No supe a que hora llegue a
Inglaterra pues me quede dormida en el vuelo y cuando aterrizamos vi el cielo
completamente gris, le pregunte la hora a una aeromoza y me dijo que eran las
cinco y media, no me sorprendí tanto pues, según yo, eran seis horas de
diferencia entre México e Inglaterra. Tome mi equipaje y baje del avión. Cuando
entre al aeropuerto vi a una señorita rubia con una brillante sonrisa que
estaba tomada de la mano con un señor alto e igualmente rubio, ambos estaban
platicando, seguramente eran novios. En la mano libre ella sostenía un letrero
que decía "Zoé Miller,
welcome!" y una carita sonriente dibujada en el. Me acerque a ella con
mucha vergüenza. Ella se volteo a verme, seguramente era la famosa Rachel, se
me quedo viendo un corto lapso y me pregunto en ingles:
- ¿Tu eres Zoé?
- Si, hola, tu debes ser la hermana de mi papa, Ryan - Dije
penosamente mientras ella soltaba una risita de nervios
- Si, mi nombre es Rachel
Miller, tienes la mirada que tenía tu padre, pequeña. - Dijo a lo que yo entendí
que se refería solamente a la expresión pero no al color pues el tenia los ojos
de un verde brillante como el de las esmeraldas. Ella estiro su mano para que
yo la tomara, inmediatamente el hombre que la acompaño hizo lo mismo.
- Mucho gusto Zoé, mi nombre es Michael Sanders pero puedes llamarme
Mike, soy el novio de Rach. - Dijo cortésmente el caballero que acompañaba
a mi tía. No le calculaba más de treinta años a ninguno de los dos, ambos eran
guapos y muy educados. Tenían el acento británico más marcado que el que teníamos
en mi familia.
- Vamos, te voy a mostrar tu nuevo hogar. - Tenía un brillo
especial en sus ojos. Paso su brazo sobre mi hombro y me acerco a ella mientras
Mike tomaba mis cosas para llevarlas.
- Gracias Mike.
- De nada, pequeña. - No era la primera vez que alguien me llamaba
así pues mi tamaño era considerablemente bajo para mi edad.
- Parece que tienes un buen manejo del inglés. - Dice Rachel
después de unos minutos de completo silencio.
- Es mi segunda lengua, mi padre me enseño hablarlo.
- Por eso tienes el acento. - Concluyó Mike a lo que le respondí
asintiendo un par de veces.
- Los extrañas mucho ¿Verdad? - Dijo tristemente apretando mi
hombro en forma de consuelo.
- Si, me cuesta hacerme a la
idea de que no están, pero prefiero recordarlos alegremente que estar lamentándome.
- Me alegra escuchar eso, yo también extraño a mi hermano, a veces
hablamos horas y horas por el teléfono, me contaba acerca de todo.
- Oh, entonces tú eres la culpable de que no pudiera hablar con mis
amigas ¿eh?
- Parece que si, mis disculpas. - Mike soltó una carcajada y
nosotras nos unimos a él. Para llevar diez minutos de conocernos, nos llevamos
muy bien.
Salimos del aeropuerto y llegamos
a su auto, era un Mustang de un elegante color plateado. Yo me senté en la
parte de atrás mientras Mike y Rachel iban enfrente, Ella me empezó a preguntar
muchas cosas acerca de mí como cual era mi comida favorita, o mi artista
favorito y así.
Pasaron como veinte minutos
cuando el coche se detuvo, parece que habíamos llegado.
- Bien, ya llegamos, bienvenida a casa. - Se bajo del coche y me
abrió la puerta, lo primero que vi fue una casa muy pequeña y muy linda,
parecía de esas que salían en las revistas de diseño, era muy, muy linda. Ella me guio por toda la casa, habitación por
habitación hasta que me llevo por las escaleras hasta el segundo piso, se
detuvo, levanto su mano hacia el techo y tomo una especie de manija, la jalo
con fuerza y unas escaleras bajaron del techo para guiarnos al tercer piso o
mas bien a la azotea pero parecía mas un tercer piso.
- Espero no te moleste, no teníamos otro cuarto así que remodelamos el
ático y lo hicimos una habitación, ojala te guste. - Dijo con un tono de
preocupación autentico en la voz. Le dirigí una sonrisa y subí las pequeñas
escaleras. Lo que vi fue un lugar completamente blanco y muy espacioso. Justo
enfrente habían tres ventanas enormes: una en medio y las otras a los lados
formando una clase de hexágono incompleto, enfrente de ellas había una banca
con algunos cojines y tenía unas hermosas cortinas al lado de ellas. Justo en
medio de la habitación, recargada en la pared estaba una gran cama con un lindo
y colorido juego de cama, enfrente, en la pared estaba una pequeña pantalla.
Justo al fondo de la pared estaba un closet enorme y un gran espejo. También vi
un escritorio con una computadora personal
completamente nueva y una impresora al lado. El piso era de madera pero
tenía unas pequeñas alfombras que hacían un juego perfecto con la cama. Era
hermosa, mas de lo que nunca me hubiera esperado. Creía que todo era un sueño.
Me gire hacia Rachel que estaba atrás de mí y la abrace. Ella me devolvió el
abrazo y me susurro al oído: "Bienvenida
a casa Zoé" a lo cual yo le respondí: "Gracias".
<3
ResponderEliminarJá, qué linda fic : ).
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