5. Unforgettable.

Dougie’s POV.

Me quede observándola mientras tocaba aquella hermosa canción que yo jamás había oído, cuando termino una lagrima se desbordo por su mejilla, ella inmediatamente la limpio y se volteo para verme.

- ¿Qué te parece? - Pregunto con aquel frágil tono de voz.

- Es una hermosa canción ¿Tu la compusiste?

- No, mi padre y mi hermano la hicieron para mi en uno de mis cumpleaños, después mi hermano me enseño a tocarla.

- ¿Tiene nombre?

- A decir verdad, no lo se, nunca me lo dijeron.

- Por cierto… - Justo cuando le iba a preguntar su nombre Tom entro junto con Giovanna a la habitación.

- Que gusto, ya despertaste, ¿Estas bien?

- Si, me encuentro mucho mejor, gracias.

- Me alegra eso, ¿Quieres que llamemos a alguien? - Pregunto Gio tomando asiento a su lado.

- Ya es tarde, si no es mucha molestia, ¿Podría ser a un taxi?

- No, en todo caso déjame llevarte. - Dije yo antes de que Tom terminara de marcar el número en su celular.

- No, no, no te preocupes.

- Pero…

- No quiero ocasionarles más molestias, no me gusta sentirme como una carga. - En ese momento ella puso su mano sobre mi brazo y me vio directo a los ojos, no pude resistirme así que asentí sin muchas ganas.

Tom saco su celular y pidió un taxi, a los pocos minutos llego. La acompañe a la puerta y antes de subir al taxi me dijo:

- Muchas gracias por todo.

- No hay de que, ¿Segura que no quieres que te lleve?

- No, así esta bien, nos vemos… - Por lo bajo la escuche susurrar “eso espero” y me hizo sonreír.

- Claro, Hasta luego. - Por alguna razón ella también sonrió con esa respuesta y su mirada cambio, subió al taxi y le cerré la puerta, mientras este iba avanzando me despedí haciendo un gesto con la mano y ella me lo regreso con una dulce sonrisa.

Entre a la casa, fui al living y me senté a tocar la guitarra. Tom y Gio seguían ahí solo que ahora estaban sentados en el sillón que estaba frente a mí tomándose de la mano.

- ¡Vaya! Que sonrisa traes Doug, por cierto, ¿cual era su nombre? - Dijo Tom sacándome de mis pensamientos.

- ¿De quien?

- Uhmm… De la chica. - ¡Que estúpido! Olvide preguntárselo. Tom se dio cuenta y soltó una carcajada, le lance un cojín para que se callara. Salí al jardín a fumar un cigarrillo. Ahora, aquella chica con la que había chocado hace unas horas, me parecía irreal, desde aquella mirada llena de dolor y fuerza, hasta la forma en que tocaba la guitarra y la facilidad con la que podía hablar con ella; por ahora me era irreal pero inolvidable, estoy seguro de que la volveré a ver, no importa como, pero así será.

Esta idea provoco que una sonrisa se dibujara en mi rostro llena de ansiedad y emoción por aquella expectativa que se podría volver realidad.

Zoe’s POV

El viaje a casa fue corto, la verdad es que ni siquiera me fije en el camino, todos mis pensamiento se centraban en aquel par de ojos turquesa que me hipnotizaron. No sabia si seguía dormida, pero si era así, yo no quería despertar.

Me baje del taxi y le pague al señor con un poco de dinero que Tom me dio, realmente estaba agradecida por todo lo que hicieron por mi. Camine hacia la casa y abrí con mis llaves, eso fue lo único que no me robaron. Entre, al oírme Rachel salió corriendo del living y me abrazo dulcemente, unas lagrimas se derramaron por sus mejillas. Mike también se acercó a mi y fue el primero en hablar, estaban muy asustados.

- ¡¿Qué te ha pasado en la cara Zoé?!

- Me asaltaron a una calle del parque. - Rachel me dejo de abrazar y me tomo de los hombros, me examino y después, desesperada, me pregunto:

- Quiero la verdad Zoé, ¿Que paso?

- Es difícil de contar.

- No importa dímelo. - Les conté todo lo que me había pasado hace poco, no tarde mucho, pero eso fue suficiente para que ambos se quedaran sorprendidos.

- ¿Y por qué nos lo cuentas tan calmada?

- Porque no cambiaría nada si se los cuento de otra forma, a parte estoy bien. - Ambos se quedaron callados, yo me retire con la excusa de que quería tomar una ducha.

Subí a mi baño y prepare la ducha, cuando me desvestí vi que tenía unos cuatro moretones; dos en mi cara que eran pequeños, uno en el costado de mi cuerpo y otro en la espalda.

Salí de la ducha y me envolví con una toalla mientras secaba mi cabello con otra, no podía dejar de pensar en Doug, en sus brillantes ojos que jamás había visto tan cerca, o en aquel colorido tatuaje que recorría la mayoría de su brazo, simplemente no podía sacarlo de mi cabeza pero también el hecho de que probablemente no lo vería de nuevo me hacia sentir deprimida, aunque seguramente eso era lo mejor ya que él era famoso y su vida era muy agitada y yo solo era una chica cualquiera.

Decidí dejar de pensar en esto y me vestí, fui a mi habitación y me recosté unos segundos los cuales fueron suficientes para que yo cayera dormida.