Maratón PT. 5
Zoé's POV
El cuerpo humano es completamente
maravilloso ¿Por qué? Por varias cosas como la forma en que cicatriza una
herida o como, justo ahora, el mío no se quería ni mover por el simple hecho de
saber qué fecha era.
El propósito de haber visitado
ayer el punto de origen era para poder dejar ir el pasado, poder superar la
perdida de mi familia y continuar con el curso de mi vida pero ahora eso era un
tanto difícil de olvidar pues era como si un enorme peso cayera directamente
sobre mis hombros evitando que me levantara de mi mullida y cómoda cama.
- Buenos días, cumpleañera.
- Cállate, Samantha. - Le lance una almohada al rostro que la tumbo
de mi cama pues estaba brincando sobre ella, tal como Leonardo lo había hecho
el año pasado. Soltó unas risas y se puso de pie, después se encamino hacia su
baño pero la detuve antes de que cerrara la puerta. - Por favor, no le digas a los chicos. - Sus ojos se abrieron como
platos y su semblante cambio por uno que fue indescifrable aunque al cabo de
unos segundos regreso a ser el mismo de siempre.
- ¿Por qué?
- No quiero que sepan.
- Voy a ducharme. - Dijo para después encerrarse en su baño. Me
estire por unos cuantos segundos y decidí incorpórame. Me acerque al ventanal y
deje que los rayos del sol calentaran un poco la piel desnuda de mis brazos.
Podía decir que eran pasadas las diez de la mañana por la posición en la que se
encontraba en Sol. La vista que teníamos desde aquí era increíble pues era
directo al mar. Tendí ambas camas para después sacar una muda de ropa de mi
maleta. Entre a mi baño y tome una ducha demasiado rápida esta ocasión. Me puse
unos shorts básicos de mezclilla con un top tank blanco que tenía un estampado
casi en su totalidad negro de las ramas de un árbol seco pero habían unas
cuantas hojas de color verde fosforescente que combinaban convenientemente con
los cordones de los vans que calzaría hoy que también eran negros pero los
cordones y la suela eran del mismo tono. Mi cuello fue adornado por un hermoso
collar que tenía como colgante un atrapa-sueños con plumas blancas, parecido al
que use en el cumpleaños de Tom solo este era de un color oro viejo. Me observe
en el espejo por unos segundos y sentía que me estaba arreglando demasiado pues
estuve a punto de ponerme unos arillos del mismo tono del collar pero al final
decidí guardarlos nuevamente.
Hoy NO es un día especial, es normal, no pienses de más. Arréglate como
normalmente lo haces.
Me recordé.
Mis ojos no llevarían rímel, solo
una línea de delineador en el parpado superior que fue de un tamaño medio entre
lo grueso y lo delgado que logro resaltar un poco más el color de mis ojos. Mi
cabello se acomodó como usualmente lo hacía; ondas sin cierta definición,
alborotados y en distintas direcciones pero creo que ese es su encanto.
Cepille mis dientes sin saber
realmente por qué pues no había ni siquiera tomado el desayuno pero ya lo había
hecho. Un último vistazo y note aquel par de ojeras debajo de mis ojos pero
fuera de eso todo se veía bien, estaba en un punto medio casual y no demasiado
pensado.
Salí del cuarto de baño topándome
sorpresivamente con que Sam no había salido aun.
- Te tardas demasiado. - Dije después de dar un par de golpecitos
en su puerta.
- Ya casi estoy lista.
- Muero de hambre, iré a la cocina. - Ya tenía mi mano en la
perilla de la puerta que conectaba a la habitación con el pasillo que me
llevaría a la cocina pero Sam me detuvo antes de que pudiera girarla
completamente y salir.
- ¡Espera! En cinco minutos estaré lista.
- Bien, te esperare en la cocina junto con los chicos.
- No lo hagas… - Demasiado tarde, había abierto la puerta y cuando
encare el pasillo no lo encontré vacio: Los chicos se hallaban ahí con un
pequeño muffin de chispas de chocolate con una vela en la parte superior
mientras cantaban “happy birthday to you” pero los silencie antes de que
pudieran terminar.
- Gracias, todo un detalle pero… Uhmm… ¡Sam! - Gire directamente
hacia ella y ya ni siquiera me importaba que los chicos observaran lo que seguramente
iba a suceder justamente ahora. Ella se acercó a mí dado leve trompicones pues
se estaba calzando los converse que usaría hoy.
- Lo siento pero ellos sabían de tu cumpleaños desde el aeropuerto.
- Porque tú les dijiste.
- No creí que te importara tanto.
- Oh ¿Enserio creíste eso?
- Oh, vamos ¡Tienes que superarlo! ¿No era ese el propósito de tu
excursión ayer?
- Cierto, discúlpame por no tener el espíritu festivo de celebrar mi
cumpleaños. - Golpee mi frente con la palma de mi mano derecha. - Por dios ¿En que estaba pensando? - Dije
con la voz pintada de sarcasmo. - Vamos,
celebremos todos mi cumpleaños y el primer aniversario luctuoso de mi familia
¿Por qué no?
- No me refiero a eso y lo sabes.
- Ah ¿No? Entonces no tengo idea de a lo que te estas refiriendo.
- Estas actuando de una manera tan estúpida. - Torció los ojos en
mi dirección y eso logro sacarme de mis casillas, era mi mejor amiga desde
siempre pero justo ahora quería matarla. -
Escucha, ellos son tus amigos ¿No? - Los señalo y ellos tenían todos el
mismo semblante de no saber qué hacer, si quedarse o correr. - Ellos fueron los que planearon traerte ese
pastelillo, ellos llevan media hora esperando detrás de la puerta a que
salgamos y así poder felicitarte.
- Tienes razón, lo siento tanto chicos. Sam ¿Por qué no me esperas con
ellos mientras arreglo algo? - Sam ingenuamente camino hacia la puerta con
una sonrisa y cuando estuvo en el umbral de la misma volteo a verme y yo la
cerré descortésmente en su cara. Deje caer mi peso contra la puerta y
lentamente me fui resbalando contra la misma hasta quedar sentada en el suelo.
- Soy una idiota. - Murmure después de soltar un suspiro, entonces
algo que no esperaba sucedió: Alguien comenzó a empujar la puerta y para mi
mala suerte el suelo era de madera haciendo que resbalara a voluntad de quien
abría la puerta y mis vans no ayudaron mucho a frenar esto.
- Oh, sí que lo eres. - La voz de mi mejor amiga sonó detrás de la
puerta, Harry entro y pude leer sus intenciones. Quise ponerme de pie
rápidamente pero solo lograba resbalar- Harry me tomo por la cintura y me cargo
cual costal de papas y me saco de la habitación. Supe que era inútil pelear
para librarme pues él era todo músculos y yo, bueno, era yo.
- ¿No te da cierto sentimiento de deja-vú? - Susurro Dougie mientras
caminaba inclinado para igualar la altura de mi cabeza.
- Cállate, idiota. - Ambos soltamos una risa. - Si, esto ya me había pasado.
- Me debes una, Zoé. - Dijo Sam mientras caminaba justo al lado de
Dougie, jugaba constantemente con mis Ray-Ban, los hacia girar de una de las
patillas. - Cerrarme la puerta en la
cara, eso fue descortés y te la voy a cobrar.
- ¿No lo estás haciendo justo ahora?
- Quisieras que así fuera. - Chasqueo su lengua varias veces. - Es como si no me conocieras.
- Dejando eso de lado ¿A dónde planean llevarme? - Repentinamente
todos se detuvieron ante mi pregunta, Harry giro y me quede viendo hacia el
pasillo y los escalones que estuvimos a punto de bajar. - ¿Y bien? - Insistí.
- No creí que llegaríamos tan lejos como para sacarla de la habitación.
- Contesto Sam. - ¿Qué más da? Subamos al
auto y en el camino se nos ocurrirá algo. - Harry volvió a girar y comenzó
a caminar hacia al auto, Dougie se nivelo nuevamente a la altura de mi cabeza y
volvió a susurrar.
- Justo ahora se te está subiendo la sangre a la cabeza y comienzas a
sentirte mareada. - No había atisbo de pregunta en sus palabras. Asentí un
par de veces mientras cubría mis ojos con ambas manos. - Hey, Harry, se está sintiendo mal.
- Ya casi llegamos.
- No creo durar tanto. - Dougie rio por lo bajo.
- Exactamente las mismas palabras, eres tan predecible.
- Y tú llegas a ser demasiado idiota.
- Deja de llamarme así.
- No quiero, idiota.
- Descarga tu furia conmigo, para eso sirvo.
- Esencialmente. - Entonces deje de ser un costal de papas y me
sentaron en el último asiento de la camioneta, escondí mi rostro entre las
rodillas mientras sentía como el asiento continuo al mío se hundía gracias a
que alguien tomo asiento ahí.
- Ahora es cuando me golpeas en el brazo y me dices “eres un idiota”. - Indudablemente
era Dougie quien estaba a mi lado, reí por su comentario. Entonces tomo mis
muñecas con una sola mano.
- ¿Por qué haces esto?
- ¿Hacer qué? - Dijo inocentemente.
- Esto. - Levante los brazos y sacudí las muñecas.
- Oh, eso. Es para que no escapes.
- Oh, rayos. Frustraste mis planes de escapar de un auto en movimiento.
- Dije sarcásticamente lo que nos provocó una risa a ambos. - Puedes soltarme, no planeo brincar ni nada
por el estilo. - En eso había un implícito “y cada que me tocas me haces
sentir nerviosa”.
- Entendido. - Me soltó pero fue por milésimas de segundo pues una de
sus manos tomo otra mía y entrelazo nuestros dedos para después comenzar a
juguetear con ellos. Esto ya era algo demasiado frecuente, no me quejaba, pero
ahora cada que tiene la oportunidad Dougie me toca de alguna manera: Pone su
brazo alrededor de mi cintura, entrelaza nuestras manos, acaricia mi cabello o
juguetea con el mismo y ahora ya no le preocupa si los demás nos ven o no, solo
lo hace.
- Creo que esto no es correcto, Dougie. - Me zafe de su agarre por
unos segundos pero volvió a tomar mi mano.
- Lo bueno es que eso ya no me importa. - Agradecía que me siguiera
la corriente y usara susurros, aunque todos estaban demasiado sumidos en sus
conversaciones no quería que escucharan esto.
- ¿Por qué llegas a ser tan imprudente?
- Es la naturaleza del hombre ser así.
- La mayoría suele ser más consciente.
- Soy la excepción a la regla. - Se hundió de hombros mientras yo
solo exhalaba ruidosamente. - Me gustaría
tanto que tú te dieras cuenta del porque hago esta clase de cosas. - Él no
había clavado su vista en mis ojos ni una sola vez desde que subimos al auto
hasta ahora, volteo a verme y podía notar como sus ojos me rogaban que me diera
cuenta de ese “algo”, de ese “porque”.
Tuve que desviar la mirada y
clavarla en algún punto detrás de las ventanillas provocando que Dougie soltara
mi mano, nuevamente sentí aquel frio que denotaba su ausencia.
- Creo que lo empiezo a entender. - Murmure quedamente mientras
entrelazaba mis propias manos con fuerza.
- Eso es bueno. - Deshizo el nudo que forme tomando una de mis manos
nuevamente.
Dejamos cualquier clase de
conversación de lado y el resto de camino transcurrió en silencio entre
nosotros dos mientras el resto parloteaba incesablemente. Nos detuvimos después
de diez minutos y nos encontramos en una plaza que estaba muy cerca del mar. La
plaza era llamada “Plaza la Isla” que tenía como característica que se
encontraba en una laguna y aparte tenía la arquitectura de una Villa. También
tenía un acuario famoso por ser interactivo y permitir varias actividades. Sam
dejo el auto estacionado en la parte subterránea y subimos por el elevador.
- ¿Qué quieres comer, cumpleañera? - Pregunto Sam.
- No tengo ni la menor idea. - Me coloque los lentes del Sol cuando
salimos del elevador. Recorrimos una parte de la plaza y encontramos un
restaurante que se veía atractivo. Nos dieron una mesa y ordenamos nuestro
desayuno-almuerzo y mientras llegaba Sam hablaba de que podríamos hacer en lo
que llegaba la noche.
- ¿Vamos a hacer algo en la noche?
- Sí e invitare a Ricardo.
- ¿Por qué?
- Mientras más mejor ¿Tienes el número que te dio su hermana?
- Lo guarde en mi celular.
- ¿Y dónde está?
- Se quedó en mi cama cuando me sacaron de la habitación.
- Duh. Le llamare más tarde, en ese caso. - Sam se hundió de
hombros y me quede intrigada sobre el lugar al que iríamos esta noche pero
decidí no meterme más pues sabía perfectamente que Sam jamás me diría.
Después de que comimos pasamos un
rato más en la plaza y después salimos de la misma para caminar un rato por la
costa mientras mirábamos un mapa de turistas que una repartidora nos entregó y
nos llamó mucho la atención tomar un Ferri para dar un viaje de ida y vuelta a
Isla Mujeres donde fuimos a visitar El
Meco, sitio arqueología maya. Pasamos así el resto del día en Isla Mujeres
y tomamos el ferri de regreso de las cuatro y media para después comer algo en
el Señor Frogs acompañados de unas cuantas bebidas. Sam había les había dicho a
los meseros que era mi cumpleaños y me llevaron un Molten Brownie que era una
bola de helado de vainilla con crema batida, cuatro brownies formando una
columna y una cereza, venía con una bengala. También me cantaron las mañanitas y
me lanzaron un pastel de espuma falsa en la cara. En realidad, me la estaba
pasando increíble hasta que llegó el momento de ir a la casa y prepararnos para
sea cual fuese el plan de Sam para esta noche. Llegamos a la casa pasadas las
ocho y cada quien fue a su habitación. Yo me desvié un poco hacia la cocina
para tomar un poco de agua y cuando llegue a mi cuarto me sorprendí con lo que encontré
sobre mi cama.
- Es para que lo uses esta noche pero antes date una ducha. - Hice lo
que me pidió y cuando salí me puse el increíble conjunto que ella había
escogido para mí: pantalones pitillo imitación cuero negro, una blusa strapless
color carmín que se fruncía un poco del lado izquierdo dejando a la vista una
parte de mi abdomen y unas zapatillas negras que tenían estoperoles en toda la
parte superior.
- Como he amado estas zapatillas. - Dije después de calzármelas y
observarme en el espejo.
- Las escogí especialmente para ti.
- Mil gracias, enserio, me encantaron.
- Me alegra escuchar eso pero sé que amaras más esto. - Saco una
bolsa de papel de su armario que tenía un logo que no logre identificar. - Anda, ábrelo. - Tome la bolsa y saque lo
que había dentro.
- No puede ser. - Observe aquella hermosa chaqueta de terciopelo
negro, no tenía cierre sino que botones y era de estilo militar, tipo las que
usa ocasionalmente Gerard Way en sus conciertos. - Es… fantástica. - Me la puse abotonando solamente tres de cinco
botones dejando los de arriba sueltos. Me observe nuevamente al espejo mientras
me colocaba los aretes, el anillo y el brazalete que venían incluidos. Todos
eran del mismo tono dorado y tenían los mismos detalles aztecas marcados con
negro. Amaba este conjunto, se ajustaba perfectamente a mí y era mi estilo, era
simplemente estupendo. Mi maquillaje y peinado corrieron por mi cuenta;
delineador negro en ambos parpados con un poco de sombra negra y algunas capas
de rímel, use un poco de blush en las mejillas pero era casi imperceptible pero
ciertamente les agregaba un poco de color. Los labios fueron resaltados con
brillo transparente. Mi peinado consto de marcar más las ondas con las tenazas,
dejar que todo cayera del lado izquierdo mientras que en lado derecho coloque
unos cuantos pasadores para evitar que algún mechón se escapara por ese lado.
Me quede distraída en el reflejo frente a mí, sinceramente, no parecía yo y no
sabía si era bueno o malo. Un flash me saco del hilo de mis pensamientos, Sam
había tomado mi cámara y ahora me estaba tomando demasiadas fotografías para mi
gusto.
- Detén eso.
- Dame una buena foto y lo haré.- Enarque una ceja y ella se hundió
de hombros.
- Este bien. - Coloque una mano en mi cadera mientras la otra la
dejaba colgada, sonreí abiertamente lo más sincera que pude y el ultimo flash
de esta improvisada sesión me cejo.
- ¡Perfecta! Si no funciona tu carrera como fotógrafa deberías tratar
como modelo.
- Y tú deberías moderar tus palabras de vez en cuando. - Tome mi
cámara de entre sus manos y observe la pantalla de previsualización con mi
fotografía ahí, era cierto, no había salido nada mal. - Es tu turno. - Le dije con una sonrisa
- Si el público lo aclama, está bien. - Sam estaba vestida con unos
leggings entre negros y grises, un top tank blanco debajo de una hermoso suéter
color azul marino que dejaba a la vista uno de sus hombros. Uso unos botines
con tacones un poco más bajos que los míos y eran del mismo color del suéter al
igual que de su bolso. Sus accesorios fueron unos aretes compuestos por varias
cadenas de diferentes alturas que formaban un triángulo invertido y su collar
era similar solo que tenía algunos colgantes un poco más largos en forma de
pico. El cabello de Sam era naturalmente lacio y muy pocas veces se lo había
visto esponjado. Ahora lo traía recogido en una coleta casual de la cual salían
algunos mechones de cabello pero no se veían para nada mal. Sam también tenía
un flequillo pero este le cubría la totalidad de la frente. Se veía fantástica
para ser honesta. Le tome un par de fotos sin tenerle que pedir que posara,
cuando tenía que hacer alguna clase de práctica para la escuela ella siempre me
ayudaba siendo mi modelo y de hecho, tenía unas fotos excelentes de ella pero
lastimeramente se perdieron en el incendio.
- Quisiera tanto recuperar todas las fotografías y videos que tenía en
mi computadora. - Dije con la vista fija en mi cámara.
- Teníamos buenas cosas ahí aunque no está todo perdido.
- ¿De qué hablas?
- Antes de que llegaras busque un poco entre mis cosas y encontré una
caja donde había un disco duro que tú me habías prestado hace mucho, en ese
mismo disco había un respaldo de tu computadora.
- ¿¡Enserio!? - Asintió con una sonrisa. - ¿De cuándo?
- La carpeta que vi decía que era de Enero del 2010.
- Eso es casi todo lo que tenía.
- Olvide entregártelo, pero te lo daré la próxima vez que te vea.
- Finales de Julio, en Londres. - Soltamos unas risas.
- Ya veremos.
- Oh, no señorita. Nada de “ya veremos” - Marque las comillas en el
aire. - Quedamos en algo y lo vas a
cumplir.
- Solo bromeo, por cierto, toma. - Me dio mi celular y la vi
extrañada. - Te dije que llamaría a
Ricardo.
- Oh, cierto ¿Irá?
- Sip, dice que ya está en camino.
- ¿A dónde iremos, por cierto?
- Quiero que sea una sorpresa ¿Estas lista? - Asentí después de que
me colgué el bolso al hombro, también era negro. Sam y yo salimos de la habitación.
Nuestros pasos resonaban por todo el pasillo gracias a las zapatillas. Cuando
llegamos a las escaleras ambas tuvimos que sostenernos del barandal para evitar
caer. Una vez en la cocina, busque a los chicos pero no lo hallaba en ningún lugar.
- Nos están esperando afuera. - Sam tomo las llaves de la camioneta
de la mesada y yo la seguí a paso lento, ahora me sentía nerviosa. Mi vista
estaba clavada en el piso mientras caminaba y cuando la levante me di cuenta de
que yo era la única que faltaba por salir y cuando lo hice solo me importo su reacción.
- Te ves increíble. - Dijo él antes
que nadie. Sonreí por su cumplido y pude sentir las miradas del resto sobre
nosotros.
- Bien, hora de irnos. - Subimos a la camioneta y esta vez me fue en
la parte delantera junto con Sam. Ella tomo una ruta que identifique de
inmediato pero no estuve segura hasta que dimos vuelta en aquella intersección tan
familiar.
- No puede ser, vamos a.
- Captain's Cove. - Dijimos ambas al mismo tiempo.
- ¿Qué es eso?
- Es un karaoke-bar que solíamos visitar cada que veníamos aquí, desde pequeñas.
Llegamos a aquel familiar
karaoke-bar en cuarenta minutos, ese lugar mis abría sus puertas a mi familia,
a la de Sam y a nosotras cada año desde hace más de diez años y ahora hemos
regresado después de no haberlo hecho en mucho tiempo.
- Oh, dios. Sigue oliendo a... - Empezó a decir Sam.
- Alcohol y cigarros. - Complete yo.
- Exacto. - Los chicos nos seguían de cerca mientras observaban el
lugar que era simplemente exquisito. Tenía un escenario con instrumentos como
un piano de cola, una batería, dos guitarras, un bajo, un teclado entre otros
pues esté karaoke tenía esa característica de que sí querías cantar y sabías
tocar algún instrumento podías pasar y hacerlo pero si sólo querías cantar
había una pantalla donde venía la letra de la canción y la música la ponía el
anfitrión y dueño de este lugar; Max.
Max tenía treinta y cinco años y
este lugar había sido algo así como un regalo de sus padres, nosotras lo
conocimos desde la primera vez que vinimos, cuando el tenía veinticinco y
nosotras doce, se volvió buen amigo de mis padres y sobretodo de mi hermano.
Cuando nosotras cumplimos dieciséis nos dio trabajo durante los veranos desde
entonces y también dejo a mi banda y a la de mi hermano tocar aquí un par de
veces. Max era simplemente increíble, sabía de absolutamente todo lo que le
preguntaras pero su tema de especialidad era la música, por eso nos entendíamos
tan bien.
- Miren a quien tenemos aquí. - Hablando del rey de Roma.
- ¡Max! - Saludamos ambas entusiasmadas y no dudamos en ir y darle
un abrazo.
- Vaya que están grandecitas ¿Hace cuánto que no las veo? ¿Dos, tres
años?
- Dos años aunque en ti parecen dos siglos ¿No te sienta bien el
tiempo? - Dije con una risita.
- Tan bromista como siempre, Zoé. - Soltamos una carcajada. - ¿Y bien? ¿Me presentarán a sus acompañantes?
- Oh, claro. - Voltee a ver a los chicos que ahora estaban a unos
seis pasos de distancia y les hice una seña con la mano para que se acercaran.
- Ellos son...
- Tom Fletcher, Danny Jones, Harry Judd y este debe de ser Dougie
Poynter. - Conforme Max los mencionaba estiraba una mano y ellos la
apretujaban con una suya. Me quede viéndolo confundida.
- ¿Cómo... - Ahora hablábamos en inglés, algo que era un requisito
indispensable para Max pues su bar era continuamente visitado por turistas.
- No parabas de hablar de ellos cuando eras más joven. - Sentí el
rubor inmediato. - Y más de...
- Bueno ¿Nos ofrecerás una mesa? - Lo interrumpí bruscamente
mientras Sam soltaba otra risa, ella sabía que Max estuvo a punto de señalar a
Dougie. El lugar estaba completamente lleno pero tuvimos suerte de encontrar
una mesa lo suficientemente amplia para que nosotros nos sentáramos.
- ¿Van a participar? - Pregunto Max antes de marcharse.
- ¿En qué?
- Hoy tenemos un concurso de karaoke, quien sea elegido en primer lugar
no pagará nada de lo que consuma ni sus compañeros.
- Sueña atractivo ¿Participan, chicos? - Les pregunto Sam.
- Oh, tiene que ser individual y, lo lamento, no pueden participar
profesionales. - Los chicos se encogieron de hombros.
- Nosotros no podemos participar pero hay alguien de nosotros que
seguro ganara. - Empezó a decir Danny mientras rodeaba mis hombros con su
brazo izquierdo, después, el resto de los chicos y Sam, inclusive Max voltearon
a ver con cierta picardía en el rostro.
- Oh, no. No, no, no, no, no. - Intente soltarme de Danny pero fue
un intento fallido.
- Ella lo hará con… - Dijo Sam y después le susurro algo al oído a
Max quien se sorprendía.
- ¿Enserio? - Sam asintió a la pregunta de Max - ¿Ella puede hacer eso? - Remarco la palabra “eso” con gran
incredulidad.
- Y no tienes idea de lo bien que le sale.
- Estoy un poco escéptico.
- No lo estarás después de escucharla.
- Ya lo veremos.
- ¿Quieres apostar? - Sam reto a Max enarcando una ceja en su
dirección.
- Suena interesante ¿Qué quieres perder?
- ¿Qué que quiero ganar? ¿Eso fue lo que dijiste?
- ¿Qué me estoy perdiendo? - Dije después de perder completamente
el hilo de la conversación.
- Luego hablamos de que voy a ganar, Max pero inscríbela con esa
canción ¿Ok?
- Si tú lo dices. - Al final Max no tuvo de otra más que rendirse
ante Sam y su increíble poder de convencimiento.
- Yo no quiero participar, Sam.
- ¿Recuerdas lo que hiciste esta mañana? ¿Actuar estúpidamente y
cerrarme la puerta en la cara? - Asentí cansinamente con el ceño fruncido.
- Así te voy a cobrar. - Solté aire
con los labios pegados y asentí nuevamente. - Buena chica. - Acaricio mi cabello como si fuera un perro, tome su
muñeca y mordí una parte de la misma. - No
vuelva a hacer eso.
- Lo mismo digo para ti. - Nos sonreímos falsamente por unos
minutos pero después las genuinas risas salieron a la luz.
- Disfruten la noche, nos vemos más tarde. Espero con ansias ver tu
actuación, Zoé. - Max me lanzo un guiño y le sonreí ruborizada más por
recordar que tendría que participar enfrente de todas estas personas. Se marchó
y a los segundos ya había desaparecido en la multitud. Mi celular sonó
inesperadamente, observe la pantalla y vi que era Ricardo quien llamaba.
- Hola, Ricardo ¿Ya llegaste?
- Sí, estoy justo en la entrada. - Gire en mi asiento y justamente
lo encontré ahí.
- Ya te vi, estamos a… - Conté las mesas que nos separaban de la
puerta. - Cinco mesas de la entrada a la
derecha. - Después de un minuto de que buscara, nos encontró. Lo salude con
un gesto de la mano y ambos colgamos. Llego a la mesa y lo salude con un
abrazo, su apariencia había cambiado en una medida mínima. Ahora arreglaba su
cabello con un poco de gel, o eso quiero suponer. Había una sombra de barba en
su rostro, barba de no haberse afeitarse en unos cuantos días.
- Feliz cumpleaños. - Dijo cuándo me soltó del abrazo.
- Todavía lo recuerdas ¿huh?
- Es difícil olvidar el cumpleaños de mi compañera de equipo ¿sabes? - Tomo
asiento y le presente al resto de los chicos, pedimos una ronda de cocteles y
tuvimos un muy agradable tiempo platicando y tomando. Lo último que pedimos fue
una ronda de caballitos con tequila y estuve a punto de tomar el mío cuando
alguien me interrumpió.
- Casi es tu turno, será mejor que te vayas preparando. - Me susurro
sorpresivamente Max al oído, asentí y Sam me pregunto qué pasaba.
- Tengo que ir allí. - Le señale el escenario y ella asintió con un
sonrisa. Me deshice de la chaqueta que deje sobre el asiento una vez que me
puse de píe. Teníamos siete caballitos con tequila en la mesa y, sin dudarlo,
tome uno de un solo golpe. Sentí aquel ardor recorrer mi garganta y provocarme
una mueca que controle con un poco de limón y sal, exhale el aire que había
aguantado y decidí que era hora de irme al escenario pero antes de alejarme
suficiente de la mesa escuche a los chicos echándome porras y silbidos pero lo
único que lograron hacer fue ruborizarme.
- Ahora, nuestra siguiente concursante es Zoé Miller con “Hurt” de Christina
Aguilera. - Anuncio Max en el escenario mientras la sorpresa se reflejaba
en mis ojos, no sabía que cantaría esa
canción aunque en realidad no tenía idea de que canción cantaría pues Sam
estuvo desviando mi pregunta cada que se la hacía pero, en realidad, esa
canción era perfecta.
Dougie’s POV
- Ahora, nuestra siguiente concursante es Zoé Miller con “Hurt” de
Christina Aguilera.
- ¿Por qué esa canción? - Todos fijamos nuestra vista en Sam
después de la pregunta que le hizo Tom, las canciones de Christina Aguilera
eran un poco muy difíciles de cantar pues en su mayoría se trataban de forzar
su excelente voz con solos que dejaban anonadado al público.
- Ya verán.
- Pero… - Danny quiso decir algo pero nos detuvo Sam al señalar el
escenario.
- Observen y disfruten. - Zoé ya se encontraba en el escenario con
un micrófono diferente al que usaron en actuaciones anteriores. Era un
micrófono clásico vocal con base incorporada en una terminación cromada, era de
esos clásicos que se usaban en los años 70’s.
Nos sorprendimos al ver que Max
tomaba asiento en el piano que se encontraba en el escenario y comenzaba a
tocar la canción que Zoé cantaría, ella inhalo profundamente y comenzó a cantar
sin fijar su vista en nadie pues cerro los ojos.
Seems like it was
yesterday when I saw your face
You told me how proud
you were, but I walked away
If only I knew what I
know today
Hizo unos pequeños solos antes de
empezar con la siguiente parte en la cual las notas del piano eran graves y
fuertes al igual que la voz de Zoé que repentinamente se escuchaba temblorosa.
I would hold you in my
arms
I would take the pain
away
Thank you for all
you’ve done
Forgive all your
mistakes
There’s nothing I
wouldn’t do
To hear your voice
again
Sometimes I wanna call
you
But I know you won’t
be there
Ohh I'm sorry for
blaming you
For everything I just
couldn't do
And I've hurt myself
by hurting you
Nuevamente bajo la intensidad del
piano y la voz de Zoé se ablando al mismo tiempo que tomaba el micrófono con
ambas manos, voltee a ver a Sam quien ahora tenía un par de lágrimas en sus
mejillas y en los ojos se le podía notar que sentía lo que su mejor amiga
estaba sintiendo al cantar.
Some days I feel broke
inside but I won't admit
Sometimes I just wanna
hide 'cause it's you I miss
And it's so hard to
say goodbye
When it comes to these
rules
Algo me decía que esta canción
estaba siendo dedicada a la familia de Zoé por las lágrimas que comenzó a
derramar conforme cantaba.
Would you tell me I
was wrong?
Would you help me
understand?
Are you looking down
upon me?
Are you proud of who I
am?
There's nothing I
wouldn't do
To have just one more
chance
To look into your eyes
And see you looking
back
Ohh I'm sorry for
blaming you
For everything I just
couldn't do
And I've hurt myself, ohh
Zoé por fin abrió los ojos clavándolos
en los míos unos cuantos segundos para después mirar al techo y nuevamente
regresar la vista a nuestro lugar pero sin fijarse en alguien especial. En ese
preciso momento no se escuchaba nada que no fuera su voz inundando la habitación
junto con el piano, todos en la habitación se encontraban observándola y
admirándola, era increíble la forma en que ella estaba interpretando.
If I had just one more
day
I would tell you how
much that I've missed you
Since you've been away
Ooh, it's dangerous
It's so out of line
To try and turn back
time
Para terminar la canción Zoé bajo
la intensidad de su voz hasta convertirla en un susurro dulce pero con pesar y
literalmente podías sentir el dolor que la inundaba en esos momentos.
I'm sorry for blaming
you
For everything I just
couldn't do
And I've hurt myself
by hurting you
Unas últimas notas del piano
bastaron para dar por terminada la presentación de Zoé. Inhalo profundamente y
limpio las lágrimas en sus mejillas. El silencio era tan profundo que se podía
escuchar una aguja caer aunque esto no duro ni dos segundos pues el público la
ovaciono de pie incluyéndonos a todos nosotros que, a su vez, le gritábamos
animosamente. Zoé sonrío y agradeció por la ovación con una leve reverencia,
después señalo a Max quien también le estaba aplaudiendo.
- Y ella es Zoé Miller, despidámosla con otra ronda de aplausos. - Ella
bajo del escenario con esa radiante sonrisa y regreso a la mesa donde fue
recibida con un abrazo de parte de Sam. -
En unos minutos más diremos quién es él o la ganadora de este concurso. - Max
bajo del escenario y las luces que lo enfocaban se apagaron. El silencio fue
rápidamente sustituido por las mezclas que hacia un DJ en una cabina muy cerca
del escenario.
- Eso fue increíble. - Dijo Sam encima de la música. Cuando ella
soltó a Zoé de aquel abrazo el resto de los chicos se acercó a ella como pudo y
la felicitaron de distintas formas: Danny y Harry chocaron sus palmas y puños
con ella, Tom la envolvió en un abrazo mientras Ricardo le susurraba algo al
oído y literalmente pude sentir esa punzada de celos. Zoé hablo unos segundos
con ellos y después se acercó a mí a paso temeroso.
- ¿Y bien?
- Eres increíble. - Dije con una sonrisa para después envolverla en
un abrazo, ella me lo regreso pero se paró
de puntillas y me susurro algo que no pude entender muy bien pues
nuevamente Max había tomado el micrófono y hablado por el mismo.
- Bien, damas y caballeros, el jurado y yo hemos decidido el ganador de
esta noche. - El DJ reprodujo una pista con el sonido de la batería
agregándole suspenso al asunto. Zoé se soltó y giro hacia el escenario mientras
Sam tomaba una de sus manos entre las dos suyas y le gesticulaba “suerte” sin
emitir ningún ruido. - Él, o en este
caso, la ganadora de esta noche es… - Dejo suspendido en el aire la última
palabra. - ¡Zoé Miller! - Ella fue
enfocada por una enorme luz blanca que pudo cejar por unos segundos a más de
uno. Los aplausos estallaron por todo el lugar al igual que unos gritos de
ánimo, la mayoría por nuestra parte pero parecía que Zoé no había captado que
ella había ganado.
- Zoé, ganaste. - Le susurre y ella giro bruscamente golpeando mi
cabeza, específicamente mi frente.
- Oh, lo siento.
- No te preocupes, anda, ve por tu premio.
- Pero Doug…
- Anda ve. - La empuje levemente por la espalda baja con mi mano
libre pues la otra cubría la parte en la que había recibido el golpe. Ella
camino hacia el escenario pero sin perderme de vista. Subió con ayuda de Max
quien la abrazo para después entregarle un trofeo con un micrófono dorado en la
parte superior, también le entrego un pedazo de papel rectangular que tenía
impreso “free drinks” en él. Zoé agradeció con una sonrisita y un asentimiento
leve de la cabeza, después se apresuró a bajar del escenario y caminar hacia
nosotros, en realidad, hacia mí después de dejar su trofeo en la mesa que fue
observado por Sam y Tom.
- Déjame ver. - Retiro mi mano cuidadosamente de mi frente y observe
por unos segundos, después se acercó a mi oído y susurro en el mismo: - Hay una puerta justo al lado del escenario,
esta te guiara a un pequeño balcón. Espérame ahí y te pondré un poco de hielo,
se está inflamando. - Asentí cuando me miro a los ojos y después me regalo
una sonrisa, acaricio mi mano levemente para después soltarla y dirigirse a su
bolso sacando su cajetilla de cigarros junto con su encendedor, los guardo en
uno de los bolsillos de sus pantalones que al ser tan ajustados se marcaron los
dos rectángulos. - Sam, toma esto. - Le
dio el boleto y le dijo algo que no pude entender muy bien pero ella asintió y
no hubo alguna clase de protesta. Zoé se dirigió hacia el bar donde se encontró
con Max y hablo con él por unos segundo. Hice lo que me pidió pero antes de
dejar la mesa Harry y Danny me detuvieron.
- ¿A dónde vas?
- Saldré a fumar, no me tardo. - Ambos asintieron pero Danny me
observo por unos segundos de más.
- ¿Qué te paso en la frente?
- Me golpee accidentalmente con la cabeza de Zoé.
- Vaya, será mejor que te pongas algo.
- Estoy en eso. - Le di una palmada en el brazo y me dirigí a
aquella puerta, cuando salí me sorprendí al ver que se encontraba completamente
solo y tenía una hermosa vista hacia el mar. Después de unos minutos llego Zoé
con una compresa de gel en una mano mientras encendía el cigarrillo entre sus
labios con la otra. Levanto la vista hacia mí y cuando estuvo a solo dos pasos,
yo cerré completamente la distancia entre nosotros.
Zoé’s POV
Cuando llegue al bar me topé con
Max.
- Max ¿Me podrías prestar una toalla y regalarme unos cuantos hielos?
- ¿Qué paso?
- Le pegue a uno de mis amigos por accidente y se le está inflamando.
- Oh, en ese caso tengo algo mejor que eso. - Fue a la parte
trasera del bar por unos cuantos minutos y regreso con una compresa de gel
congelada. - Esto será de mucha ayuda.
- Gracias, en unos minutos te la regreso. - Cuando estuve a punto
de marcharme el me detuvo tomándome por la muñeca.
- Es probable que no nos volvamos a ver pero me encantaría que
pudiéramos hablar.
- Oh, por supuesto. Podríamos ir a desayunar el jueves antes de que
salga nuestro vuelo ¿Está bien?
- Suena excelente ¿Dónde nos vemos?
- ¿Te parece bien en el Mocambo?
- Suene excelente ¿A las diez?
- Genial, nos vemos ahí. - Me despedí y camine hacia el balcón,
Dougie tenía la mirada perdida en el mar pero al escucharme giro en mi
dirección. Antes de acercarme más, tome un cigarrillo colocándolo entre mis
labios para poder encenderlo con la mano libre. Guarde el encendedor de nuevo
en el bolsillo de mi pantalón y me acerque a él levantando mi vista hacia él. -
Aquí esta… - Antes de que pudiera
decir nada mas Dougie arrebato el cigarrillo de mi mano y lo tiro, después tomo
mi cintura acercándome lo más posible a él y me beso. Decidiendo que ya
habíamos esperado demasiado, deje caer la compresa al suelo y envolví su cuello
con ambas manos mientras jugueteaba con su cabello. Sonreí contra sus labios y
él hizo lo mismo. Ahora fui yo quien cerró esos milímetros entre nuestros
labios volviéndolo a besar una y otra vez hasta que mis labios comenzaron a
arder. Me planto otro dulce beso y pego su frente contra la mía mientras
sostenía mi rostro entre sus manos, yo baje las mías a su pecho y comencé a
jugar con el rosario chino que traía puesto.
- He esperado casi tres meses y medio para poder hacer esto. - Asentí
contra su frente y solté una risita nerviosa. - Mírame. - Abrí los ojos para poder hacer lo que me había pedido y
me perdí en su mirar. - Mañana tú y yo
tendremos una cita.
- Pensaba que la tendríamos hasta el final del tour.
- Puede esperar un día más pero no un mes. - Reímos y tuve ese
impulso de besarlo nuevamente pero él me freno.
- Tendrás que esperar un poco más.
- Pero…
- Lo siento.
- Ugh. - Dije mientras me soltaba de sus brazos. - Ahora, tu frente.
- No me duele, enserio.
- Pero está un poco inflamada. - Recogí la compresa del suelo y
sentí que se había derretido un poco gracias al clima que estaba un poco cálido
¿O esa era yo? No, definitivamente era clima. No tuve que ponerme de puntillas
para alcanzar su frente gracias a las zapatillas. Dougie se quejó por lo bajo
cuando el frio toco su piel. Comencé a sentir mareos repentinos, efecto de
haber tomado aquel tequila y las otras bebidas que habíamos ordenado, necesite
aferrarme al borde de la barda que separaba al balcón del vacío.
- ¿Estas bien?
- Solo un poco mareada, ya sabes, el alcohol. - Entramos después de
unos minutos y le entregamos la compresa a un chico que estaba en la barra pues
no había señal de Max. Regresamos a la mesa topándonos con que no estaban ni
Danny ni Sam.
- ¿A dónde fueron?
- A bailar. - Tom tuvo que gritarme la respuesta pues difícilmente
se escuchaba alguna otra cosa que no fuera la música. Pedimos más bebidas y
comenzaba a subir la subida del alcohol pues me reía cada vez más por cualquier
idiotez. La noche acabo pasadas las dos de la mañana. Sam fue quien manejo pues
era la conductora designada.
Dougie me ofreció su hombro de
apoyo para caminar hasta la salida pues caminaba torpemente y me tropezaba con
cualquier escalón. Subimos a la
camioneta y no dure más de cinco minutos despierta.
Dougie’s POV
- Tomo demasiado ¿No creen? - Pregunto Tom una vez que Zoé cayó
dormida en el asiento continuo al de Sam. Llevábamos media hora de camino y
todos nos encontrábamos lo suficientemente estables pues en realidad no habíamos
tomado mucho.
- Nunca había tomado tanto. - Dijo Sam cuando abrió el portón con el
control inalámbrico. Estaciono el auto delante de la casa y todos bajamos.
- Yo la llevare a su habitación. - Dije y los chicos asintieron,
después se fueron a sus respectivas habitaciones.
- Me iré adelantando. - Me aviso Sam y yo asentí un par de veces.
Tome a Zoé en mis brazos cargándola como si fuera una princesa, su cabeza se acomodó
en mi hombro y soltó un suspiro. Con la cadera empuje la puerta del auto para
que cerrara. Camine cuidadosamente hasta su habitación y la recosté en su cama,
le quite las zapatillas dejándolas al lado de su armario, después la cubrí con
la colcha, esa se removió un poco para después acomodarse en posición fetal.
- Gracias. - Dijo
Sam a mis espaldas, gire hacia ella e inhale profundamente.
- Sam, necesito tu
ayuda.
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