otro cuarto así que remodelamos el ático y lo hicimos una habitación, ojala te guste. - Dijo con un tono de preocupación autentico en la voz. Le dirigí una sonrisa y subí las pequeñas escaleras. Lo que vi fue un lugar completamente blanco y muy espacioso. Justo enfrente habían tres ventanas enormes: una en medio y las otras a los lados formando una clase de hexágono incompleto, enfrente de ellas había una banca con algunos cojines y tenía unas hermosas cortinas al lado de ellas. Justo en medio de la habitación, recargada en la pared estaba una gran cama con un lindo y colorido juego de cama, enfrente, en la pared estaba una pequeña pantalla. Justo al fondo de la pared estaba un closet enorme y un gran espejo. También vi un escritorio con una computadora personal  completamente nueva y una impresora al lado. El piso era de madera pero tenía unas pequeñas alfombras que hacían un juego perfecto con la cama. Era hermosa, mas de lo que nunca me hubiera esperado. Creía que todo era un sueño. Me gire hacia Rachel que estaba atrás de mí y la abrace. Ella me devolvió el abrazo y me susurro al oído: "Bienvenida a casa Zoé" a lo cual yo le respondí: "Gracias".

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